Impresiones de un congreso de periodismo de migraciones
M¨¦rida acoge el primer congreso internacional de periodistas especializados en movilidad humana
¡°La moda es un mundo de personajes poco recomendables en el que me siento totalmente integrado¡±. La frase de John Galliano/Joaqu¨ªn Reyes se ajusta al pelo a mi relaci¨®n con el mundo del periodismo. Menos de cinco a?os trabajando entre ellos y me encuentro como pez en el agua. Por eso no les sorprender¨¢ que esperase con tanta ilusi¨®n el I Congreso Internacional de Periodismo de Migraciones, organizado la semana pasada por la Fundaci¨®n porCausa con el apoyo de la Agencia Extreme?a de Cooperaci¨®n (AEXCID). M¨¢s de cien profesionales que informan sobre el fen¨®meno de la movilidad humana, reunidos por primera vez en M¨¦rida para compartir sus experiencias, inquietudes y aspiraciones.
El congreso dej¨® para m¨ª una conclusi¨®n por encima de cualquier otra: existe una categor¨ªa del periodismo en el tema de las migraciones, equivalente a otras categor¨ªas tem¨¢ticas que reciben mucho m¨¢s inter¨¦s y especializaci¨®n que esta. La informaci¨®n sobre la realidad de la movilidad humana exige un cierto conocimiento que muy a menudo se echa en falta en las piezas que leemos, vemos y escuchamos en los medios de comunicaci¨®n convencionales. No se trata solo de la jerga t¨¦cnica, sino de la comprensi¨®n del contexto, causas y consecuencias del fen¨®meno. Fue fascinante, por ejemplo, escuchar una conversaci¨®n sobre este punto de boca de fotoperiodistas como Teresa Palomo, Ignacio Mar¨ªn, C¨¦sar Dezfuli y Pau Coll, que lidian constantemente con el intento de manipulaci¨®n de sus im¨¢genes y con el reto de contar historias de enfoque amplio y lento.
Qued¨® claro que algunos de los desaf¨ªos que enfrentan estos periodistas son comunes al resto de la profesi¨®n. La precariedad y la vulnerabilidad se han convertido en el pan de cada d¨ªa de muchos profesionales, especialmente los que trabajan como freelance y sobre el terreno (r¨ªanse ustedes de las condiciones log¨ªsticas y de seguridad de los cooperantes, de quienes hablamos mucho m¨¢s a menudo). Tambi¨¦n deben superar el desinter¨¦s de sus jefes y de muchos lectores, acostumbrados en la selecci¨®n de los temas a ofrecer y demandar espuma para tertulianos.
Pero otros problemas afectan de manera particular a quienes se especializan en migraciones. La mesa dedicada a la desinformaci¨®n, sin ir m¨¢s lejos, fue sencillamente espeluznante. Mientras Beatriz Mar¨ªn (Comisi¨®n Europea) recitaba titulares de noticias falsas que rozaban lo esperp¨¦ntico, Julio Montes y Clara Jim¨¦nez (Maldita.es) describ¨ªan el modo en que WhatsApp se ha convertido en uno de los medios m¨¢s eficaces para expandir mierda. Mierda falsa. Tambi¨¦n es tristemente propio el acoso legal al que son sometidos muchos informadores en puntos calientes como Melilla. Solo un ejemplo: realizar una fotograf¨ªa a un guardia civil perpetrando lo que la legislaci¨®n internacional considera una ilegalidad (las devoluciones en caliente) puede acarrear multas de miles de euros y otros disgustos judiciales.
Pese a todo, un peque?o ecosistema de profesionales y nuevas organizaciones van conformando esta especialidad del ¡°periodismo de migraciones¡±. Me impresion¨® la creatividad de nuevos espacios como Refugees Deeply, F¨ªltrala y El Orden Mundial; me conmovieron y cabrearon las historias de frontera de Eileen Truax, Elena Gonz¨¢lez, Fernando Garc¨ªa, Sonia Moreno, Sergio Rodrigo y Antonio Ruiz; me inspiraron la profesionalidad tozuda de un africanista como Jos¨¦ Naranjo, la lucidez narrativa de Diego Fonseca y la mirada fresca de C¨¦sar Astudillo. Y aprend¨ª mucho del esfuerzo de periodistas como Naiara Galarraga, Gabriela S¨¢nchez, David Jim¨¦nez y Virginia P¨¦rez Alonso para garantizar una cobertura completa y ¨¦tica de las migraciones en medios generalistas.
Ellos ¨Cy muchos otros que estaban all¨ª y que no menciono¨C ofrecen la esperanza de un debate p¨²blico veraz, informado y exigente en un momento de la historia en el que lo necesitamos de forma desesperada. Ha sido un privilegio compartir con ellos un par de d¨ªas y espero que se repita.
Y algo m¨¢s: este congreso ha sido posible gracias a la generosidad y la visi¨®n de la Agencia Extreme?a de Cooperaci¨®n y de su responsable, ?ngel Calle. Tambi¨¦n a la hospitalidad de la ciudad de M¨¦rida. Con franqueza, no creo que haya nada casual en este proyecto improbable para una agencia regional de cooperaci¨®n: como han insistido sus representantes a lo largo de todo este proceso ¨Cincluyendo el presidente Fern¨¢ndez Vara, que clausur¨® el congreso¨C, Extremadura solo puede ser comprendida como tierra de emigraci¨®n y de acogida. Su compromiso con esta reuni¨®n se sostiene sobre una empat¨ªa fundamental con el Otro, que no es amenaza ni v¨ªctima, sino vecino y ciudadano. No se me ocurre un ejemplo m¨¢s inspirador en estos tiempos que corren. Gracias.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.