Control social y silencio global
China se dispone a utilizar un sistema de puntos para controlar a sus ciudadanos.
China pretende clasificar, premiar y castigar a sus ciudadanos seg¨²n un sistema de puntos que denomina cr¨¦dito social. El Gobierno comunista quiere que est¨¦ en vigor en todo el pa¨ªs para 2020 ¡ªpr¨¢cticamente pasado ma?ana¡ª, y de hecho ya ha comenzado a ponerlo en pr¨¢ctica en algunos Ayuntamientos y en plataformas digitales que se alimentan de datos personales. Como es China, estamos hablando de millones de personas que ya viven sometidas a este sistema.
?En qu¨¦ consiste el cr¨¦dito social? Es una clasificaci¨®n por puntos que establecen las autoridades ¡ªy no olvidemos que en China no existen ¡°las autoridades¡± sino la Autoridad¡ª para ver si un ciudadano es bueno o malo. Una especie de lista de Santa Claus pasada por la t¨²rmix de Halloween. Todo en versi¨®n china, claro. Por ejemplo, si uno compra demasiados v¨ªdeojuegos o fuma donde no est¨¢ permitido es penalizado con puntos negativos. Si conduce mal o pone en las redes sociales lo que el Gobierno considera que son noticias falsas, tambi¨¦n es castigado.
?Y c¨®mo se traduce esta mala puntuaci¨®n en la vida real? Puede que al ir a sacar un billete de tren o de avi¨®n no se le venda ¡ªlibertad de movimientos¡ª, que se le proh¨ªba el acceso a la alta velocidad en Internet ¡ªlibertad de informaci¨®n ya de por s¨ª inexistente¡ª, que se proh¨ªba el acceso a los hijos a determinados colegios ¡ªlibertad de educaci¨®n, en China a la altura de la de expresi¨®n¡ª, que no pueda postularse a los trabajos mejor pagados ¡ªderecho al trabajo¡ª, que sea calificado p¨²blicamente como un mal ciudadano ¡ªderecho al honor¡ª, que se le proh¨ªba la entrada en determinados hoteles ¡ªde nuevo, libertad de movimientos¡ª o, como ya ha sucedido en Jinan, que se le quite el perro por considerar que no sabe cuidarlo. Y donde dice perro, en apenas diez minutos pondr¨¢ familiar.
Pek¨ªn acaba de torcerle la mano al Vaticano con un acuerdo que legitima una intromisi¨®n inaudita del Estado en los asuntos de organizaci¨®n de la Iglesia y ha metido en campos de internamiento a un mill¨®n de ciudadanos chinos musulmanes para que reciban ¡°formaci¨®n profesional¡±. Y ahora viene el cr¨¦dito social. Alguna vez habr¨¢ que ponerle el cascabel al gato chino, que ya no es gato sino drag¨®n. Claro que tambi¨¦n podemos abrazar el sistema. Este texto punt¨²a entonces negativo.
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