Bichos asesinos: la muerte de ocho patas

¡°Miramos cautelosamente el peque?o objeto de la punta de su dedo, con una reveladora forma roja de reloj de arena en el brillante dorso. Parec¨ªa imposible que algo tan peque?o provocara una agon¨ªa instant¨¢nea, pero no nos enga?emos, un simple picotazo de una maliciosa viuda negra australiana representa a los pocos minutos un escozor desesperante, un flujo profuso de l¨ªquidos corporales y, si no hay atenci¨®n m¨¦dica, la muerte segura". Hay m¨¢s de 30 variedades de ara?a viuda distribuidas por las regiones templadas y c¨¢lidas de todo el mundo (en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica existe la variedad Latrodectus tredecimguttatus), pero es la viuda negra australiana (Latrodectus hasseltii), tambi¨¦n conocida como redback spider (ara?a de espalda roja), la que tiene peor fama. En su libro de viajes sobre Australia En las ant¨ªpodas (Down Under), al que pertenece la cita de arriba, el periodista Bill Bryson se refiere a ella como ¡°la muerte de ocho patas¡±.

Se las reconoce por el color negro y una caracter¨ªstica mancha roja en el abdomen con forma de reloj de arena (?para contar los minutos que te quedan?). Se trata, adem¨¢s, de una de las ara?as m¨¢s peligrosas: su veneno, neurot¨®xico, es quince veces m¨¢s potente que el de la v¨ªbora de cascabel y, aunque inocula una dosis muy peque?a, puede darte un disgusto.

Efectos secundarios

En Dangerous to man (Peligrosos para los humanos), Roger Caras describe su picadura como ¡°insoportablemente dolorosa, con terribles calambres en el vientre y las extremidades¡±. Los efectos suelen aparecer pocos minutos despu¨¦s de la mordedura, aunque los s¨ªntomas m¨¢s graves se producen a las pocas horas. En Envenenamientos por animales, Arturo Valledor de Lozoya, m¨¦dico y especialista en toxicolog¨ªa animal, pinta este bonito cuadro cl¨ªnico, conocido como latrodectismo: ¡°Dolor cada vez m¨¢s intenso; sensaci¨®n de ardor en la planta de los pies, calambres y espasmos; hiperreflexia osteotendinosa; rigidez de la pared abdominal; posici¨®n fetal de la v¨ªctima; retenci¨®n urinaria; fasciculaciones y parastesias; cefaleas, n¨¢useas y v¨®mitos; salivaci¨®n y sudoraci¨®n profusa, y delirio y ansiedad extrema¡±. ?A que da mucho miedo? Aparte de causar un intenso dolor, su mordedura tiene un curioso efecto en los hombres: provoca priapismo (una erecci¨®n larga y dolorosa), de ah¨ª la expresi¨®n ¡°estar picado de ara?a¡±. La erecci¨®n resultante puede durar varias horas, y actualmente se investiga uno de los componentes de su toxina para el tratamiento de la disfunci¨®n er¨¦ctil.

Cura sana, medicina de gallina¡­

El veneno neurot¨®xico de la viuda negra se est¨¢ estudiando para la elaboraci¨®n de f¨¢rmacos contra enfermedades degenerativas como el p¨¢rkinson o el alzheimer, por sus efectos en la liberaci¨®n de acetilcolina, un neurotransmisor. No es el ¨²nico veneno que cura: la apitoxina de la abeja se ha utilizado tradicionalmente como antiinflamatorio contra la artritis: esta acci¨®n curativa del veneno de abeja se basa principalmente en la capacidad de uno de sus componentes, la apamina, para estimular la producci¨®n corporal de cortisona, que alivia las enfermedades reum¨¢ticas y otras afecciones como neuralgias, lumbago o ci¨¢tica. Con el veneno de la v¨ªbora com¨²n, los galenos de la antigua Roma fabricaban la triaca, una p¨®cima curalotodo cuyo uso se extendi¨® hasta la Edad Media: el famoso b¨¢lsamo de Fierabr¨¢s que alaba don Quijote. Del veneno de los b¨²ngaros o kraits, un g¨¦nero de serpientes de la familia de los el¨¢pidos, se extrae un f¨¢rmaco contra las miastenias y la par¨¢lisis facial; en China, la secreci¨®n de las gl¨¢ndulas cut¨¢neas de diversas especies de anuros, incluidos los sapos comunes, se emplea desde hace siglos con fines terap¨¦uticos (lo que no indica que funcione: tambi¨¦n fabrican p¨®cimas con cuerno de rinoceronte y bilis de oso); y, a partir de la toxina de la v¨ªbora del templo (Tropidolaemus wagleri), un ofidio venenoso del sureste de Asia, hacen una crema contra las arrugas que, seg¨²n dicen, te deja la cara m¨¢s tersa que el culito de un beb¨¦. Por cierto, ?alguien sabe qu¨¦ pas¨® con la baba de caracol? ?Ya no est¨¢ de moda?