Cien d¨ªas de gobierno para los ODS

Para los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) tambi¨¦n han pasado cien d¨ªas de gobierno. Durante este tiempo hemos visto incorporar la agenda de la equidad y sostenibilidad a la nueva estructura de la Administraci¨®n, a trav¨¦s de ministerios y de oficinas como los altos comisionados para la pobreza infantil y el de la propia Agenda 2030. Sobre todo, hemos escuchado intenciones prometedoras acerca de las pol¨ªticas y presupuestos que van a protagonizar este camino. Algunas de ellas, como la recuperaci¨®n del derecho universal a la salud, son ya una realidad.

La pregunta es cu¨¢nto de todo esto ha ocurrido ¨Cu ocurrir¨¢¨C gracias a la existencia de la Agenda 2030. Es decir, en qu¨¦ medida los ODS son agentes reales de transformaci¨®n o una melod¨ªa agradable bajo la que desarrollar un programa que en todo caso iba a tener lugar. Ayer, durante la presentaci¨®n del ?ndice ODS del SDSN-REDS, tuvimos una buena oportunidad para escuchar una contestaci¨®n a esta pregunta. Me temo que algunos salimos de la sala igual que entramos.

Abrieron fuego los representantes de administraciones locales (Diputaci¨®n de C¨®rdoba) y regionales (comunidad de Castilla y Le¨®n), que hicieron una descripci¨®n conocida pero interesante del modo en que la Agenda 2030 se est¨¢ imbricando en el d¨ªa a d¨ªa de muchos ayuntamientos y algunas comunidades aut¨®nomas. Esto es algo que comenz¨® hace casi dos a?os ¨Ccuando Mariano Rajoy pensaba todav¨ªa que ¡®ODS¡¯ era un equipo ciclista¨C y constituye cara m¨¢s esperanzadora de la Agenda 2030 en nuestro pa¨ªs.

El problema vino despu¨¦s, cuando lleg¨® el turno del Parlamento y del gobierno nacional. La representante de Podemos ¨Cvicepresidenta de la Comisi¨®n de Cooperaci¨®n del Congreso¨C se limit¨® a recitar lugares comunes, con una vaga referencia a una comisi¨®n mixta de seguimiento de los ODS de la que no supimos ning¨²n detalle m¨¢s. Tampoco ofreci¨® propuestas claras para el per¨ªodo que tenemos por delante. Despu¨¦s de haberlo exigido durante mucho tiempo, es como si los grupos parlamentarios no se hubiesen dado cuenta de que el momento de los ODS ha llegado y que su papel es matizar, auditar y optimizar las acciones del ejecutivo.

En cuanto a Cristina Gallach ¨CAlta Comisionada del Gobierno S¨¢nchez para los ODS¨C, su experiencia y sus formas demuestran que se trata de la persona adecuada para el puesto. Mucho m¨¢s cuando ha reforzado su equipo con expertos tan capaces y comprometidos como el exresponsable de esta agenda en Valencia, Federico Buyolo.

Ahora solo queda que nos demuestre el valor a?adido de la oficina que dirige.

En su presentaci¨®n de ayer, Gallach hizo referencia al (demasiado gen¨¦rico) plan de acci¨®n presentado ante la comunidad internacional en julio de este a?o y nos prometi¨® un paquete homologable de indicadores del Instituto Nacional de Estad¨ªstica. Tambi¨¦n habl¨® de recuperar el Grupo de Alto Nivel de la Administraci¨®n ¨Cprevisiblemente presidido por la vicepresidenta¨C, de la coordinaci¨®n dentro de la UE y de la creaci¨®n de un consejo consultivo formado por actores no gubernamentales de todo pelaje. M¨¢s all¨¢ de eso, referencias a la ¡°armonizaci¨®n¡± de las pol¨ªticas del gobierno y ¨Ccontestando a una pregunta muy concreta de este blog sobre sus aspiraciones al final de la legislatura¨C al deseo de que los ODS sean m¨¢s conocidos de lo que son ahora.

Todo esto estar¨ªa muy bien si nos teletransport¨¢semos al verano de 2015, cuando gobiernos como el alem¨¢n o el colombiano estaban haciendo cosas parecidas. Pero este mes de septiembre se habr¨¢ cumplido ya una quinta parte del per¨ªodo de aplicaci¨®n de la Agenda 2030. Los propios indicadores del SDSN demuestran el important¨ªsimo camino que Espa?a tiene por recorrer: ocupando un lugar modesto cuando se le compara con sus pares y con las alarmas disparadas en ¨¢mbitos como la pobreza, la calidad de los mares, la desigualdad o el compromiso con el desarrollo internacional. Si quieren que los ODS realmente signifiquen algo para la gente, van a tener que demostrarles la utilidad directa de sus acciones en este ¨¢mbito, empezando por definir con urgencia las prioridades tem¨¢ticas para este per¨ªodo de gobierno y continuando por las acciones legislativas y los presupuestos para llevarlas adelante. Y cont¨¢rnoslas, claro est¨¢. La Agenda 2030 necesita cara y ojos, adem¨¢s de apelaciones constantes a la camarader¨ªa.