El teatro de Torra
El president no dio su discurso en el sitio donde se debate y donde la oposici¨®n puede responder: el Parlamento est¨¢ cerrado
Saul Bellow dec¨ªa que cualquier vida se puede contar con diez chistes,y citaba la historia de un cantante estadounidense que debuta en La Scala. Canta la primera aria y recibe un gran aplauso. Le piden que la repita. Vuelve a cantar y le animan a que lo haga de nuevo. A la quinta vez, el cantante pregunta: ¡°?Cu¨¢ntas veces tengo que cantar esta aria?¡±. Alguien grita entre el p¨²blico: ¡°Hasta que lo hagas bien¡±.
En su conferencia, el president Torra tambi¨¦n actu¨® en un teatro. No dio su discurso en el sitio donde se debate y donde la oposici¨®n puede responder: el Parlamento est¨¢ cerrado. Aunque habla de un conflicto pol¨ªtico, no utiliza la pol¨ªtica para resolverlo. No se mostr¨® como el presidente de todos los catalanes. Repiti¨® el argumentario, un c¨®ctel religioso de autoayuda y autoenga?o. Llam¨® a los ciudadanos a manifestarse y sac¨® su repertorio de comparaciones obscenamente falaces: derechos humanos, Nelson Mandela, Martin Luther King.
Reivindic¨® que Catalu?a tiene derecho a la secesi¨®n porque las naciones deben tener Estados (hay muchas que no los tienen), porque el independentismo goza de mayor¨ªa social (no es cierto) y por la discriminaci¨®n que sufren los catalanes en Espa?a (tambi¨¦n falso). Habl¨® de negociar, pero plante¨® exigencias imposibles: un refer¨¦ndum de autodeterminaci¨®n y que la sentencia de los encausados sea absolutoria. El primero no cabe en la Constituci¨®n. El segundo desprecia la separaci¨®n de poderes. Todo opera, y Torra lo sabe, en un plano irrealizable. Juguete¨® luego con la idea de soltar a los presos si son condenados; m¨¢s tarde insinu¨® que sus propias declaraciones eran fake news, lo que probablemente sea m¨¢s cierto que la mayor¨ªa de las cosas que dice.
El lirismo que envolv¨ªa las palabras desafiantes ocultaba una impotencia: no hay un plan concreto porque no hay apenas un plan, ni valent¨ªa para admitir la derrota o asumir responsabilidades. El objetivo es ganar una pelea interna y montar un oto?o caliente, a ser posible con enfrentamientos; de nuevo, el discurso ser¨¢ incendiario y al mismo tiempo negable; superlativo y ambiguo. La respuesta del Estado deber¨ªa combinar la prudencia y la firmeza con la capacidad de anticipaci¨®n. @gascondaniel
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.