"Siento responsabilidad y no me gusta": as¨ª ha levantado Dulceida su ¡®Dulceimperio¡¯
Aida Dom¨¨nech, con 2,5 millones de seguidores en Instagram, es la "jefa" entre los influencers de toda Espa?a. Hablamos con ella y su c¨ªrculo sobre los c¨®mos y los porqu¨¦s de su relevancia
Desde la playa de la Barceloneta los aviones que entran en el espacio a¨¦reo de la ciudad son recibidos por dos baluartes: el hotel Vela y una pantagru¨¦lica lona de Dulceida para Tezenis. O Tezenis para Dulceida. Este fin de semana los miles de guiris que aterricen en Barcelona se har¨¢n la misma pregunta: ?qui¨¦n es Dulceida?
Dulceida es un ¨¢lter ego, una marca registrada y, un par de veces al mes, un trending topic. Dulceida es Aida Dom¨¨nech, una badalonesa de 28 a?os que ha atravesado toda su vida adulta saltando de red social en red social sin pisar el suelo. En 2007, cuando el escaparate de la felicidad era Fotolog, su sue?o era ser retratada por Gerard Estadella, y con esa ambici¨®n asist¨ªa a su fiesta mensual en Barcelona, Boombox. ¡°Estaba todo pensado¡±, recuerda. ¡°A Gerard no le gustaba que le pidieran fotos, pero un d¨ªa me hizo una. Y otro d¨ªa otra. Estaba emocionada. Yo entonces trabajaba en un Zara¡±.
El 'Dulceimperio' tiene una plantilla de 13 trabajadores, incluidos su primo y una becaria que hoy ya ha entrado en n¨®mina. Su sede es un edificio de tres plantas en Badalona
En 2008 se abri¨® un blog justo cuando bloguera dej¨® de significar chica con blog para pasar a referirse a gur¨²s de la moda que pod¨ªan ser tu prima, pero tu prima m¨¢s guapa y con m¨¢s estilo. Aida se pasaba todo el d¨ªa en Internet mirando webs de moda y cuando sus padres le echaban la bronca les aclaraba que estaba ¡°trabajando y estudiando¡±. Su madre, Anna, una mujer ¡°muy atrevida¡±, recuerda: ¡°Cuando Aida quer¨ªa ir a la discoteca con 16 a?os la llevaba yo misma y me quedaba all¨ª con ella. Las mam¨¢s de sus amigas me dec¨ªan que sus hijas no quer¨ªan que las acompa?aran y yo les dec¨ªa que algo habr¨ªan hecho mal¡±.
El 21 de enero de 2013 Dulceida subi¨® su primer v¨ªdeo a YouTube, algo que, en aquel momento, parec¨ªa cosa de frikis y gamers. ¡°Nos contactaron de una agencia para que me abriese un canal. Me pareci¨® una manera de poder mostrarme m¨¢s¡±, recuerda. Los v¨ªdeos promocionando productos de moda o cosm¨¦tica evolucionaron hacia lo confesional: su operaci¨®n de reducci¨®n de pecho, su ruptura con su primer novio, su bisexualidad: ¡°La noche antes de publicarlo me puse a llorar, era un trocito de mi coraz¨®n. Pero yo soy la misma en las redes que en mi casa, ten¨ªa esa necesidad. Ahora me parece una tonter¨ªa, pero tem¨ªa que algunas marcas me rechazaran. Pensaba que me iban a insultar. Pero no¡±.
Alba Paul, actual pareja de Dulceida, gerundense de 30 a?os, fue presentada en sociedad mediante TAG DE MI NOVIA, el tercer v¨ªdeo m¨¢s visto de Dulceida tras Kiss CHALLENGE con MI NOVIA (31 millones de visionados) y ?S¨ª quiero! #dulcewedding (cinco millones). ¡°Yo quer¨ªa que la boda fuese un contenido exclusivo m¨ªo, nadie sab¨ªa nada hasta que subimos una foto a Instagram¡±, explica. Desde entonces, ha triplicado en un par de a?os su n¨²mero de suscriptores en YouTube hasta los dos millones: ¡°Antes me segu¨ªan por la moda, por los viajes, por las fiestas o por c¨®mo era, pero luego se sum¨® gente que me segu¨ªa por la visibilidad y por normalizar una relaci¨®n entre dos chicas¡±, confirma. ¡°Cada d¨ªa recibo mensajes: ¡®gracias a ti he salido del armario¡¯ o ¡®me he atrevido a dec¨ªrselo a mis padres¡¯. Es emocionante ver que muchas veces, sin darme cuenta, puedo hacer a la gente feliz¡±. ¡°Aida ha hecho un bien que yo creo que a ella misma se le escapa¡±, apunta Gerard Estadella. ¡°Representa un referente femenino para el colectivo LGTB que Espa?a no ten¨ªa, con un impacto social que hace que la gente la abrace de forma desmesurada. Ella tiene mentalidad empresarial, aunque dominada por el coraz¨®n¡±.
