El caso Miss Am¨¦rica: c¨®mo la v¨ªctima de una discriminaci¨®n hist¨®rica acab¨® derrotando al sistema
Vanessa Williams fue obligada a renunciar cuando se publicaron unas fotos de su desnudo. Pero despu¨¦s se veng¨® de la mejor manera: triunfando por su cuenta. As¨ª sigue hoy, justo 35 a?os despu¨¦s
El matrimonio Williams se puso grandilocuente cuando public¨® el nacimiento de su primera hija, Vanessa, en el peri¨®dico local de Chappaqua (Nueva York) en 1963: ¡°Aqu¨ª est¨¢: Miss Am¨¦rica¡±. En aquel momento, ninguna mujer negra hab¨ªa ganado el certamen (que llevaba celebr¨¢ndose desde 1921) y de hecho no ocurrir¨ªa por primera vez hasta 20 a?os m¨¢s tarde cuando, efectivamente, Vanessa Williams se coron¨® como la mujer m¨¢s hermosa de Estados Unidos. Pero este hito, aunque lo parezca, no es el final feliz de esta historia. Es solo el principio.
Vanessa Williams recurri¨® a los cert¨¢menes de belleza para pagarse su formaci¨®n en expresi¨®n art¨ªstica (Miss Am¨¦rica es, entre otras muchas cosas, una beca de estudios) y tanto en Miss Nueva York como en Miss Am¨¦rica consigui¨® el triplete al ganar la corona, pero tambi¨¦n Miss Ba?ador y Miss Talento: en Nueva York cant¨® la premonitoria Being good Is not good enough ("Ser buena no es suficiente") y en el nacional la triunfal Happy days are here again ("Los d¨ªas buenos est¨¢n aqu¨ª otra vez").
Estamos ante un 'thriller' de terror mis¨®gino que acabar¨ªa convirti¨¦ndose en un cuento de hadas, porque si hay un lugar en la Tierra donde todo esto puede acabar bien ese es Hollywood.
Durante los diez meses que dur¨® su reinado (de septiembre de 1983 a julio de 1984), Williams recibi¨® cr¨ªticas, insultos racistas y amenazas de muerte. Una reacci¨®n habitual: el a?o antes clavaron cruces ardiendo, s¨ªmbolo del Ku Kux Klan, en el jard¨ªn de la afroamericana Miss Carolina del Norte. Lo de Williams fue m¨¢s all¨¢: incluso su propia comunidad la despreci¨® por ¡°no ser lo suficientemente negra¡±: sus genes ghaneses, irlandeses, cameruneses y finlandeses dieron como resultado a una belleza negra, pero con ojos verdes, tez clara, rasgos mestizos y pelo liso. Una mujer negra, pero producida para el consumo del p¨²blico blanco (en los ochenta las negras se peinaban, se maquillaban y se vest¨ªan como las blancas) que hizo que demasiada gente considerase que Vanessa Williams no era digna de representar a Estados Unidos y atacase su f¨ªsico o, lo que es lo mismo para una Miss, su identidad.
¡°Pero otras personas se me acercaban y me dec¨ªan que nunca creyeron que ver¨ªan el d¨ªa en que esto ocurriese. Me cog¨ªan la mano con l¨¢grimas en sus ojos y en esos momentos me daba cuenta de que se trataba de un honor muy especial¡±, recordar¨ªa Williams. Con la ambici¨®n de ejercer como inspiraci¨®n para su comunidad, particip¨® en un 50 % m¨¢s de los eventos que su contrato estipulaba. Pero esa dedicaci¨®n no la protegi¨® cuando en julio de 1984, a dos meses de completar su reinado, se anunci¨® que la revista Penthouse iba a publicar unas fotos de ella desnuda en el n¨²mero de septiembre. La organizaci¨®n le dio 72 horas para renunciar al t¨ªtulo.
En el verano de 1982 (un a?o antes de la coronaci¨®n), durante sus vacaciones universitarias, Vanessa Williams entr¨® a trabajar como maquilladora y recepcionista en el estudio del fot¨®grafo Tom Chiapel. ?l le pidi¨® que posara para una serie de pruebas de luz, siluetas y posturas, prometi¨¦ndole que su cara no ser¨ªa reconocible y que los negativos jam¨¢s saldr¨ªan del estudio. Ella acept¨®, porque ten¨ªa curiosidad por vivir la experiencia, y comprob¨®, seg¨²n explicar¨ªa a?os despu¨¦s, que en las fotos resultantes solo se ve¨ªa su cuerpo entre sombras. Pero esas no eran todas las fotos.
