La gran batalla
La p¨¦rdida de independencia de una sociedad para poner en entredicho a sus gobernantes no es f¨¢cil de detectar
La gran batalla por la democracia se est¨¢ librando en los pa¨ªses grandes. Y se est¨¢ perdiendo. Las libertades democr¨¢ticas se est¨¢n erosionando en las naciones m¨¢s pobladas del planeta, como India, Brasil, Rusia, Turqu¨ªa o Estados Unidos.
Part¨ªan de situaciones distintas hace una d¨¦cada. EE?UU, la democracia m¨¢s vieja del mundo. Rusia, una posmoderna autocracia con elecciones. Y mantienen fuertes diferencias. EE?UU es a¨²n una democracia. Rusia, no. Pero, en todas estas sociedades, los principios democr¨¢ticos se est¨¢n debilitando.
A los brujos del autoritarismo se les dan bien los grandes n¨²meros. Curiosamente, cuanto m¨¢s numeroso es el reba?o de votantes, m¨¢s f¨¢cil es que lo controle un todopoderoso pastor.
Y, una vez asentadas en las potencias regionales, las tendencias autocr¨¢ticas se contagian a sus vecinos. En Europa, pa¨ªses como Polonia, Hungr¨ªa, Lituania y Eslovaquia han perdido su estatus de democracias liberales, quedando como meras democracias electorales. En total, y de acuerdo con el Informe sobre la Democracia del V-Dem Institute, 2.500 millones de ciudadanos viven hoy en pa¨ªses que est¨¢n padeciendo una regresi¨®n democr¨¢tica.
Si analizamos de cerca este retroceso global, vemos que no afecta al n¨²cleo de las instituciones democr¨¢ticas. Los procesos electorales son, con pocas excepciones, m¨¢s limpios que nunca. El problema est¨¢ en los intangibles que sostienen una democracia, como la ausencia de (auto)censura en la prensa, la libertad de expresi¨®n, o la autonom¨ªa de las organizaciones civiles frente al poder pol¨ªtico.
A diferencia de los pucherazos electorales, la p¨¦rdida de independencia de una sociedad para poner en entredicho a sus gobernantes no es f¨¢cil de detectar. El miedo a discrepar se extiende poco a poco, ayudado por peque?os cambios legislativos que encuentran silencios c¨®mplices.
Espa?a no se escapa a esta tendencia. En comparaci¨®n con hace unos a?os, puntuamos peor en intimidaci¨®n a periodistas, sesgo en los medios de comunicaci¨®n, y en libertad de discusi¨®n pol¨ªtica.
Somos a¨²n una democracia liberal plena. Pero, si nos lo creemos ciegamente, dejaremos de serlo. @VictorLapuente
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