?Un comentario negativo afecta m¨¢s que cien positivos? ¡°S¨ª. Uno te cabrea un poco, pero cuatro te afectan. Nos pasa a todos y no tiene sentido, nunca lo entender¨¦, aunque luego pienso en la comunidad que hemos creado y se me pasa la tonter¨ªa¡±
Los sentimientos son reales, pero tambi¨¦n son contenido patrocinable. Los invitados a la boda son amigos (Javier Calvo, de Los Javis, las declar¨® ¡°mujer y mujer, con mucho amor¡±), pero adem¨¢s indican que van vestidos de Asos. La pedida de mano, cl¨ªmax rom¨¢ntico del primer Dulceweekend, convirti¨® el festival que lleva su nombre en noticia para la prensa generalista y fue emitida en Quiero ser, el talent show de influencers del canal Divinity donde Dulceida era coach.
Lo que la hace humana, su intimidad, es lo que ha acabado elev¨¢ndola a ¨ªdolo. O como se?ala Estadella: ¡°La vida real ha ocurrido en el momento exacto¡±. ¡°Siento cierta responsabilidad, y no me gusta¡±, reconoce Dom¨¨nech, ¡°alguna vez he dejado de decir algo que me apetec¨ªa y que no era nada malo. Y no me gusta. Muchas veces me dicen que, ya que soy influencer, ponga esto o lo otro, pero yo necesito poner lo que pienso y lo que siento. Para la realidad ya est¨¢n los peri¨®dicos¡±. Dulceida ha trascendido a la bloguera para evolucionar en el formato de celebridad m¨¢s tradicional: la que comparte su vida privada. El mito popular del torero y la folcl¨®rica ha mutado en la influencer y la influencer.
El "Dulceimperio", t¨¦rmino acu?ado por un miembro del Dulcesquad, su s¨¦quito de influencers sat¨¦lite, tiene una plantilla de 13 trabajadores, incluidos su primo (director de la tienda y el festival) y una becaria que hoy ya ha entrado en n¨®mina. Su sede es un edificio de tres plantas en Badalona donde se gestionan las campa?as con Tezenis y Rimmel London, la tienda de ropa online Dulceida Shop, la empresa de representaci¨®n de influencers regentada por su madre y el Dulceweekend, evento anual ideado por Dom¨¨nech con actuaciones musicales, challenges y dj que afirma destinar un 6% de sus ganancias a causas ben¨¦ficas.
M¨¢s de 6.000 adolescentes pagaron 20 euros para ver a Aida Dom¨¨nech salir en varias ocasiones a desear mucho amor (su eslogan, ra¨ªz de su discurso y el nombre de su perfume), pero tambi¨¦n para pasear entre los puestos de ropa y jalear a los miembros del Dulcesquad que iban desfilando: su hermano ?lex, su amiga Laura Escanes y, por supuesto, Alba (los tres son hoy influencers a tiempo completo).
El punto ¨¢lgido vuelve a ser una pedida de mano espont¨¢nea sobre el escenario, esta vez entre Carmen y Yasmina, malague?as de 24 y 20 a?os que han dormido en la puerta la noche anterior para ser las primeras en entrar. Aida se pasa el Dulceweekend control¨¢ndolo todo. Cuando descubre que los pal¨¦s no son blancos, pide que los pinten a contrarreloj. ¡°Que sepas que me he enterado del l¨ªo de la puerta¡±, le informa desde un pat¨ªn el¨¦ctrico a su representante en referencia a un retraso en la apertura.
Dulceida ha trascendido a la bloguera para evolucionar en el formato de celebridad m¨¢s tradicional: la que comparte su vida privada. El mito popular del torero y la folcl¨®rica ha mutado en la 'influencer' y la 'influencer'
¡°Las primeras veces que ?lex y Alba colaboraron con marcas estaban emocionad¨ªsimos, pero yo les dec¨ªa que no tienen que aceptar solo porque les pagan. Nosotros tenemos que comunicar solo lo que nos gusta y lo que realmente har¨ªamos¡±, aclara Aida. A diferencia de lo que ocurre con un modelo, del que generalmente conocemos poco m¨¢s que la imagen, las marcas pagan por verse asociadas a la personalidad ya muy definida de un influencer. ¡°Aida es tal como la ves¡±, es el mantra que recitan fans, allegados y asalariados.
La propia influencer supervisa los tejidos, estampados y patrones de las dos dise?adoras de Dulceida Shop y la producci¨®n creativa de las campa?as de publicidad (¡°es un trabajo con muchos trabajos: planifico los tiempos, hago de maquilladora, de peluquera, de modelo, de estilista; soy incapaz de delegar porque luego me arrepiento¡±, explica), mientras participa en eventos, actividades y viajes patrocinados. En dos meses ha estado en Australia, Los ?ngeles, Nueva York, Mil¨¢n y Punta Cana (de este lugar luce un tatuaje conmemorativo de una palmera, que muestra en su v¨ªdeo Mis tatuajes: ¡°He ido all¨ª ya tres veces con Ron Barcel¨®¡±, informa). Este ritmo le ha llevado a enfermar varias veces por agotamiento.
