El extra?o caso de ¡®Gran Hermano VIP¡¯ brit¨¢nico: pol¨ªticos, intelectuales y estrellas del pop en la casa
Mientras en Espa?a nos hemos acostumbrado a que el 'reality' se alimente de formatos como 'S¨¢lvame', la versi¨®n inglesa presenta una ex¨®tica mezcla de color¨ªn y biblioteca
Gran Hermano VIP se ha revelado como uno de los grandes ¨¦xitos del oto?o: en su ¨²ltima gala fue seguida un 28,4 % de la audiencia (casi triplicando la media del canal, Telecinco, en agosto) y es un ¨¦xito m¨¢s notorio todav¨ªa por haber reanimado un formato, el de Gran Hermano, cuya ¨²ltima edici¨®n de concursantes an¨®nimos finaliz¨® precozmente por los bajos datos de audiencia. Nadie duda de la clave de su ¨¦xito: meter dentro de la casa a unos personajes habituales del coraz¨®n cuyas tramas, debilidades y car¨¢cter conoce al dedillo cualquier espectador casual de Telecinco.
La escritora Isabel Pisano pact¨® en 2005 un privilegio que no ha tenido ning¨²n otro concursante en la historia de 'Gran Hermano': tendr¨ªa dos horas al d¨ªa para escribir y dos horas al d¨ªa para leer
Una f¨®rmula que funciona y crea a menudo escenas que podr¨ªan pasar por performance en un museo de arte contempor¨¢neo (ejemplo: en una sala completamente oscura dos mujeres, sobre sendos podios blancos, se insultan como si parodiasen una vieja telenovela). Y que naci¨® muy lejos de aqu¨ª, hace muchos a?os y fruto de lo que parec¨ªa mala suerte convertida despu¨¦s en carambola. Ruth Wrigley es la productora y consultora televisiva que llev¨® el formato de Gran Hermano?a Inglaterra desde el pa¨ªs que lo cre¨® en 1999, Holanda. All¨ª la primera versi¨®n con famosos se estren¨® en 2001 (en Telecinco no llegar¨ªa hasta 2004) y, seg¨²n cont¨® a The Guardian, le prometieron grandes estrellas para participar, ya que el objetivo del programa era ben¨¦fico y eso eliminaba cualquier sospecha de fama o de enriquecimiento por parte de los participantes.
Pero no ocurri¨®. ¡°De repente lo ¨²nico que ten¨ªamos eran famosos como un exboxeador que entraba en la casa subido a una moto¡±, coment¨® Ruth Wrigley a The Guardian. Y a?adi¨®: ¡°Y acab¨® siendo genial¡±. Lo que aquel programa confirm¨® fue algo que nadie sab¨ªa: que este tipo de formato interesaba mucho m¨¢s si dentro de la casa hab¨ªa estrellas del pasado, personajes cuyo momento hab¨ªa quedado atr¨¢s y ve¨ªan el concurso como una especie de posibilidad para volver al candelero. Lo que el espectador quer¨ªa era una mezcla de morbo y l¨¢stima. Cuanto m¨¢s acabado estuviese el personaje, mejores momentos de televisi¨®n dar¨ªa.
Aquella edici¨®n dur¨® solo ocho d¨ªas y sus buenos resultados animaron a que se emitiese una segunda al a?o siguiente. Pero algo hab¨ªa cambiado: esta vez entraron en la casa dos tipos de concursantes muy diferentes. Uno era Goldie, productor y DJ pionero del drum and bass en los noventa que hab¨ªa colaborado con David Bowie. El otro, Mark Owen, ¨ªdolo mundial de adolescentes en sus tiempos de Take That que, al contrario que excompa?eros de banda como Robbie Williams, no hab¨ªa tenido demasiado ¨¦xito individual. Cuando Owen gan¨® el concurso nueve d¨ªas despu¨¦s, su fama se multiplic¨® en Inglaterra, volvi¨® al top 5 de las listas de ventas con un sencillo (Four minute warning) y fue invitado por Williams a cantar con ¨¦l durante un concierto en Knebworth. Entrar en un reality show de famosos no hab¨ªa sido el golpe de gracia para su muerte profesional, sino su salvaci¨®n.
El panorama hab¨ªa cambiado completamente. En la siguiente edici¨®n (que no se emiti¨® hasta 2005, tres a?os despu¨¦s) entraron en la casa Mark Berry, bailar¨ªn y percusionista de los Happy Mondays, y la feminista Germaine Greer, un referente acad¨¦mico gracias a La mujer eunuco, un ensayo sobre el feminismo publicado en 1970 traducido a once idiomas y al que The New York Times llam¨® ¡°el mejor libro sobre mujeres hasta la fecha¡±. Y es en este momento cuando, por primera y ¨²ltima vez, encontramos un reflejo de este fen¨®meno en la versi¨®n espa?ola.
Gran Hermano VIP se hab¨ªa estrenado en Espa?a con ¨¦xito en 2004, tres a?os despu¨¦s que la inglesa y con un formato diferente. No duraba ocho d¨ªas, sino 68, y en su reparto no encontramos nada llamativo:? habituales de la prensa del coraz¨®n y concursantes de otros realities anteriores. Pero en la edici¨®n de 2005, la productora Endemol meti¨® en la casa a dos personajes aut¨¦nticamente inesperados.
