Hasta los Mossos

Mientras en Catalu?a el mundo independentista est¨¢ seriamente dividido, con enredos cada vez m¨¢s dif¨ªciles de resolver, la sociedad catalana e, incluso, las instituciones m¨¢s impensables, est¨¢n dando serias muestras de hast¨ªo y cansancio.

La sociedad catalana cambi¨® hace un a?o, el d¨ªa de la manifestaci¨®n del 8 de octubre, el domingo siguiente al de las mentiras que se crey¨® medio mundo, en el que la emboscada que tendi¨® la trama golpista a la polic¨ªa nacional mostr¨® una realidad que no fue. El discurso del Rey, una pieza antol¨®gica de dignidad e inteligencia pol¨ªtica, abri¨® los ojos al inminente peligro que corr¨ªamos. Muchos vieron que no estaban solos, se levant¨® el ¨¢nimo de todos.

Lo sucedido en el Parlamento la semana pasada ha desgastado seriamente al independentismo. Incluso el m¨¢s lego en pol¨ªtica percibe la falta de seriedad y aquello no fue serio, desde cualquier punto de vista. Adem¨¢s fue repetitivo: ya el a?o pasado se sucedieron en aquella c¨¢mara los espect¨¢culos lamentables que todos recordamos. Se le llama legislativo porque aprueba leyes y es el primero en salt¨¢rselas a la torera cuando conviene. Esto lo ve todo el mundo y el rid¨ªculo es espantoso. Tras tres meses de estar cerrado el Parlamento porque los partidos independentistas no se ponen de acuerdo, se abre de nuevo y siguen en desacuerdo. El riesgo de ser procesados es un l¨ªmite a sus actuaciones que hace un a?o no ten¨ªan. Es normal: tambi¨¦n los ciudadanos tenemos la precauci¨®n de beber bebidas alcoh¨®licas con moderaci¨®n cuando se pusieron controles. Para eso sirven las leyes, para frenarnos cuando las reglas morales no son suficientes.

Pero, adem¨¢s, ha habido otro s¨ªntoma muy significativo: la actitud de los Mossos d'Esquadra, la polic¨ªa catalana. Una buena parte est¨¢n hartos de recibir ¨®rdenes de sus jefes, motivadas en razones pol¨ªticas y no en policiales, y cargar con el muerto de su ineficacia cuando la responsabilidad no es suya sino de los mandos. El viernes pasado se inaugur¨® la Escuela de Polic¨ªa, no se invit¨® a las autoridades estatales, como era habitual, y los mossos prsentes ni se levantaron cuando entr¨® en la sala el conseller de Interior, el se?or Buch. El s¨¢bado, 4.500 Mossos se manifestaron en el centro de Barcelona para exigir ¡°dignidad¡±, ¡°respeto¡± y, seg¨²n La Vanguardia, ¡°dejar de volver a ser un instrumento pol¨ªtico¡±. Hac¨ªa pocos d¨ªas que los comandos separatistas estuvieron a punto de asaltar el Parlamento porque sus mandos pol¨ªticos no les dejaban intervenir.

El independentismo no se acaba, no lancemos las campanas al vuelo. Lo que quiz¨¢s agoniza es la alocada estrategia de Puigdemont. Parece abrirse paso otra igualmente radical, pero m¨¢s inteligente: la que propugna Junqueras.