¡°Aida no deja de trabajar¡±, lamenta su mujer, ¡°no descansa de las redes sociales, cuando yo llevo dos d¨ªas sin subir una foto me dice que suba una. Vemos Netflix y est¨¢ con el m¨®vil, tiene un trabajo muy estresante y luego hay gente dici¨¦ndole que no hace nada¡±. Las acusaciones de que el suyo no es un oficio de verdad est¨¢n, en realidad, entre lo m¨¢s amable que Aida Dom¨¨nech ha tenido que leer este a?o.
Mucha gente se enter¨® de qui¨¦n es Dulceida gracias a una pol¨¦mica que sacudi¨® las redes. Las gafas de sol. Los ni?os de ?frica. La ba?era. ¡°Fuimos a conocer una tribu en Kenia y de repente me vienen cuatro ni?os que me segu¨ªan a todos lados y yo me volv¨ª loca. Uno se puso mis gafas y estaban tan contentos que lo sub¨ª a Instagram¡±, recuerda. Aida no ha sido la ¨²nica espa?ola en compartir una foto de ni?os africanos en las redes, pero s¨ª la primera en colapsarlas. Aunque las gafas eran un objeto personal, Internet decidi¨® que eran de su marca y que hab¨ªa explotado a los chavales para promocionarlas. ¡°Lo pas¨¦ muy mal¡±, reconoce. ¡°Lloraba y no lo entend¨ªa, si yo no hab¨ªa hecho nada malo, pero luego me enfad¨¦ y contest¨¦ un poco mal¡±. Nada que no pueda solucionarse borrando la respuesta primero y d¨¢ndose un buen ba?o de espuma despu¨¦s.
En dos meses ha estado en Australia, Los ?ngeles, Nueva York, Mil¨¢n y Punta Cana. Este ritmo le ha llevado a enfermar varias veces por agotamiento
Error. Resulta que en Ciudad del Cabo, otra de las ciudades que visit¨® durante su viaje a ?frica, hab¨ªa sequ¨ªa y Alba subi¨® una foto con la ba?era a rebosar (aducen que el hotel no les inform¨®). ¡°Borr¨¦ la foto y ped¨ª disculpas dos veces¡±, aclara, ¡°los dem¨¢s d¨ªas nos duch¨¢bamos en un segundo¡±. No sirvi¨® de nada. Cuando el producto es la persona, boicotear la marca consiste en descalificar al ser humano y, de paso, tratar de arrebatarle su imagen de marca: la positividad. ?Un comentario negativo afecta m¨¢s que cien positivos? ¡°S¨ª. Uno te cabrea un poco, pero cuatro te afectan. Nos pasa a todos y no tiene sentido, nunca lo entender¨¦, aunque luego pienso en la comunidad que hemos creado y se me pasa la tonter¨ªa¡±.
En 1999, Erik, sobrino del autor y ensayista estadounidense Gore Vidal y pionero accidental del reality (ese a?o puso una c¨¢mara en su sal¨®n que emit¨ªa 24 horas por Internet; era un reality show, pero sin editar), vaticin¨®: ¡°Antes la gente ten¨ªa una c¨¢mara delante porque era famosa, a partir de ahora la gente ser¨¢ famosa porque tiene una c¨¢mara delante¡±.
Y el trabajo de Aida es ser Dulceida a tiempo completo. ¡°Hoy he hecho un v¨ªdeo y Alba todav¨ªa estaba en la cama, as¨ª que me he metido con ella y nos he grabado haciendo tonter¨ªas. Estoy disfrutando pero a la vez lo quiero grabar. Me preguntan si cuando tenga un hijo lo mostrar¨¦ y digo que yo no quiero, pero me conozco¡±, admite.
En un v¨ªdeo reconoci¨® que no le gusta pasar desapercibida. Hoy matiza. Hoy depende del d¨ªa. ¡°Estoy en el aeropuerto, estoy cansada, pero todo el mundo me est¨¢ mirando. Me encanta conocer a mis seguidores, pero a veces me gustar¨ªa pasar inadvertida¡±, confiesa.
Ahora mismo Dulceida est¨¢ de vacaciones con su mujer en Haw¨¢i, donde durante en los pr¨®ximos d¨ªas pasar¨¢ el hurac¨¢n Lane. Es el cicl¨®n m¨¢s fuerte que ha tocado las islas en tres d¨¦cadas, pero ellas ya est¨¢n a salvo. Porque si algo ha aprendido A¨ªda Domenech durante sus primeros diez a?os de carrera es a capear el temporal.
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