Se vende mu?eca de compa?¨ªa
El negocio de los androides es un ¨¦xito en Asia. Al a?o se venden m¨¢s de 2.000 en Jap¨®n y no solamente se utilizan para la pr¨¢ctica sexual
Los precios de las m¨¢s baratas rondan los 1.000 euros, aunque pueden llegar a costar m¨¢s de 20.000 si se hacen a medida. En este caso, el cliente puede elegir su altura, peso, complexi¨®n f¨ªsica y la forma de la cara; los ¨²ltimos modelos son androides que incorporan un sistema de inteligencia artificial que les permite responder con voz a est¨ªmulos, excitarse y sentir orgasmos.
Las mu?ecas sexuales son un ¨¦xito ¡ªsobre todo en pa¨ªses asi¨¢ticos¡ª y, como tal, son las protagonistas de la Feria de Adultos de Asia, que se clausura hoy en Hong Kong. En un principio se destinaron a la pr¨¢ctica sexual, pero ahora, adem¨¢s de utilizarse para mantener este tipo de relaciones, los usuarios encuentran en ellas un o¨ªdo al que contar los problemas del d¨ªa a d¨ªa; hasta el punto de que muchos japoneses han dejado a sus parejas de carne y hueso para pasar el resto de sus d¨ªas con una mu?eca que siempre espera despierta a que lleguen a casa, aunque hayan tenido un mal d¨ªa en el trabajo.
El negocio de las mu?ecas sexuales tambi¨¦n ha llegado a nuestro pa¨ªs. Se pueden comprar o alquilar por horas en un local. A principios del a?o pasado abr¨ªa en Barcelona el primer burdel de mu?ecas sexuales que, tras un mes de actividad, cerraba sus puertas para trasladarse a una casa de citas en el distrito de Les Corts, a unos cien metros del Camp Nou.
La empresa que presta este servicio tiene en cat¨¢logo hasta ocho mu?ecas y un mu?eco. Una hora con uno de ellos cuesta alrededor de 100 euros, a lo que el cliente tiene que sumar un complemento si quiere que lleven alguna vestimenta espec¨ªfica.
La industria de las mu?ecas y mu?ecos sexuales ha encontrado un nicho de mercado en el que introducir sus productos, pues cada vez hay m¨¢s personas que se encuentran aisladas por la p¨¦rdida de habilidades sociales ¡ªcausada en parte por el uso abusivo de las nuevas tecnolog¨ªas¡ª y que encuentran en estos juguetes la compa?¨ªa que no reciben de seres humanos.
Adem¨¢s, como pueden ser dise?ados a gusto del consumidor, no pondr¨¢n ning¨²n problema ¡ªa priori, pues ya hay modelos que lo hacen¡ª a las man¨ªas que pueda tener su due?o.
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