A la hora de la verdad
Miren se encuentra en una encrucijada: debe elegir entre una vida de estreno junto a otro hombre o la cotidianidad al lado de su marido, cuyo recuerdo va acompa?ado de un cat¨¢logo de olores y sabores.
Si hasta los ancestrales pasteles de luna chinos, destinados a cautivar los paladares m¨¢s tradicionales, se hab¨ªan modernizado con nuevas recetas en relativamente poco tiempo, ?por qu¨¦ sus sentimientos, apetencias y planes de futuro no pod¨ªan tambi¨¦n evolucionar? Camino a casa, se hostigaba con esta idea cargada de implicaciones para su vida, portando en el asiento del copiloto una caja de pasteles de luna con que le hab¨ªa obsequiado un cliente de Suzhou.
La primera vez que prob¨® este dulce fue durante un viaje por China que coincidi¨® con la Fiesta del Medio Oto?o. Fue entonces cuando le explicaron de d¨®nde ven¨ªa la costumbre de compartirlos, el origen de su apelativo y por qu¨¦ en los relieves que rematan la cara superior, acompa?ando los caracteres de longevidad y armon¨ªa, en ocasiones hab¨ªa un conejo, s¨ªmbolo de la luna. En el calendario lunar chino su marido era conejo, amante de la vida tranquila y familiar, envuelto en un car¨¢cter afable y discreto, caracter¨ªsticas que, junto a su capacidad de previsi¨®n y atenciones, lo convert¨ªan en el marido so?ado.
En alg¨²n momento sucedi¨®, sin recordar cu¨¢ndo ni c¨®mo, que aquellas manos que tanto la hab¨ªan acariciado, cuyo tacto era tan familiar, ahora la incomodaban. En la ¨¦poca de sus padres las relaciones de pareja no caducaban, como tampoco caducaban los huevos, los yogures o las conservas. En su mente inquieta, el rumor de la ni?ez transcurr¨ªa entre aromas de comidas y un moralizante susurro. Era como si fechas determinadas del calendario o situaciones espec¨ªficas estuviesen indisolublemente acompa?adas de un sabor concreto.
¡°Si te equivocas de mirada¡¡±, pensaba ella mientras segu¨ªa conduciendo en direcci¨®n a casa. Pues si te equivocas de mirada, cruzas el umbral donde la sensatez se desvanece
En el diccionario de Miren, pasi¨®n se escrib¨ªa con ¡°g¡± de Gabriel y de ?gallo, el animal que le correspond¨ªa en el zodiaco chino. Era brasile?o y ocho a?os menor. Los present¨® un conocido en una de las fiestas que se celebraban en paralelo a una feria de turismo. ?l hab¨ªa participado en una mesa redonda exhibiendo su carisma y sus notables habilidades para la oratoria. La conversaci¨®n fluy¨® cordial y se mostr¨® agradable y simp¨¢tico. Sigui¨® la fiesta, comieron algo, bebieron mucho, bailaron, rieron.
¡°Si te equivocas de mirada¡¡±, pensaba ella mientras segu¨ªa conduciendo en direcci¨®n a casa. Pues si te equivocas de mirada, cruzas el umbral donde la sensatez se desvanece. ¡°Se me complic¨®¡±, justificaba, despu¨¦s de tres a?os de encuentros. Los gallos son meticulosos, rom¨¢nticos y luchan por el control de su pareja. Hac¨ªa ya meses que Gabriel le hab¨ªa propuesto que dejase a su marido, y ma?ana era el d¨ªa en que ella deb¨ªa dar la respuesta.
Una de sus creencias m¨¢s firmes heredadas de su madre, la fidelidad conyugal, hab¨ªa volado por los aires. Pero no estaba dispuesta a perder otra costumbre: el placer de comer bien. Su marido era un virtuoso entre los fogones, mientras que los almuerzos con Gabriel no hab¨ªan pasado nunca de simulacro. Al fin y al cabo, la lujuria se desgasta con la anticipaci¨®n. Preludiar qu¨¦ vas a escuchar, c¨®mo te van a tocar, qu¨¦ te van a pedir¡ es nefasto para la cama, pero bueno para la mesa. La batalla entre los remordimientos y el placer de comer bien la gan¨® esto ¨²ltimo. Ya en el garaje de su casa, escribi¨® a Gabriel: ¡°Quiero pedirte perd¨®n, pero te tengo que soltar¡±. Y entr¨® con la caja de pasteles de luna para cenar con su marido.
¡®Gyoza¡¯ de codorniz
Ingredientes
Para 4 personas
Para la masa
- 100 mililitros de agua
- Una cucharadita de sal
- 200 gramos de harina
- Un poco de harina de ma¨ªz
Para el guiso de codorniz
- 50 gramos de cebolla
- 50 gramos de zanahoria
- 50 gramos de pimiento rojo
- 1 diente de ajo
- 50 gramos de tomate
- Una cucharada sopera de aceite de oliva
- 25 mililitros de vino de Oporto
- 25 mililitros de vino de Jerez
- 2 codornices
Acabado
- El relleno de codorniz
- 12 c¨ªrculos de masa
- Salsa
Instrucciones
1. Para la masa
En un cazo, poner el agua a hervir con la sal. Cuando esté hirviendo, añadir la harina de golpe y amasar fuera del fuego, con ayuda de una espátula, hasta que la masa se despegue.
Dejar reposar la masa media hora.
Estirar con ayuda de un rodillo y un poco de harina de maíz hasta que la masa tenga 1 milímetro de grosor. Cortar círculos con un cortapastas.
4. Para el guiso de codorniz
Lavar, pelar y cortar las verduras en dados pequeños.
Sofreír las verduras en una olla con aceite hasta que estén doradas.
Añadir las codornices sin vísceras y sofreírlas. Incorporar el oporto y el jerez y cubrir con agua.
Dejar guisar durante 45 minutos a fuego bajo. Colar y dejar enfriar.
Desmigar la carne de las codornices y mezclar con las verduras. Por otro lado, poner a reducir el caldo sobrante hasta que obtenga una textura de salsa.
9. Acabado y presentaci¨®n
Disponer un poco de relleno en cada círculo. Mojar con agua los bordes y hacer tres pellizcos en la masa hasta que esté bien cerrada.
Cocer durante un minuto en agua hirviendo y untar la salsa.
Propiedades
La codorniz aporta 106 kilocalor¨ªas por cada 100 gramos de producto. Es un alimento bajo en az¨²car. En cuanto a las vitaminas, destacan la B6 y B3. En 100 gramos contiene 47 miligramos de sodio. Contiene apenas 1,6 gramos de grasa, mientras que aporta 23 gramos de prote¨ªnas por cada 100 gramos. Entre otras cualidades, la carne de codorniz resulta beneficiosa para el sistema circulatorio.
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