Los cabos sueltos de la muerte de Heath Ledger, el primer icono del cine del siglo XXI
Se cumplen diez a?os de la desaparici¨®n del que ya es un mito del cine del siglo XXI. Un documental aporta datos sobre su autodestructiva vida y su misteriosa muerte
Heath Ledger hab¨ªa concertado un masaje para las 15.30 h. La cita ser¨ªa en su casa del 421 de Broome Street del Soho neoyorquino. La masajista llam¨® a la puerta, pero nadie abri¨®. Fue cuando ella solicit¨® la ayuda del portero, que ten¨ªa una llave de la vivienda. Cuando abrieron encontraron al actor desnudo sobre su cama, inconsciente y con pastillas para dormir tiradas en la mesilla. Era el 22 de enero de 2008 y Heath Ledger hab¨ªa fallecido a los 28 a?os. La causa sigue siendo un misterio. La m¨¢s aceptada es una sobredosis accidental de somn¨ªferos (Restoril y Unisom), narc¨®ticos (oxicodona e hidrocodona) y tranquilizantes (Valium y Xanax).
La leyenda sobre su muerte le dio esa pantagru¨¦lica cobertura medi¨¢tica de la que ¨¦l se hab¨ªa pasado la vida huyendo. Como ocurri¨® con James Dean, su culto 'postmortem' ven¨ªa de la necesidad del p¨²blico de seguir, de alg¨²n modo, en contacto con ¨¦l
Sea ese el motivo u otro, el resultado es el mismo: el hombre muri¨® y el mito ech¨® a andar. Se cumple este 2018 una d¨¦cada desde que nos dejara y su leyenda sigue creciendo, sobre todo cuando pasan por televisi¨®n (y lo hacen varias veces anualmente), pel¨ªculas donde deslumbr¨®, como Brokeback mountain o El caballero oscuro. La obsesi¨®n por su interpretaci¨®n de The Joker, un divorcio infernal con la actriz Michelle Williams, su asco a la fama, su personalidad autodestructiva... Alguna de estas causas (o todas juntas) le empujaron donde finalmente acab¨®.?
¡°Nunca me he planteado acostarme con un hombre, pero si tuviera que hacerlo ser¨ªa ¨¦l. Contratadle inmediatamente¡±. Esto es lo que dijo Gil Junger, el director de la primera pel¨ªcula de Ledger, 10 razones para odiarte (1999). Con 16 a?os y menos de un d¨®lar en el banco,?Heath Ledger (Perth, Australia, 1979 ¨C Nueva York, Estados Unidos, 2008) se mud¨® a Sidney, la ciudad donde los australianos van a cumplir sus sue?os. All¨ª consigui¨® su primer papel importante, el gal¨¢n de 10 razones para odiarte.
10 razones para odiarte, quiz¨¢ la m¨¢s ingeniosa de la ristra de comedias adolescentes americanas de finales de siglo, fue suficiente para situar a Ledger en la cabeza del pelot¨®n de salida de su generaci¨®n: solo hay que ver cuando canta Can't take my eyes off you, dando saltos entre los asientos del estadio del instituto y derrochando fluidez f¨ªsica, virilidad (at¨ªpica en chavales de 19 a?os) y carism¨¢tica despreocupaci¨®n ante el rid¨ªculo. Aquel mismo verano (1999) Ledger huy¨® al Burning Man, un festival antimercantilista en torno a la creatividad en Nevada que ahora celebra su 33? edici¨®n y que acabar¨ªa convirti¨¦ndose en ¡°su lugar favorito en la Tierra¡±.
Cuando los ejecutivos de Sony se reunieron con Ledger para mostrarle la campa?a promocional de Destino de caballero (Brian Helgeland, 2001), una puesta de largo de la nueva estrella con p¨®sters con su cara en grande, ¨¦l se levanto, se encerr¨® en el ba?o y se puso a llorar en medio de un ataque de p¨¢nico. Tal y como explica uno de sus mejores amigos de la infancia en Perth en el documental Yo soy Heath (disponible en Movistar +), ¡°Heath deseaba la fama y cuando la consigui¨® se dio cuenta de que no la quer¨ªa¡±. Pero ya no hab¨ªa vuelta atr¨¢s: Destino de caballero estaba dise?ada para convertirle en un ¨ªdolo adolescente. ?l se imaginaba como Marlon Brando. La pel¨ªcula le ped¨ªa ser Errol Flynn con mechas rubias.
Y Heath Ledger odiaba sentir que su cara y su cuerpo (sus instrumentos como actor) eran propiedad de una corporaci¨®n. En su primera gran portada/ceremonia de coronaci¨®n de Hollywood, sexualizado en Vanity Fair como una especie de John Wayne surfista, Ledger habl¨® tan poco que el periodista tardaba 17 p¨¢rrafos en insertar una declaraci¨®n suya. El reportaje le describ¨ªa como un ¡°Gene Kelly del rock n' roll¡±.
