El jubilado que construye una nave espacial en su jard¨ªn
Este polifac¨¦tico jubilado, que se define como m¨²sico, ¡®youtuber¡¯ y escritor, se ha propuesto construir una nave espacial en su jard¨ªn. Un documental repasa su exc¨¦ntrico plan de volar al planeta 10/7
MONTOEDO ES una peque?a aldea de Ourense, en la Ribeira Sacra. Tiene cuatro viviendas, una iglesia, un cementerio y un habitante, que se llama Lucio Ballesteros. Lucio tiene 87 a?os y est¨¢ construyendo una nave espacial junto a su casa. Google Maps ofrece una vista privilegiada de su proyecto. Es como descubrir uno de esos complejos secretos donde un villano desarrolla un plan para acabar con el mundo.
En las aldeas de los alrededores, la historia de Lucio Ballesteros es casi conocida. ?l y sus vecinos se dispensan una indiferencia mutua. Fuera de ah¨ª, la historia se vuelve secreta, menos para los sat¨¦lites y los cineastas Simone Saibene y Xoel M¨¦ndez, que preparan un documental que deambula entre la realidad y la ciencia-ficci¨®n, titulado 10/7, sobre este hombre exc¨¦ntrico y seductor, m¨²sico y youtuber, escritor y filmmaker, al que consideran ¡°un diamante cinematogr¨¢fico¡±.
¡°Solo yo conozco mi nave espacial. Fuera de la realidad f¨ªsica la he pilotado cientos de veces. La tengo en mi cabeza desde que soy un ni?o¡±
La primera foto que vi de su nave espacial se parec¨ªa mucho a la nave que todos almacenamos en la imaginaci¨®n. ?Ad¨®nde pensaba ir en ella? Al planeta 10/7, que por ahora no existe, pero que, en el cuarto de sus libros, Una regresi¨®n hacia el saber, describe como un lugar ¡°sin jefes¡±, en el que ¡°no existen el dinero ni la desconfianza¡±, y tampoco ¡°la ambici¨®n ni la vanidad¡±. ?Cabe la posibilidad de que Ballesteros sea un chiflado? ¡°S¨ª. Bueno, no. Tiene un sue?o, y en coherencia con ¨¦l, lucha por llevarlo lo m¨¢s lejos que pueda en la realidad¡±, asegura Saibene.
En YouTube hay decenas de v¨ªdeos grabados por el propio Ballesteros. En uno de ellos aparece tocando el saxo en el interior de la nave. ¡°Esto que ven es una de las naves del futuro que ilustro en mis libros y que materializo aqu¨ª¡±, dice, antes de explicar que incorporar¨ªa ¡°un generador est¨¢tico de corriente el¨¦ctrica alimentado con agua del mar, que funciona continuamente, no es contaminante y es silencioso¡±. Lo patent¨® en 2007.
Nada m¨¢s adentrarse en la propiedad de Ballesteros, uno se queda estupefacto. La nave se levanta sobre una plataforma circular. En las aldeas cercanas, los vecinos la llaman ¡°ovnipuerto¡±, con habilidad para la caricatura. La naturaleza lo devora todo. Es una lucha tit¨¢nica: espesura contra hormig¨®n. Crecen hierbajos y zarzas por todas partes. Pero la fuerza est¨¦tica de la nave compensa la dejadez. Lucio es un hombre sin edad. Viste un pantal¨®n claro y una camisa a cuadros azules y blancos. Solo lleva dos botones abrochados. No es que haga calor, aunque tampoco fr¨ªo. Sorte¨® la calvicie y a los 87 a?os se peina hacia atr¨¢s. Huele a Brummel.
Dentro de la casa reina un gran caos. En el sal¨®n hay tubos tirados, botellas de agua con mezclas en su interior, linternas, pilas, bater¨ªas, cables, paquetes de sal, amper¨ªmetros, volt¨ªmetros. Es un caos desolador, triste, que habla de un hombre de acci¨®n cuya vida va a la deriva, pero no le importa, porque tiene un plan: desarrollar su nave y ver acabada la pel¨ªcula sobre su vida. En las paredes cuelgan im¨¢genes de santos, calendarios viejos. Hay una chimenea de adorno y sobre ella una fotograf¨ªa de Lucio y su esposa, ya fallecida, y otra de los de los reyes de Espa?a el d¨ªa de su boda, dedicada. ¡°Tuvieron la amabilidad de mand¨¢rmela, si bien previamente yo me hab¨ªa permitido enviarles uno de mis libros¡±.
