Las promesas fuertes
Es peligroso que un partido haga ofertas recordables y no las cumpla: la reforma laboral
Las promesas fuertes de un partido pol¨ªtico, de un l¨ªder, llegan a ser parte de sus se?as de identidad y de sus principios. Los votantes no las olvidan y estimar¨¢n siempre su cumplimiento como parte de la credibilidad de esa formaci¨®n pol¨ªtica: atribuir¨¢n al partido cuya ideolog¨ªa, programa y ofertas les resulten m¨¢s cercanos la capacidad de llevarlos a cabo teniendo en cuenta su coherencia, su competencia e incluso las circunstancias externas m¨¢s o menos restrictivas en las que tendr¨¢ que operar.
La derogaci¨®n de la reforma laboral aprobada por el PP en el a?o 2012 es una de las promesas fuertes realizadas a la ciudadan¨ªa por los socialistas de Pedro S¨¢nchez. Las hemerotecas est¨¢n llenas de declaraciones, mitineras o reflexivas, del hoy presidente del Gobierno prometiendo la eliminaci¨®n de una reforma laboral que desequilibr¨® el poder de las partes en el seno de la empresa. Las primeras cauciones (las circunstancias externas m¨¢s o menos restrictivas) llegaron nada m¨¢s ocupar La Moncloa Pedro S¨¢nchez y su equipo. En sus primeras declaraciones a la prensa escrita como jefe de Gobierno (24 de junio de 2018, EL PA?S), S¨¢nchez matiza: ¡°Nosotros sostenemos que es necesaria la derogaci¨®n de la reforma laboral, pero no hay mayor¨ªa parlamentaria para hacerlo. Hay mayor¨ªa para revisar el art¨ªculo 42.1 del Estatuto de los Trabajadores para proteger a los trabajadores de las empresas subcontratadas. Tenemos que ser capaces de resolver el tema de la ultraactividad [un convenio deja de estar vigente y no ha sido sustituido por otro] porque la reforma laboral acab¨® con ella. Creemos que se puede abrir el debate sobre la prevalencia en la negociaci¨®n de los convenios colectivos a nivel de empresa o a nivel provincial. Y luego yo creo que hay un amplio margen para hablar de la igualdad laboral, de la lucha contra la brecha salarial¡±.
El salto atr¨¢s de S¨¢nchez tiene que ver con no disponer en el Congreso de los Diputados m¨¢s que con 85 dipu?tados. Sin embargo, las reticencias de su ministra de Econom¨ªa, Nadia Calvi?o, a extinguir la reforma laboral son de otra naturaleza. En una visita a Londres la pasada semana, para entrevistarse con empresarios, fondos de inversi¨®n e instituciones financieras y venderles la pol¨ªtica econ¨®mica del Gobierno, fue muy expl¨ªcita: se har¨¢n ajustes en la reforma laboral, pero sin cambiar el coraz¨®n de la misma. Es f¨¢cil entender que Calvi?o piensa que aunque el PSOE dispusiese de la mayor¨ªa adecuada en el Congreso, no se tocar¨ªa ¡°el coraz¨®n de la reforma¡±. Su incomodidad con los partidarios de la derogaci¨®n se manifestaba en la entrevista a EL PA?S unos d¨ªas antes que Pedro S¨¢nchez: ¡°Vamos a ver si es necesario revisar elementos de la normativa. No es tan importante cambiar lo que existe como comenzar a trabajar en el dise?o del marco laboral que se corresponde con la Espa?a del futuro¡±.
Es evidente que aqu¨ª se expresan dos puntos de vista, al menos ret¨®ricos. Cuenta Jos¨¦ Mar¨ªa Maravall en su libro sobre las promesas electorales (Las promesas pol¨ªticas; Galaxia Gutenberg) que el pol¨ªtico dem¨®crata Eugene McCarthy advirti¨® a su competidor en las primarias del Partido Dem¨®crata a las presidenciales de 1968 en EE UU: ¡°Es peligroso que un candidato nacional diga cosas que la gente pueda recordar¡±. Las promesas fuertes, como la de acabar con la reforma laboral, no son ret¨®rica hueca, sino que se basan en principios (contra la precariedad y la devaluaci¨®n salarial) e indican medidas cuyo cumplimiento es exigido a los partidos que gobiernan. Partidos y l¨ªderes no pueden hacer promesas como si fueran candidatos virginales que pugnan por el poder, ya que llevan consigo una repu?taci¨®n que compendia su historia y que puede quedar destronada por los incumplimientos.
La influencia de las promesas en el voto depende de su credibilidad como se?ales. Los pol¨ªticos compiten ofreciendo promesas a los ciudadanos, intentando diferenciarse unos de otros, esperando que sus ofertas respondan en mayor medida que las de sus contrincantes a las preferencias de la mayor¨ªa. En definitiva, cumplir las promesas fuertes determina si es cierto o no aquello de que ¡°todos los pol¨ªticos son iguales¡±.
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