Sacudida en Baviera
Los resultados b¨¢varos son una mala noticia para los partidos que han dominado la escena pol¨ªtica alemana durante d¨¦cadas
Baviera es una de las regiones m¨¢s pr¨®speras y ricas de Europa, con pleno empleo y una renta per capita por encima de la media de la Uni¨®n (y de Alemania). Sin embargo, las elecciones del domingo en este Estado federado alem¨¢n de 13 millones de habitantes demostraron que ning¨²n territorio est¨¢ libre de los profundos cambios pol¨ªticos que se ciernen sobre el continente. En este caso se cumpli¨® de nuevo el patr¨®n: una fuerte sacudida para los partidos tradicionales y subida de los extremistas, con una s¨®lida entrada en escena de los ultraderechistas de Alternativa para Alemania (Afd), que han logrado un 10%. Baviera era, adem¨¢s, un oasis de estabilidad, gobernado por la misma formaci¨®n conservadora desde los sesenta. La mayor sorpresa fue el excelente resultado de Los Verdes que se han convertido en la segunda fuerza,con un discurso optimista, proeuropeo y a favor de la acogida de los inmigrantes.
La CSU, el aliado b¨¢varo de la CDU de la canciller Angela Merkel, ha ganado las elecciones, pero con una mayor¨ªa relativa (37,5%) y una importante sangr¨ªa de votos (ha bajado un 10%). Por otro lado, el SPD se ha dado un tremendo batacazo: ha perdido la mitad de sus electores y se suma al naufragio de los partidos socialdem¨®cratas europeos que, salvo en la pen¨ªnsula Ib¨¦rica, se encuentran en clara decadencia, incapaces de atraer a los votantes, v¨ªctimas tambi¨¦n de la factura social de la crisis.
Es dif¨ªcil que este cambio en el panorama pol¨ªtico b¨¢varo no tenga consecuencias en Berl¨ªn, porque los partidos m¨¢s castigados son los que forman la gran coalici¨®n que gobierna Alemania. De hecho, el desgaste de los socialdem¨®cratas pone en duda a medio plazo esta alianza por su pesada factura electoral. Sin embargo, no est¨¢ claro que la canciller haya salido debilitada. El principal derrotado por el resultado es, parad¨®jicamente, el ganador, el l¨ªder de la CSU, Horst Seehofer, que es tambi¨¦n ministro de Interior federal. Seehofer, que no disimula sus malas relaciones con la canciller, hab¨ªa adoptado en parte el discurso de los ultraderechistas, sobre todo en lo referente a la acogida de refugiados.
Este giro radical ha dado votos a los ultras, pero no a la formaci¨®n conservadora, y ha demostrado que una deriva hacia los extremos no suele ser rentable para los partidos tradicionales, aunque se trata de un fen¨®meno pol¨ªtico que no se limita solo a Alemania. Frente a este discurso del miedo, Los Verdes defendieron una idea acogedora y positiva de Europa. Los resultados b¨¢varos son una mala noticia para los partidos que han dominado la escena pol¨ªtica alemana durante d¨¦cadas, pero tambi¨¦n han demostrado, junto a la manifestaci¨®n que reuni¨® el s¨¢bado en Berl¨ªn a cientos de miles de personas contra el racismo, que el futuro de Europa no tiene que pasar necesariamente por los nubarrones que traen los ultras.
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