La amargura y el placer de ser hija de Steve Jobs
El fundador de Apple neg¨® la paternidad durante a?os y fue fr¨ªo con ella, pero en su libro de memorias ella lo perdona
Que Steve Jobs fue muy duro con los que le rodeaban en Apple no es ning¨²n secreto. Era el lado oscuro de una figura que despert¨® admiraci¨®n y pasi¨®n. Su presencia resultaba electrizante en los escenarios cuando presentaba productos ¨²nicos que cambiaron la forma en que se vive ahora. Pero mientras el mundo se rend¨ªa ante la perfecci¨®n de sus dispositivos electr¨®nicos, su brillo ocultaba el trato despiadado que este icono dio a los que contribuyeron a realizar su sue?o. Las memorias escritas por su hija Lisa Brennan-Jobs abren una nueva ventana que ayuda a entender el comportamiento antisocial de una persona desconcertante. En su libro, titulado Small Fry, relata lo cruel que lleg¨® a ser padre con ella. Pero pese a la compleja relaci¨®n que hubo entre ambos, la autora lo defiende y dice que lo ha perdonado. Justifica incluso su comportamiento con el argumento de que pretend¨ªa ser honesto y explica que quer¨ªa inculcarle sus valores.
Brennan-Jobs, que tiene ahora 40 a?os, ha concedido una entrevista al The New York Times en la que expone c¨®mo fue esa batalla entre la amargura y placer que sinti¨®. Siempre evit¨® la publicidad de ser la hija de Jobs, de hecho, pr¨¢cticamente no existen perfiles de ella. El libro, que sale a la venta este martes cuenta como ya moribundo le dijo que apestaba "a v¨¢ter". "Me dijo la verdad", se justifica, en referencia a que el perfume que llevaba hab¨ªa caducado.
Steve Jobs ten¨ªa 23 a?os cuando naci¨® Lisa. Durante a?os neg¨® la paternidad a su primog¨¦nita y el sustento que necesitaba para criarse y educarse. Su madre, la artista Chrisann Brennan, tuvo que apa?¨¢rselas con ayudas sociales. Y, por supuesto, nada de apoyo sentimental o afecto. Vanity Fair?tambi¨¦n public¨® este verano un extracto del libro en el que refleja c¨®mo Lisa Brennan-Jobs se sinti¨® de ni?a. "Ahora veo que est¨¢bamos en una encrucijada", cuenta, "yo era una mancha en su espectacular ascenso, ya que nuestra historia no encajaba con la narrativa de grandeza y virtud que ¨¦l quer¨ªa para s¨ª mismo". Brennan-Jobs entiende que su existencia arruin¨® la racha del emprendedor cuando comenzaba a despuntar, en un momento complejo para Apple. Pero para ella era lo opuesto. "Cuanto m¨¢s cerca estaba de ¨¦l, menos me avergonzaba. Me acercaba hacia la luz".
Jobs y Brennan se conocieron mientras estudiaban el bachillerato en Cupertino (California), donde cre¨® Apple. Ella naci¨® en una granja en Oreg¨®n. Uno de los primeros ordenadores que desarroll¨® se llam¨® precisamente Lisa pero no trat¨® de relacionarlo con el nombre de su hija. Tampoco contribuy¨® a su manutenci¨®n hasta que se vio forzado. Los vecinos le ayudaron a pagar sus estudios y en alguna ocasi¨®n la acogieron en sus casas preocupados por su situaci¨®n.
Steve Jobs se cas¨® con Lauren Powell Jobs. En las memorias recuerda como justificaban la actitud hacia ella diciendo que eran "simplemente personas fr¨ªas". En una sesi¨®n de terapia familiar cuando viv¨ªa con ellos siendo adolescente confes¨® que se sent¨ªa sola y c¨®mo esperaba a que le dieran las buenas noches. Tambi¨¦n describe c¨®mo su padre la forz¨® a quedarse delante mientras se besaba y manoseaba gimiendo con su esposa. "Es importante que trates de formar parte de este momento familiar", le dijo.
Brennan-Jobs admite que tuvo miedo de su padre pero a la vez que sinti¨® su amor como una descarga el¨¦ctrica. Y para darle un toque de humanidad, afirma que en realidad era un "torpe" en algunas situaciones. Observando la vida que tiene ahora con su esposo y la forma en la que este se relaciona con sus hijas, asegura que as¨ª es como le hubiera gustado ser a su padre: pendiente, sensible y vivaz.
Condena
Lisa Brennan-Jobs insiste que no quiere condenar a su padre y explica que con el relato busca aliviarse de la verg¨¹enza que sinti¨® de ni?a, recordando los episodios espont¨¢neos y de j¨²bilo como cuando apareci¨® por sorpresa durante un viaje escolar a Jap¨®n. Jobs muri¨® tras una batalla contra el c¨¢ncer. En el libro escribe que su progenitor le pidi¨® perd¨®n antes de fallecer por no haber pasado m¨¢s tiempo con ella, por olvidarse de su cumplea?os y por no devolverle las llamadas.
El entorno familiar de Steve Jobs no ve igual esa convivencia y se limita a decir que leyeron el libro con "tristeza". El relato, se?ala su hermana Mona Simpson, "difiere dram¨¢ticamente" con los recuerdos que ten¨ªan. "El retrato no es el del marido y el padre que conoc¨ªamos", afirma, "la quer¨ªa y se arrepinti¨® de no haber sido el padre que deber¨ªa haber sido en su infancia". Su viuda, Lauren Powell-Jobs tambi¨¦n carg¨® contra la pel¨ªcula dirigida por Aaron Sorkin, en la que presenta a la hija del cofundador de Apple como una hero¨ªna.
Lisa Brennan-Jobs empez¨® a trabajar en las memorias tras la muerte de Steve Jobs en octubre de 2011. Su madre defiende el contenido y el tono. "No est¨¢ contando todo lo malo", se?ala en el art¨ªculo del Times. Asegura que su hija ten¨ªa exigencias muy extremas sobre qu¨¦ significaba pertenecer a una familia y explica que no se sent¨ªa c¨®moda dej¨¢ndola a solas con su padre. Lisa le prohibi¨® verla durante un tiempo cuando de adolescente opt¨® por vivir con ¨¦l. "Sufr¨ª ley¨¦ndolo", concluye.
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