A pesar de que sus allegados le animaron a que luchase por la corona, Vanessa Williams se resign¨® a ser la primera reina de la belleza americana en abdicar en toda la historia del concurso y fue reemplazada por la segunda clasificada, la mestiza Suzette Charles, durante las siete semanas que le quedaban de t¨ªtulo.
El n¨²mero de septiembre de Penthouse, beneficiado por esta inmensa publicidad gratuita, fue el m¨¢s vendido de su historia y gener¨® 12 millones de euros en beneficios. El editor de la revista, que pag¨® a Chiapel 43.000 d¨®lares por los negativos, argument¨® que las fotograf¨ªas ten¨ªan ¡°valor informativo¡± y que las public¨® como ¡°obligaci¨®n para con los lectores¡±. Hugh Hefner, el fundador de Playboy, cont¨® que le hab¨ªan ofrecido las fotograf¨ªas pero las rechaz¨®: ¡°La ¨²nica v¨ªctima en todo esto es la jovencita, cuyo derecho a tomar una decisi¨®n le ha sido arrebatado¡±, defendi¨® Hefner. Williams demand¨® al fot¨®grafo y al editor de Penthouse pidi¨¦ndoles 430 millones de euros, pero retir¨® la demanda un a?o despu¨¦s para dejar atr¨¢s el incidente. Es posible que constatase que en el formulario previo que firm¨® antes de hacerse las fotos, que ella cre¨ªa una formalidad, cediese los derechos de explotaci¨®n a Chiapel.
¡°Tras la publicaci¨®n de las fotos en Penthouse la gente ven¨ªa a mi casa, tocaba el claxon y me gritaba insultos¡±, dijo Williams. Alguien incluso arranc¨® un cartel que se hab¨ªa instalado a la entrada de Millwood que dec¨ªa ¡°el hogar de Miss Am¨¦rica". La revista People describi¨® que Williams aparec¨ªa ¡°en posturas l¨¦sbicas¡± en Penthouse (hubo otra modelo en la sesi¨®n, a la que Williams abraza ligeramente). Vanessa Williams hab¨ªa pasado de icono cultural a desgracia nacional, s¨ªmbolo de la verg¨¹enza femenina y chiste en todos los programas de televisi¨®n. Algunos incluso creyeron que Williams hab¨ªa posado desnuda despu¨¦s de ganar el concurso. El ensa?amiento iba m¨¢s all¨¢ de la humillaci¨®n femenina y ten¨ªa tambi¨¦n connotaciones raciales: la primera Miss Am¨¦rica negra y la primera en renunciar al t¨ªtulo por conducta inmoral.
Y se ignoraba una cuesti¨®n que pocos se plantearon en 1984: ?Y si Vanessa Williams hubiera posado deliberadamente para una revista de desnudos dando el consentimiento para su publicaci¨®n? ?No habr¨ªa remota defensa o justificaci¨®n entonces? El caso Williams desenterr¨® la hipocres¨ªa asfixiante del mundo del espect¨¢culo en general y los cert¨¢menes de belleza en particular: las mujeres guapas pueden ser (y ser¨¢n) sexualizadas, pero siempre y cuando esta explotaci¨®n provenga de la mirada corporativa masculina, bajo ning¨²n concepto podr¨¢n sexualizarse en sus propios t¨¦rminos.
El erotismo femenino es aceptable solo si la mujer es objeto, no sujeto. De modo que las chicas como Vanessa Williams, si quieren beneficiarse de su f¨ªsico, deben caminar sobre la exigua l¨ªnea que separa lo sexy de lo sexual. Y por supuesto, hacerlo con unos tacones de aguja, un ba?ador y una sonrisa.