Uno era Tontxu, cantautor que se hab¨ªa ganado la vida tocando en diversos caf¨¦s de Madrid hasta que EMI le public¨® un disco en 1997 con el que fue nominado como Autor Revelaci¨®n en los Premios de la M¨²sica. Form¨® parte, junto a Pedro Guerra, Rosana o Ismael Serrano de una ¨¦poca dorada a finales de los noventa de la m¨²sica de autor en la radiof¨®rmula espa?ola. Sus seguidores lo criticaron por venderse a la fama televisiva y ¨¦l defendi¨® que lo ve¨ªa como una forma de promocionar su nuevo disco, que sal¨ªa ese mismo a?o, aunque acabar¨ªa confesando m¨¢s tarde que necesitaba el dinero (¡°ten¨ªa un agujero en el bolsillo¡±). Ha continuado con su carrera, apenas ha vuelto a hablar del tema y en la biograf¨ªa de su web?oficial no consta que haya pasado por el concurso.
La otra concursante sorprendente fue la escritora uruguaya Isabel Pisano: Medalla del Ministerio de Cultura, actriz que apareci¨® en Bilbao de Bigas Luna, posteriormente corresponsal de guerra para la RAI o El Mundo?y autora de libros superventas como el ensayo Yo puta. Adem¨¢s, fue amante de Yasir Arafat. Seg¨²n contar¨ªa posteriormente, Pisano estaba muy interesada en la idea de la vigilancia post 11-S y en la teor¨ªa de que todo el mundo se hab¨ªa convertido en un Gran Hermano. Eso la empuj¨® a aceptar la oferta. Adem¨¢s, pact¨® antes de entrar un privilegio que no ha tenido ning¨²n otro concursante en la historia del formato: tendr¨ªa dos horas al d¨ªa para escribir y dos horas al d¨ªa para leer. ?Qu¨¦ estaba escribiendo Pisano mientras en la misma casa King ?frica, Charo Mohedano y Kiko Matamoros discut¨ªan sobre la prueba semanal? Una biograf¨ªa de su examante Arafat llamada Yasir Arafat: la pasi¨®n de un l¨ªder. Telecinco, definitivamente, no explot¨® las posibilidades como espect¨¢culo de aquella dicotom¨ªa televisada.
La entrada de un personaje tan especial no volvi¨® a repetirse en las consiguientes ediciones de Gran Hermano VIP en Espa?a, aunque fue muy comentada la participaci¨®n de una escritora ganadora del Premio Planeta, Luc¨ªa Etxebarr¨ªa, en el reality de convivencia de Telecinco Campamento de verano en 2014.??
Una de las escenas m¨¢s llamativas de la historia de 'Celebrity Big Brother': el director de cine nominado a un Oscar Ken Russell discutiendo con la exconcursante Jade Goody.
En Reino Unido la costumbre no solo se hab¨ªa instalado en Celebrity Big Brother, sino que hab¨ªa saltado tambi¨¦n a otros reality shows de convivencia y aventura como I am a celebrity! Get me out of here! (¡°?Soy famoso, s¨¢came de aqu¨ª!¡±, una especie de Supervivientes). All¨ª pudimos ver a Johnny Rotten de los Sex Pystols, a Cerys Matthews de Catatonia, a Shaun Ryder de los Happy Mondays y a bastantes pol¨ªticos (han participado hasta cinco, tanto conservadores como laboristas).?
Uno de los golpes de efecto del Gran Hermano VIP brit¨¢nico fue meter en la casa al director de cine Ken Russell en 2007. ?Uno de los directores ingleses m¨¢s c¨¦lebres y pol¨¦micos, nominado a un Oscar (por Mujeres enamoradas en 1969), responsable de la ¨®pera rock Tommy con los Who y de ochenta a?os de edad dentro de un reality show? ¡°La entrada de Russell como concursante en Celebrity Big Brother fue como ver a Scorsese en Cifras y letras¡±, escribi¨® el cr¨ªtico televisivo Mark Lawson en The Guardian. ¡°El programa tiene un historial de elegir a concursantes que pueden gustar a los lectores de cierta edad de este peri¨®dico, pero es la primera vez que uno solo es reconocible por esa franja de audiencia. Fue la primera vez que los j¨®venes espectadores apostados a las afueras de la casa de Gran Hermano no sab¨ªan si vitorear o abuchear a un concursante: no ten¨ªan ni idea de qui¨¦n era¡±. Dentro de la casa, otro gran episodio ten¨ªa lugar: Russell se presentaba ante Jermaine Jackson, una miss brit¨¢nica y un exfutbolista. ¡°Soy un viejo director de cine ingl¨¦s¡±, les dijo.?
Russell, por cierto, abandon¨® la casa al quinto d¨ªa tras discutir con una exconcursante de otra edici¨®n de Gran Hermano.?
La tradici¨®n continu¨®: el bajista de los Spandau Ballet particip¨® en 2012, un exentrenador del Manchester United y Atl¨¦tico de Madrid (Ron Atkinson) en 2013, el boxeador Evander Holyfield en 2014, la cantante Patsy Kensit, l¨ªder de Eigth Wonder, en 2015, una de las miembros de The Nolans en 2017 y la actriz Kirstie Alley, ganadora de dos Emmy y un Globo de Oro, en 2018.
?Es plausible en Espa?a que el mundo de la cultura y el del color¨ªn se puedan mezclar como en Inglaterra? No lo parece por ahora. La deriva de los reality shows de celebridades hacia el formato de S¨¢lvame solo aumenta la brecha que existe entre la televisi¨®n de entretenimiento para las masas y la intelectualidad. En una televisi¨®n donde los escritores ya no aparecen ni en los programas de entrevistas es mucho menos probable que lo hagan en uno de convivencia.
Pero tal vez intelectualizar un formato como Gran Hermano nunca fue el objetivo ni deber¨ªa serlo. En Espa?a la duraci¨®n de cada gala es tan larga y est¨¢ llena de tantos momentos muertos que, en realidad, el espectador puede leer a Tolst¨®i mientras sigue la trama con detalle. Ese es el gran triunfo del concurso, aunque ya no haya dentro alguien escribiendo biograf¨ªas sobre Arafat.?
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