La prensa public¨® un v¨ªdeo de ¨¦l esnifando (una sustancia que parece) coca¨ªna y diciendo a la c¨¢mara: ¡°Mi novia va a matarme, tuvimos una ni?a hace dos meses, se llama Matilda¡±
Se gan¨® fama de "actor dif¨ªcil": no quer¨ªa ofrecer entrevistas, ten¨ªan un comportamiento extra?o en los rodajes... ¡°Lleg¨® un punto en el que funcion¨® y nadie quer¨ªa trabajar conmigo¡±, confesar¨ªa Ledger a?os despu¨¦s, ¡°por fin hab¨ªa saboteado, consciente o inconscientemente, cualquier inter¨¦s que los estudios pudieran tener en contratarme¡±. En dos a?os, Ledger hab¨ªa conseguido derrapar y conducirse en los m¨¢rgenes de la autopista a la fama. Pero para su desgracia, uno de esos proyectos inc¨®modos acab¨® creando un momento cultural, Brokeback mountain, que gan¨® m¨¢s premios que ninguna otra pel¨ªcula hasta el momento.
¡°Todo el mundo recuerda a su personaje, Ennis Del Mar, como un hombre de pocas palabras. Lo cierto es que tiene m¨¢s l¨ªneas de di¨¢logo que ning¨²n otro en la pel¨ªcula¡±, aclara el director de Brokeback mountain, Ang Lee, en Yo soy Heath. Esta percepci¨®n nace de que Ennis escupe cada palabra como si le doliese. La presencia de Ledger en Brokeback mountain, caminando como si todav¨ªa estuviera montado en un caballo, revel¨® al actor visceral que ¨¦l siempre supo que era. La campa?a promocional de seis meses previa a los Oscars le devolvi¨® a un estrellato que ¨¦l detestaba.
En una escena de Brokeback mountain en la que Ennis Del Mar desciende en trineo con su esposa Alma (Michelle Williams) la actriz se torci¨® el tobillo. ¡°Durante el camino al hospital¡±, confesar¨ªa el actor despu¨¦s, ¡°sent¨ª que siempre iba a cuidar de ella. Nos dejamos caer profundamente en los brazos del otro, nuestros cuerpos tomaron la decisi¨®n por nosotros¡±.
La relaci¨®n entre Ledger y Williams y la hija de ambos, Matilda (nacida el mismo mes que se estren¨® Brokeback mountain, octubre de 2005), les convirti¨® en una obsesi¨®n medi¨¢tica y en la pareja hipster oficial de Hollywood. Para evitarlo se mudaron de la casa de ¨¦l en Los Feliz (Los ?ngeles) a Brooklyn, Nueva York. El actor expresaba su tranquilidad ante este nuevo escenario, donde pod¨ªa ¡°caminar hasta la lavander¨ªa o el supermercado¡± sin que nadie le molestase.
Aliviado por no haber ganado el Oscar en Brokeback mountain, Ledger acept¨® interpretar al Joker en El caballero oscuro (2008) para que su agente le dejase en paz durante el a?o que durar¨ªa el rodaje. Y al igual que el Joker, Ledger pretend¨ªa dinamitar el sistema desde dentro: se asegur¨® de firmar un contrato play-or-pay (seg¨²n el cual Warner le pagar¨ªa aunque finalmente no participase en la pel¨ªcula) y llev¨® su interpretaci¨®n a extremos grotescos in¨¦ditos en el cine comercial de Hollywood. Si le desped¨ªan, podr¨ªa pegarse unas vacaciones a todo tren con el sueldo; si no, crear¨ªa la interpretaci¨®n de su carrera.
Se inspiraba en Sid Vicious y en Alex De Large (el protagonista de 'La naranja mec¨¢nica'), hac¨ªa listas de cosas que le har¨ªan gracia al Joker (entre ellas, el sida) y le ped¨ªa a su compa?ero Christian Bale que le pegase de verdad
Ledger se encerr¨® en una habitaci¨®n durante seis semanas para preparar el personaje. Desde que debut¨® en la televisi¨®n como adolescente, el actor sol¨ªa grabarse a s¨ª mismo obsesivamente experimentando con su f¨ªsico para, como hacen los atletas, examinarse despu¨¦s y detectar fallos y aciertos. Se inspiraba en Sid Vicious (el l¨ªder de los Sex Pistols) y en Alex De Large (el protagonista de La naranja mec¨¢nica, que en el cine fue interpretado por Malcolm McDowell), hac¨ªa listas de cosas que le har¨ªan gracia al Joker (entre ellas, el sida) y le ped¨ªa a su compa?ero Christian Bale que le pegase de verdad. Durante el rodaje, se separ¨® de Michelle Williams. La prensa public¨® un v¨ªdeo de ¨¦l esnifando (una sustancia que parece) coca¨ªna y diciendo a la c¨¢mara: ¡°Mi novia va a matarme, tuvimos una ni?a hace dos meses, se llama Matilda¡±.
