Luz m¨¢s barata

La comparecencia en el Congreso el mi¨¦rcoles de la ministra de Transici¨®n Ecol¨®gica, Teresa Ribera, ha servido para confirmar que el Gobierno est¨¢ tomando conciencia de los graves problemas de la pol¨ªtica energ¨¦tica en Espa?a. Es un gran avance pol¨ªtico que la ministra se?ale la deficiente regulaci¨®n del mercado el¨¦ctrico como la causa principal de la subida imparable del precio de la electricidad en Espa?a y, por tanto, del coste para los ciudadanos del recibo de la luz. Ribera, adem¨¢s de acertar en el diagn¨®stico cuando apunt¨® al mercado marginalista e inadecuado para fijar el precio de una subida del kilovatio que causa si no alarma s¨ª inquietud entre los espa?oles con menos recursos, adelant¨® su intenci¨®n de reformarlo en profundidad quiz¨¢ cuando exista la oportunidad pol¨ªtica adecuada. Est¨¢ por ver si puede hacerlo, pero el hecho es que quiere y que ha identificado con convicci¨®n una de las causas estructurales del problema, m¨¢s all¨¢ del velo de los motivos coyunturales.

El precio de la electricidad es un factor b¨¢sico en la determinaci¨®n de los precios y costes de la industria y de las econom¨ªas dom¨¦sticas. De ah¨ª que, para mejorar la competitividad general de la econom¨ªa y reducir el castigo de la factura en las rentas m¨¢s bajas, sea conveniente crear un sistema de fijaci¨®n de los precios que reduzca la volatilidad y la tendencia a encarecerse sistem¨¢ticamente por encima de los precios de la electricidad europea. Reducir o suprimir el impuesto del 7% sobre la generaci¨®n el¨¦ctrica es una decisi¨®n de urgencia, necesaria para bajar la presi¨®n del precio sobre el recibo de forma r¨¢pida entre el 3% y 4% (el impuesto sobre la generaci¨®n pesa el 35% sobre la factura); pero no resuelve las deficiencias estructurales del mercado el¨¦ctrico, que requiere una reforma meditada y pactada con los agentes econ¨®micos. El deseo de la ministra de ampliar la cobertura del bono social el¨¦ctrico y de crear ayudas a la calefacci¨®n son inciativas igualmente respetables y necesarias que deber¨ªan concretarse en el menor plazo posible.

El problema de la pobreza energ¨¦tica no se ha afrontado en Espa?a con contundencia desde el Estado ¡ªde hecho, los Gobiernos de las dos ¨²ltimas legislaturas se han limitado a enunciar su existencia y a pasar de puntillas sobre ¨¦l, descargando el problema sobre la log¨ªstica insuficiente y mal dotada de los Ayuntamientos¡ª y ya es hora de que se haga integr¨¢ndolo en el problema global de los precios y de la transici¨®n hacia otros modelos de producci¨®n el¨¦ctrica.

La voluntad y la determinaci¨®n que exhibi¨® la ministra no deben hacernos olvidar que para generar confianza en la nueva pol¨ªtica energ¨¦tica se necesita precisi¨®n y verosimilitud ante los ciudadanos. Para conseguirlas, parece oportuno detallar en cu¨¢nto se va a ampliar la cobertura del bono social, c¨®mo se van a articular las ayudas contra la pobreza energ¨¦tica, cu¨¢les ser¨¢n los criterios del mercado para formar los precios y de qu¨¦ forma se va a conseguir la descarbonizaci¨®n del sistema y una transici¨®n hacia una estructura con el 32% de producci¨®n con energ¨ªas renovables, un plan tan ambicioso que desde luego tiene que explicarse muy bien para que sea cre¨ªble. El mi¨¦rcoles, la ministra apenas rebas¨® el umbral de la declaraci¨®n de intenciones; pero ofrece destellos de un cambio dr¨¢stico en la pol¨ªtica energ¨¦tica.