Rey de tablas

En mi ya larga vida he visto bastantes obras de Valle-Incl¨¢n sobre los escenarios, pero no todas, ni siempre presentadas con acierto. Esto es una extravagancia. En Inglaterra puede uno ver obras de Shakespeare todos los meses del a?o y todas ellas. ?Que no cabe la comparaci¨®n? Pues no s¨¦ si habr¨¢n observado que Inglaterra se ha ido pareciendo cada vez m¨¢s al teatro de Shakespeare y Espa?a sigue sin tener otro espejo que las obras de Valle. Es nuestro Shakespeare porque nosotros estamos hechos a imagen y semejanza de los personajes de su teatro.

En Inglaterra ya no se matan mediante veneno, pu?aladas o espada, pero es porque ahora los asesinatos son inmateriales. La primera ministra recibe todos los d¨ªas 11 muertes digitales, muchas de ellas enviadas por sus amigos y parientes. Nosotros ya no vemos por las calles a los n¨®madas mostrando en un carro al ni?o hidroc¨¦falo con el que ganan unas monedas limosneras. Ahora el ni?o hidroc¨¦falo suele ocupar un puesto en la Administraci¨®n desde donde hace rodar los dineros hasta las cloacas del comisario. No puedo entender por qu¨¦ no figura en nuestros teatros, de modo institucional, una semana de Valle-Incl¨¢n cada temporada en la que podamos ver reflejado (y quiz¨¢s corregir) alg¨²n vicio nacional o por lo menos avergonzarnos de ¨¦l. Se acaba de publicar el quinto y ¨²ltimo volumen de la obra completa de Valle en la gran Biblioteca Castro. En esta espl¨¦ndida conclusi¨®n, adem¨¢s de un extenso ensayo de Margarita Santos Zas, vienen las 11 piezas de teatro m¨¢s asombrosas de aquel escritor asombroso. Las 11 deber¨ªan figurar en cartel todas las temporadas. Su potencia crece con los a?os porque cada d¨ªa nos describen mejor. Const¨¢telo: se estrena ahora, en octubre, Luces de bohemia.