¡°La semana pasada dorm¨ª una media de dos horas por noche¡±, contaba a New York Times el actor durante el rodaje de El caballero oscuro. Y a?adi¨®: ¡°No pod¨ªa parar de pensar. Mi cuerpo estaba exhausto y mi mente segu¨ªa funcionando¡±. Una noche se tom¨® una pastilla de Ambien, pero no funcion¨® as¨ª que se tom¨® otra y consigui¨® dormir. Una hora despu¨¦s se despert¨®. Su cabeza segu¨ªa fren¨¦tica. Se pasaba las noches cambiando la decoraci¨®n de su casa.
D¨ªas despu¨¦s de terminar El caballero oscuro, Ledger salt¨® al vac¨ªo del rodaje de su siguiente (y ¨²ltima) pel¨ªcula, El imaginario del doctor Parnassus. ¡°Heath se culpaba a s¨ª mismo por el final de su relaci¨®n¡±, recuerda el director Terry Gilliam, su amigo desde que rodaron Los hermanos Grimm en 2005. Y contin¨²a: ¡°Quer¨ªa ser decente y agradecido y darle todo lo que?Michelle Williams quisiera: la casa, todas las cosas. Pero se sent¨ªa agobiado por los abogados, que no dejaban de multiplicarse como si se engendrasen entre s¨ª¡±.
Un d¨ªa el actor apareci¨® enfermo. Cuando le recomendaron que se fuera a casa, se neg¨® aclarando que si lo hac¨ªa no podr¨ªa dormir y se pasar¨ªa la noche d¨¢ndole vueltas a su situaci¨®n personal. Seg¨²n sus allegados, hab¨ªa decidido plantarse y no darle nada a su expareja. ¡°Ten¨ªa un aspecto horrible por la falta de sue?o y toda la mierda que estaba sufriendo con los abogados¡±, recuerda Gilliam. Ledger se pas¨® la noche colgado de un puente bajo lluvia artificial (por el rodaje de El imaginario del doctor Parnassus), lo cual acrecent¨® su neumon¨ªa. Esta enfermedad llev¨® a Williams a decidir que Matilda no visitar¨ªa a su padre en Londres, as¨ª que Ledger volvi¨® a su apartamento de Nueva York (donde de nuevo Williams se neg¨® a enviar a su hija para evitarle un vuelo de 9 horas) para descansar unos d¨ªas antes de retomar el rodaje de El imaginario del doctor Parnassus en Vancouver (Canad¨¢).
Y aquella sobremesa del 22 de enero de 2008 encontr¨® la muerte.
Se especul¨® que el apartamento era propiedad de la actriz Mary-Kate Olsen (falso), se sugiri¨® el suicido como causa de la muerte (no demostrado) y se apunt¨® a su trabajo transformativo en El caballero oscuro como causante del colapso emocional (desmentido por todos los participantes en la pel¨ªcula excepto por Warner, a quien no le vino mal la publicidad extra: aquel verano, nadie quiso perd¨¦rsela).
Se critic¨® la ligereza con la que las estrellas consiguen recetas m¨¦dicas (todos los medicamentos que consumi¨® le hab¨ªan sido prescritos) por parte de doctores distintos que ni siquiera conocen su historial. Michelle Williams, por su parte, apenas ha hablado de ¨¦l desde entonces a excepci¨®n de una entrevista en la que confes¨® la tristeza que le produjo poner a la venta la casa de Brooklyn que hab¨ªan compartido. ¡°?C¨®mo va a encontrarnos? Aqu¨ª es donde vivimos y ahora ¨¦l no sabr¨¢ d¨®nde estamos¡±
La leyenda en torno a su muerte le dio a Ledger esa pantagru¨¦lica cobertura medi¨¢tica de la que ¨¦l se hab¨ªa pasado la vida huyendo. El supuesto ¡°nuevo Brad Pitt¡± se convirti¨® aquel 22 de enero en el nuevo James Dean y, como ocurri¨® con Dean, su culto postmortem ven¨ªa m¨¢s que del morbo o del sensacionalismo de la pura necesidad del p¨²blico de seguir, de alg¨²n modo, en contacto con ¨¦l. De seguir conodi¨¦ndole.
El mito de Heath Ledger surge adem¨¢s de la incapacidad del mundo para aceptar una muerte tan mundana, tan simple y tan fortuita como un accidente por automedicaci¨®n. Porque a los mitos hay que darles sentido y Ledger tambi¨¦n se resiste, como cuando estaba vivo, a encajar en un canon. Y encima acab¨® ganando (por El caballero oscuro, con car¨¢cter p¨®stumo) el dichoso Oscar.
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