Un esqueleto en la ventana

Con estupor contemplaron los vecinos de Madrid c¨®mo de las ventanas de un c¨¦ntrico edificio, todav¨ªa en obras, iban asomando esqueletos y calaveras. Nada que temer. Era la forma de engalanar la nueva y flamante Casa de M¨¦xico en la capital espa?ola. Nadie como los mexicanos recuerdan a sus muertos en d¨ªas como ayer, y como hoy, con semejante fiesta de color y de humor.

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Aunque puede que les quede poco. La ciencia est¨¢ ya preparada para frenar el envejecimiento y guiarnos hacia la inmortalidad, seg¨²n los autores del ensayo La muerte de la muerte. ?Si Dorian Gray levantara la cabeza! Es dif¨ªcil calcular las consecuencias de tal ?logro?, teniendo en cuenta los enormes desaf¨ªos actuales para la sostenibilidad del planeta. Pero mientras numerosos expertos tachan de pseudociencia y charlataner¨ªa dicha teor¨ªa, la pol¨¦mica dial¨¦ctica est¨¢ servida.

Un paso m¨¢s lo dan los defensores del transhumanismo: la humanidad, tal como la conocemos, estar¨ªa en v¨ªas de extinci¨®n; nuestro cerebro se beneficiar¨ªa de la inteligencia artificial; nuestros cuerpos se fundir¨ªan con las computadoras; la tecnolog¨ªa nos llevar¨ªa a estadios de superinteligencia y superlongevidad¡­ ser¨ªa una dimensi¨®n del ser ?humano? completamente diferente de la que hemos conocido hasta ahora.

Futuribles aparte, es cierto que, en general, cada vez vivimos m¨¢s y mejor (desde el punto de vista de la salud) que nunca en la historia. Pero sigue habiendo una serie de tozudas realidades que se empe?an en recordarnos lo muy mortales que somos.

En la ¨²ltima d¨¦cada, por ejemplo, el n¨²mero de muertes por ataques terroristas ha aumentado, seg¨²n el ?ndice de Terrorismo Global 2017, con un dram¨¢tico pico en 2014 hasta las m¨¢s de 30.000, que coincidi¨® con la irrupci¨®n de Daesh (Estado Isl¨¢mico). Tambi¨¦n lo ha hecho el n¨²mero de v¨ªctimas mortales por desastres naturales. Aunque la media anual oscila entre 10.000 y 20.000, 2010 fue un a?o especialmente mort¨ªfero, con un n¨²mero inusual de terremotos ¡ªel peor de los cuales fue sin duda el de Hait¨ª, con m¨¢s de 200.000 fallecidos¡ª, severas inundaciones en Asia y una dur¨ªsima ola de calor en toda Europa, desde Rusia hasta Portugal. Est¨¢ claro que no son fen¨®menos aislados ni ex¨®ticos: ah¨ª tenemos lo que acaba de ocurrir en Baleares, en Francia o en Italia, sin ir m¨¢s lejos.

Tambi¨¦n se ha incrementado dr¨¢sticamente la mortalidad en el Mediterr¨¢neo entre los que aspiran a llegar a Europa: nada menos que un fallecido por cada 18 personas que lo han intentado en el ¨²ltimo a?o, una cifra abrumadora y vergonzante.

La ciencia seguir¨¢ explorando la manera de alcanzar la inmortalidad, pero mientras mantengamos nuestra condici¨®n de seres humanos ¡ªotra cosa es lo que podamos llegar a ser, tecnolog¨ªa mediante¡ª es imposible concebir un mundo sin muerte.