Ballesteros vive en Montoedo desde 1995, aunque visita la aldea desde los a?os setenta, al casarse. ?l naci¨® en 1930 en Gumiel de Mercado, cerca de Aranda de Duero. A los 18 a?os ingres¨® en la Academia de la Guardia Civil. La abandon¨® cinco m¨¢s tarde. ¡°No pod¨ªa expandir mis conocimientos¡±. Regres¨® a casa de sus padres. En esa ¨¦poca se compr¨® un saxo tenor e hizo ¡°el curso de radio de Fernando Maym¨® por correspondencia. Enseguida me puse a montar aparatos de radio con l¨¢mparas americanas¡±.
En 1957 se march¨® a Francia con un pasaporte de tres meses de vigencia. ¡°Me puse a tocar en una banda y trabaj¨¦ como electricista¡±. Un d¨ªa, una pareja de gendarmes le pidi¨® el pasaporte, que hab¨ªa expirado. ¡°Me ofrecieron dos opciones: irme a Espa?a o a la Legi¨®n Extranjera por cinco a?os¡±. Eligi¨® lo segundo y lo destinaron a la guerra de Argelia. Sobrevivi¨® a base de milagros. En 1965 ingres¨® por oposici¨®n en TVE, como t¨¦cnico electr¨®nico, en Barcelona. Su siguiente destino fue Mijas, donde vivi¨® 22 a?os, antes de jubilarse e irse a Galicia.
La nave, de aluminio y metacrilato, mide 20 metros de di¨¢metro y pesa, de momento, 1.200 kilos
Tras una hora de conversaci¨®n, a¨²n no hablamos de la nave. ¡°Eso de ah¨ª fuera¡¡±, digo, aprovechando un silencio. ¡°La nave¡ No vas a entender nada. No lo digo en un sentido presuntuoso. Solo la conozco yo, pero a otro nivel de conciencia, fuera de la realidad f¨ªsica. En ese nivel, la he pilotado cientos de veces. La tengo en mi cabeza desde ni?o¡±, asegura, muy serio. ¡°Los par¨¢metros fijados, e ilustrados en mis libros, no son para este momento, porque nuestra f¨ªsica no los admite, ni los avances tecnol¨®gicos¡±. Pero le gusta pensar que ¡°en el futuro surgir¨¢ alg¨²n otro Lucio Ballesteros que llevar¨¢ a la realidad mis planes. Ah¨ª est¨¢n los libros¡±, repite, y va a por varios ejemplares, autoeditados.
Cuando se?alo el generador est¨¢tico apoyado sobre la mesa, afirma que lo tiene en la cabeza desde ni?o. De hecho, antes de incorporarse a la Guardia Civil, con 17 a?os, present¨® el generador a Franco. ¡°Me hizo la carta mi padre¡±, cuenta. ¡°?Y te contest¨®?¡±, pregunto. ¡°Me respondieron que no hab¨ªa presupuesto para esas atenciones¡±. Y, sin embargo, cree que su generador ¡°es lo m¨¢s trascendental de nuestra historia. Funciona sin ning¨²n gasto. Lo puedes manejar t¨² mismo¡±, dice. ¡°?Esto resistir¨ªa el an¨¢lisis de un cient¨ªfico?¡±, pregunto. ¡°Un cient¨ªfico ve esto y no lo entiende. Nuestra f¨ªsica no tiene respuesta. Yo me muevo con la cuarta dimensi¨®n. No es que yo no sepa explicarlo, es que no se puede explicar fuera de mi mundo creativo¡±.
Cuando nos adentramos en la nave, parece flotar. Mide 20 metros de di¨¢metro y pesa 1.200 kilos, de momento. Est¨¢ construida en aluminio y metacrilato. En sus libros se?ala que estar¨¢ elaborada en ¡°aleaciones ligeras¡± que permitir¨¢n el vuelo fuera y dentro de la atm¨®sfera, en desplazamientos nacionales, entre pueblos y ciudades. Entre los radios se intercalan una treintena de placas solares. En total, la inversi¨®n supera los 100.000 euros. Ballesteros cobra la pensi¨®n m¨¢xima. ¡°No me importa el dinero. No me rijo por ¨¦l. No est¨¢ en mi marco mental. El dinero mata¡±. Asume que no ver¨¢ la nave despegar, pero s¨ª asistir¨¢ al estreno del largometraje producido por Noveolas sobre su vida, que ser¨¢ su legado, junto con sus libros. ¡°Cuando lo vean, van a decir ¡®este t¨ªo est¨¢ majara¡¯. No me afectan las cr¨ªticas. Yo siempre digo que si el c¨¢ntaro no va a la fuente, no se rompe¡±, dice, y abandonamos la nave como si fuese lo ¨²nico real en una aldea que solo lo tiene a ¨¦l.
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