El machismo en la cr¨®nica negra: por qu¨¦ en Espa?a nos fascinan m¨¢s las asesinas que los asesinos
Cuando es el hombre el que mata, su caso pasa a engrosar la estad¨ªstica. Cuando es ella, se pone inmediatamente en marcha todo el circo medi¨¢tico
La violencia machista ya se ha cobrado en lo que llevamos de a?o la vida de 46 mujeres. A lo mejor el lector no recuerda el nombre de alguna de las v¨ªctimas. Seguro que tampoco el de los verdugos. M¨¢s f¨¢cil es sin embargo acordarse de Ana Julia Quezada, asesina confesa del ni?o Gabriel Cruz, en N¨ªjar, o de la entrada este verano de Conchi M. en los juzgados de Alicante, arrastrada por varios polic¨ªas al juzgado de Alicante despu¨¦s de ser pillada in fraganti por una agente presuntamente asesinando con un destornillador a su casi reci¨¦n estrenado marido.
Ese d¨ªa, La Viuda Negra, como la bautizaron inmediatamente en televisi¨®n (tambi¨¦n la llamaron La Asesina del Destornillador), se negaba a andar, pero los medios s¨ª que recorrieron un largo camino, destripando todos los antecedentes de esta mujer. Hasta encontraron enseguida a una hijastra que la acus¨® ante las c¨¢maras de ser una mala madre.
¡°En los cuentos infantiles, que suponen las primeras historias de sucesos que reciben los ni?os y ni?as, 'la mala' siempre es una mujer
Esta corriente informativa fue torrente en el ya mencionado caso de Ana Julia. Desde que fue detenida por el asesinato de Gabriel Cruz el 11 de marzo pasado, su nombre ha ido acompa?ado de palabras como "odio", "frialdad", "maldad"¡ Se ha aireado todo su pasado, con jugosas paradas en clubes de alterne, relaciones anteriores y hasta el posible asesinato de otra hija en el pasado. Tambi¨¦n nos hemos enterado de que en la c¨¢rcel sus compa?eras dicen que se da aires de marquesa. Demasiados detalles, sobre todo si lo comparamos con los casos en los que es el hombre quien mata.
Cuando hablamos de lo que antes se llamaba en este pa¨ªs "crimen pasional" y hoy conocemos como violencia machista, los medios casi siempre reducen el caso a una cifra que cubre como una manta la intimidad y antecedentes del asesino.
?Pero por qu¨¦ existe una mayor fascinaci¨®n por las asesinas que por los asesinos? Miriam Guti¨¦rrez Marinas, psic¨®loga experta en violencia machista, se?ala que desde ni?os nos preparan para ello. ¡°En los cuentos infantiles, que suponen las primeras historias de sucesos que reciben los ni?os y ni?as, la mala siempre es una mujer. Suele ser cruel, despiadada y mal¨¦fica. Despu¨¦s llegar¨¢n otras figuras malvadas y horribles encarnadas por hombres (por cierto, inspirados en personajes reales de la historia), pero, a priori, esa primera impresi¨®n en la m¨¢s tierna infancia sobre las malas es la que nos llega¡±. Nada que guste m¨¢s a los medios, pues, que una buena bruja.
Marisa Soleto ?vila, directora de Fundaci¨®n Mujeres, cree que entre las m¨²ltiples causas de esta sobreactuaci¨®n medi¨¢tica est¨¢ la propia naturaleza de la informaci¨®n. ¡°Los asesinatos cometidos por mujeres son menos frecuentes. Seguramente por eso despiertan m¨¢s curiosidad social y hace tambi¨¦n que los medios presten m¨¢s atenci¨®n a los detalles, se les conceda m¨¢s espacio o tiempo, se analicen m¨¢s o se promuevan tertulias y debates sobre el tema, porque se sabe que el p¨²blico que consume informaci¨®n siente inter¨¦s por ello¡±.
A Soleto no le gusta ¡°este tipo de informaci¨®n que hace del relato de un suceso un info-show que se regodea con el morbo¡±, y advierte adem¨¢s sobre otro peligro: ¡°El problema surge cuando en el marco de estos relatos no solo se recurre a la informaci¨®n morbosa, sino que surgen personas que intentan minimizar la violencia que se comete contra las mujeres justificando la existencia de mujeres que tambi¨¦n son asesinas y homicidas. Esto es lo que nos debe preocupar y no se debe admitir como contenido informativo¡±.
Casi siempre, el siniestro goteo de mujeres asesinadas en manos de sus parejas o exparejas se trata en los medios con cierta rutina burocr¨¢tica. La inercia se reduce a se?alar el n¨²mero que ocupa en el marcador de asesinatos machistas en Espa?a. ¡°Con este, van 38¡±. Punto pelota. Como mucho, se se?ala si hab¨ªa denuncias previas y se recuerda, eso s¨ª, al consumidor que siempre hay que denunciar. No lo olvid¨¦is. Y el p¨²blico tampoco parece pedir nada m¨¢s.
Casi siempre, el siniestro goteo de mujeres asesinadas en manos de sus parejas o exparejas se trata en los medios con cierta rutina burocr¨¢tica. La inercia se reduce a se?alar el n¨²mero que ocupa en el marcador de asesinatos machistas en Espa?a: ¡°Con este, van 38¡±
¡°El feminismo est¨¢ de moda y en cierto modo todo el mundo milita en contra de la violencia de g¨¦nero, pero el rechazo se est¨¢ automatizando, es soso y sin pasi¨®n. Nos est¨¢n matando y solo decimos ¡®ni una m¨¢s¡¯, pero lo hacemos en un tono incr¨¦dulo. No tomamos las calles, no gritamos, no convocamos huelgas generales en protesta por los cr¨ªmenes machistas¡ No s¨¦ si lo llamar¨ªa insensibilidad, pero desde luego, los asesinatos, cada uno de ellos, no provocan la reacci¨®n ciudadana global que el problema merece. Tres minutos de silencio en el ayuntamiento de turno el d¨ªa posterior de cada suceso no es suficiente¡±, lamenta Miriam Guti¨¦rrez Marinas.
¡°Es importante continuar dando esta informaci¨®n y adem¨¢s darla con finalidad de sensibilizaci¨®n social y evitando los elementos de morbo social o de inadecuado tratamiento de la violencia machista¡±, apunta la directora de Fundaci¨®n Mujeres. ¡°El nivel de conciencia y de sensibilidad social hoy en Espa?a contra la violencia de g¨¦nero ha crecido mucho y creo que es gracias al trabajo de las organizaciones feministas, que hemos denunciado e informado sobre esta lacra sin descanso y, sin duda, al papel de los medios que han contribuido a la difusi¨®n de estos contenidos¡±.
En la carrera los periodistas aprendemos una m¨¢xima que dice que no es noticia que un perro muerda a un ni?o, pero s¨ª que un ni?o muerda a un perro. Puede que, como opina Marisa Soleto, sea la excepcionalidad la que convierte a las mujeres asesinas en espect¨¢culo medi¨¢tico, pero este verano tambi¨¦n ha provocado grandes titulares que Amancio Ortega recogiera las cacas de su perro en una calle de A Coru?a. Siguiendo la l¨®gica period¨ªstica, lo noticiable tendr¨ªa que haber sido que el perro recogiera las cacas de este se?or.
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