Lazos y mentiras
Se pretende crear la sensaci¨®n de que la opini¨®n es un¨¢nime y de que el espacio p¨²blico refleja ese consenso
En The Lies that Bind, un libro sobre las identidades que publicar¨¢ Taurus en castellano en 2019, el fil¨®sofo Kwame Anthony Appiah cuenta la historia de un jud¨ªo que naufraga y llega a una isla desierta. Construye durante d¨¦cadas tres edificios. Cuando lo rescatan, le preguntan qu¨¦ son: ¡°Esta es mi casa. Esta es la sinagoga a la que voy. Y esta es la sinagoga a la que no voy¡±.
Appiah cuenta este chiste para mostrar que nuestra identidad siempre se construye por contraste. Una de las paradojas de la colocaci¨®n de los lazos en Catalu?a es que la presencia del otro ¡ªla otra mitad de la poblaci¨®n que tiene una posici¨®n distinta¡ª es innegable y determinante, pero se pretende crear la sensaci¨®n de que la opini¨®n es un¨¢nime y de que el espacio p¨²blico refleja ese consenso.
En las guerras simb¨®licas opera una curiosa inversi¨®n: disputas en principio menores se vuelven muy serias y lo decorativo se convierte en sagrado, y, al mismo tiempo, lo que parec¨ªa importante ¡ªdesde la coordinaci¨®n de la pol¨ªtica antiterrorista hasta la actividad de un Parlamento auton¨®mico, por no hablar de la neutralidad de los espacios comunes y el reconocimiento de la pluralidad¡ª se transforma en algo prescindible. Las met¨¢foras se vuelven realidades y las reglas del juego democr¨¢tico se reducen a un elemento ret¨®rico: de una protesta cursi hemos pasado al intento de un uso pol¨ªtico de la polic¨ªa.
Eso hace que resulte dif¨ªcil mantenerse al margen de la discusi¨®n, aunque entrar en ella signifique a menudo aceptar marcos que no nos gustan. Ver a dirigentes pol¨ªticos retirando lazos produce cierta inquietud y genera la duda de si contribuir¨¢ a exacerbar la tensi¨®n. Por otra parte, quiz¨¢ sea hip¨®crita animar a la gente a que lo haga y no hacerlo uno mismo, o impulsarlo parapetado tras la ¡°sociedad civil¡±.
Muchas veces, parecemos actuar en imaginarios heredados: el de la protesta frente a una dictadura opresiva, por un lado, y el de la resistencia al totalitarismo, por otro. Esos imaginarios hiperb¨®licos pueden darnos una ilusi¨®n de claridad, pero nos impiden ver lo m¨¢s importante: a quien est¨¢ al otro lado. @gascondaniel
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