El odio y la cautela
El suceso de Cornell¨¢ nos viene a recordar que el yihadismo sigue existiendo
Un argelino residente en Catalu?a entr¨® hoy en una comisar¨ªa de los mossos, blandiendo un cuchillo y al grito identitario de Allahu Akbar.
Casi mil cuatrocientos a?os antes, hacia el a?o 628, los asaltantes que emprenden el mort¨ªfero asalto al pac¨ªfico oasis jud¨ªo de Jaybar profieren el mismo grito, seg¨²n la biograf¨ªa del protagonista por Ibn Ishaq. La coincidencia no es irrelevante, ya que en ambos casos el ataque responde a un mismo concepto de fondo, la exigencia de la yihad contra el no creyente (kafir), cuya ¨²nica culpabilidad consiste en ese no creer, activada en el caso de Cornell¨¢ por la necesidad de vengar la sangre derramada de los m¨¢rtires. Y es m¨¢rtir todo el que muere combatiendo "en la senda de Al¨¢", cualesquiera que sean el contenido, la forma y las v¨ªctimas infieles de ese combate.
Ada Colau ha tenido varios aciertos en su gesti¨®n del aniversario del 17 de agosto. Uno fue proclamar a Barcelona "ciutat de la pau"; otro centrar exclusivamente la conmemoraci¨®n en sus protagonistas tr¨¢gicos, las v¨ªctimas. Logr¨® as¨ª salvar el obst¨¢culo de una repetici¨®n del penoso clima pol¨ªtico impuesto por los radicales independentistas el pasado a?o y, lo que no es de menor importancia, evitar que la conmemoraci¨®n se deslizara hacia el odio y la islamofobia. La ni?a velada que ley¨® en ¨¢rabe el texto com¨²n fue el s¨ªmbolo afortunado de esa dimensi¨®n conciliadora.
Solo que la exclusi¨®n del odio no debe ir acompa?ada del olvido de una realidad muy preocupante, que el suceso de Cornell¨¢ nos viene a recordar: el yihadismo existe, del mismo modo que su referente actual, el Estado Isl¨¢mico o Daesh, manteniendo una presencia larvada despu¨¦s de la derrota. Cierto que el factor sociol¨®gico, el menosprecio a las minor¨ªas en nuestras sociedades, cuenta tambi¨¦n, pero otras minor¨ªas experimentan lo mismo sin pensar en matanzas indiscriminadas. El odio visceral de nuestros yihadistas de Catalu?a, comprobable por las declaraciones del terrorista superviviente, motor indudable del ¨²ltimo estallido, se asienta en la s¨®lida base de una creencia, avalada por la literatura sagrada ¡ªah¨ª est¨¢ el vers¨ªculo 8,60¡ª, y llevada al extremo con el olvido de la posici¨®n cor¨¢nica respecto de las ¡°gentes del libro¡± (cristianos y jud¨ªos).
No es f¨¢cil detectar la gestaci¨®n de esa mentalidad yihadista de exterminio, pero tampoco imposible en ocasiones, por encima de la aparente normalidad en las formas de vida. Predicaciones de imanes, terminolog¨ªa utilizada, sociabilidad, son indicadores de un riesgo cuyo conocimiento no surge del odio, sino de la precauci¨®n. La exhibici¨®n de fraternidad con el colectivo musulm¨¢n es necesaria, pero insuficiente, de no aplicarse los filtros que bloqueen la difusi¨®n del yihadismo.
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