Clarke, ¡°grandes avances en la estupidez artificial¡±
El autor de 2001 quiso construir una explicaci¨®n atea del origen de la Humanidad y un programa evolucionista
Aunque un espejismo secular nos empuja a considerar el cine como un producto aut¨®nomo, sin apenas conexiones con las corrientes culturales y cient¨ªficas de una ¨¦poca, est¨¢ claro que la literatura, la f¨ªsica, la econom¨ªa y la pol¨ªtica condicionan la construcci¨®n de una pel¨ªcula. Tomemos por caso 2001: una odisea del espacio. El quincuag¨¦simo aniversario de su estreno ha desatado una avalancha de excelencias y loas (gran parte de ellas justificadas) y un perezoso silencio sobre el ide¨®logo del filme, Arthur Charles Clarke. La casi ausencia del escritor brit¨¢nico en los fastos conmemorativos es tanto m¨¢s notable cuanto que este a?o se cumplen 10 a?os de su muerte en Sri Lanka. Clarke acumul¨® todos los premios posibles de la literatura de ciencia ficci¨®n, fue un cient¨ªfico m¨¢s que competente (a ¨¦l se debe la idea de las ¨®rbitas geoestacionarias), y vivi¨® en el ojo del hurac¨¢n de la controversia sobre la conquista del espacio, la vida en el universo y la evoluci¨®n pastoreada por Carl Sagan y Fred Hoyle entre las d¨¦cadas de los cincuenta y de los setenta.
Antes de entrar en materia dejemos constancia ritual de las reticencias de Adorno hacia la Ciencia Ficci¨®n (CF). Gracias al prestigio del g¨¦nero, explic¨® el fil¨®sofo, ¡°el lector no necesita ya sentir verg¨¹enza por ser una persona supersticiosa y cr¨¦dula¡±. Clarke pretend¨ªa ofrecer un ant¨ªdoto contra la superstici¨®n. Sus novelas can¨®nicas (El fin de la infancia, 2001, procedente del relato El centinela, y Cita con Rama) intentan construir una explicaci¨®n atea de la existencia y del origen de la especie. Este proyecto incluye un mito sobre la creaci¨®n (la inteligencia interestelar que puebla de vida y sentido la Tierra) y un esquema evolucionista elaborado. El hombre, supone Clarke, busca (y conseguir¨¢) la inmortalidad biol¨®gica, se fundir¨¢ con las m¨¢quinas (Hal 9000) y, en la ¨²ltima fase evolutiva, acabar¨¢ siendo energ¨ªa pura.
Clarke y Kubrick fabricaron una Teogon¨ªa laica integral, una s¨ªntesis que la CF posterior (Lem) intenta superar con la iron¨ªa y el caos incontrolado. Clarke no aprobar¨ªa el pesimismo que describe y conforma hoy el g¨¦nero. Consciente de que ¡°se han hecho grandes avances en el campo de la estupidez artificial¡±, era optimista en lo general y pesimista en lo particular. Eso tambi¨¦n se aprecia en 2001, el filme.
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