Cuando a?os despu¨¦s Williams se present¨® a un casting para el musical My one and only en Broadway, la mujer del letrista Ira Gershwin exclam¨®: ¡°Por encima de mi cad¨¢ver va a salir esa zorra en mi espect¨¢culo¡±. La verdadera desgracia nacional, la aut¨¦ntica verg¨¹enza de esta historia no fue el desnudo de Vanessa Williams, sino la reacci¨®n de la opini¨®n p¨²blica. ¡°Ahora tengo que plantearme qu¨¦ puedo hacer con mi vida¡±, reflexionaba Williams tras su renuncia, ¡°pero al fin y al cabo solo puedo ir hacia arriba, porque ya he tocado fondo¡±. Ten¨ªa 21 a?os. Pero este thriller de terror mis¨®gino acabar¨ªa convirti¨¦ndose en un cuento de hadas, porque si hay un lugar en la Tierra donde todo esto puede acabar bien ese es Hollywood.
Vanessa Williams contrat¨® al relaciones p¨²blicas Ramon Hervey para que dise?ase una estrategia de recuperaci¨®n. Juntos decidieron c¨®mo ser¨ªa el comunicado de renuncia, juntos acordaron esperar un par de a?os antes de regresar a la vida p¨²blica y juntos tuvieron tres hijos durante un matrimonio de diez a?os (se separaron en 1997; ella se ha casado otras dos veces). En 1988 Williams debut¨® como cantante y actriz y acabar¨ªa convirti¨¦ndose en la Miss Am¨¦rica m¨¢s exitosa en la historia del certamen: 11 nominaciones a los Grammy (entre sus mayores ¨¦xitos musicales est¨¢n el n¨²mero 1 mundial Save the best for last, la banda sonora de Pocahontas, Colors of the wind o su dueto con Chayanne, Refugio de amor), tres nominaciones a los Emmy por Ugly Betty (donde interpretaba a la villana Wilhelmina Slater) y una al Tony por el musical Into the woods.
Williams adem¨¢s apareci¨® en Mujeres desesperadas y se convirti¨® en la primera embajadora negra de L'Oreal a finales de los 90. As¨ª fue como Vanessa Williams atraves¨® la tercera trasformaci¨®n de su imagen p¨²blica hasta erigirse como un s¨ªmbolo de superaci¨®n cuyo ¨¦xito demostraba que, a veces, el mundo sabe enmendar sus errores. Solo faltaba alguien por pedirle disculpas.
En 2016, 32 a?os despu¨¦s de humillarla p¨²blicamente, la organizaci¨®n de Miss Am¨¦rica invit¨® a Vanessa Williams a presidir el jurado. El momento era perfecto: unos meses antes un hacker hab¨ªa publicado fotos privadas de actrices de Hollywood desnudas y Jennifer Lawrence, la m¨¢s popular de las v¨ªctimas, reconoci¨® que su primera intenci¨®n fue disculparse, pero que hab¨ªa decidido negarse a hacerlo, una actitud aplaudida por la opini¨®n p¨²blica. Williams acept¨® volver al certamen con la condici¨®n de que le dejasen cantar una vez m¨¢s, en esta ocasi¨®n Oh How the years go by ('C¨®mo pasan los a?os').
Williams fue recibida como un mes¨ªas, un vellocino de oro y un hijo pr¨®digo: ¡°Ha conquistado el mundo del espect¨¢culo y, esta noche, regresa a casa¡±, exclam¨® el presentador. Tras la actuaci¨®n, el presidente de la organizaci¨®n, Sam Haskell (que hab¨ªa sido jurado en 1983), sali¨® al escenario y, cuando Williams not¨® su mano en la espalda, sab¨ªa que iba a ocurrir algo importante porque Haskell estaba temblando. ¡°Aunque ninguno de los actuales miembros form¨¢bamos parte de la organizaci¨®n en 1984, quiero disculparme en nombre de ella a ti y a tu madre, la se?ora Helen Williams¡±, declar¨® Haskell con el inevitable corte al plano de la madre en la platea. Y a?adi¨®: ¡°Quiero disculparme por todo lo que se dijo y se hizo para que dejases de sentirte la Miss Am¨¦rica que eres y que siempre ser¨¢s¡±.
Y as¨ª fue c¨®mo, tras el v¨ªa crucis y la crucifixi¨®n, Vanessa Williams cerr¨® su relato resucitando en la televisi¨®n en directo y otorg¨¢ndole sentido a un certamen que cada a?o tiene menos raz¨®n de ser.
Hoy, Williams sigue grabando discos y actuando, participa en pel¨ªculas y series ('Modern family' es una de ellas) y tiene una l¨ªnea de ropa llamada V by Vanessa Williams. A veces, el sistema puede ser derrotado.?
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