Ninguna parte

Agosto se va, inevitablemente. Deja, tambi¨¦n de forma inevitable, un cierto tufo de necesidad, cuando no la hay en absoluto, de hacer balance. Yo prefiero pensar en que ha sido un tiempo para hacer alguna reflexi¨®n, porque lo del balance me suena a trabajo. Man¨ªas.

Y he llegado a una conclusi¨®n importante, ayudado por una deliciosa relectura, la del libro Trieste, el sentido de ninguna parte (Gallo Nero, 2017), de Jan Morris, que me ha llevado a darle vueltas a lo del significado de los lugares. Algo que es m¨¢s que pertinente en la Europa de hoy.

Para otro agosto dejo lo de pensar si este libro podr¨ªa haberlo escrito un hombre, si Jan Morris habr¨ªa sido capaz de componer este libro, que me atrevo a llamar ejemplar en el sentido cervantino del t¨¦rmino, si hubiera conservado su identidad fundamental de hombre.

Lo del significado de los lugares lo ha tra¨ªdo a la actualidad Pedro S¨¢nchez, al querer convertir el valle de Franco en un cementerio civil. Parece idea de Zapatero. Es mejor lo que dice Casado, del PP, que aboga por d¨¢rselo a la Iglesia. Se puede cambiar por la mezquita de C¨®rdoba, aunque esta va sin muertos, que le gustan tanto a los cat¨®licos.

El problema de la Iglesia es que muy pronto va a estar en derribo, despu¨¦s de que, por fin, se haya demostrado que en su seno anidaba una banda de violadores de ni?os a la que nadie se atrev¨ªa a chistar. Un secreto a voces, que conoc¨ªamos m¨¢s o menos todos los que hemos ido a colegios de curas.

?A qui¨¦n le encomendamos la custodia de los miles de muertos, entonces? No tengo ninguna idea que aportar, salvo la de que nuestro Congreso de los Diputados se diera a s¨ª mismo la capacidad de declarar lugares como de ¡°ninguna parte¡±.

Es imposible encontrar otra salida airosa para el valle de Franco. La ¨²nica v¨ªa ser¨ªa bombardear aquello, y siempre hab¨ªa protestas, o hacerlo una ¡°ninguna parte¡±, porque, si no, el dictador, aunque sus huesos sean expulsados de all¨ª, va a seguir dando significado al valle.

Pedro S¨¢nchez anda, como Zapatero, dando algunos tumbos con lo de la Memoria. Hay que ayudarle, para que se pueda desentender de eso y mejore lo de Catalu?a antes de que Joaquim Torra les monte unas jornadas sobre inmigraci¨®n en Barcelona a sus correligionarios Matteo Salvini y Viktor Orban.

Ser¨ªa un buen comienzo lo de darle existencia legal a lugares de ¡°ninguna parte¡±, como Jan Morris ha sentido a Trieste. Valle de Ninguna Parte.