Vivir m¨¢s y mejor
Espa?a puede llegar a ser el pa¨ªs m¨¢s longevo si logra preservar la dieta mediterr¨¢nea y la calidad del sistema nacional de salud
La esperanza de vida de una persona es el resultado de una combinaci¨®n de factores gen¨¦ticos, ambientales y de comportamiento. Sobre la gen¨¦tica que heredamos al nacer apenas podemos intervenir, pero s¨ª que podemos hacerlo sobre las condiciones ambientales y los h¨¢bitos que influyen en la salud. Con 83,1 a?os de esperanza media de vida, Espa?a es el cuarto pa¨ªs m¨¢s longevo del mundo, y un estudio prospectivo publicado en la revista The Lancet vaticina que, si no cambia la tendencia actual, en el a?o 2040 podemos alcanzar los 85,8 a?os y ocupar el primer lugar.
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Esta excelente posici¨®n se ha logrado gracias a una serie de factores diferenciales que deber¨ªamos preservar como un tesoro nacional, como el principal capital de la marca Espa?a. Lejos de los mensajes catastrofistas que presentan el envejecimiento de la poblaci¨®n poco menos que como una fatalidad para el futuro del pa¨ªs, lo primero que hay que resaltar es que no solo hemos ganado a?os de vida, sino a?os de vida con buena salud, es decir, con capacidad para ser productivos, creativos y socialmente activos hasta edades muy avanzadas. Diferentes estudios han mostrado adem¨¢s que el gasto por problemas de salud o dependencia se concentra en los ¨²ltimos a?os de vida, independientemente de la edad a la que se muera. Es pues un problema de la econom¨ªa y de la organizaci¨®n social, y no de la demograf¨ªa, encontrar la f¨®rmula que permita aprovechar todo ese potencial que hemos ganado al aumentar la esperanza de vida.
Pero que hayamos llegado hasta aqu¨ª no significa que no se pueda retroceder. Y de hecho se observan ya algunos cambios que pueden incidir negativamente sobre los principales factores que alargan la vida. El principal tiene que ver con los h¨¢bitos alimentarios. La dieta mediterr¨¢nea, basada en el consumo de aceite de oliva, legumbres, fruta, verduras y frutos secos, es un factor esencial en la actual esperanza de vida. Disponer de una gran cantidad de productos frescos de calidad, diferentes en cada estaci¨®n del a?o, garantiza la variedad y los nutrientes necesarios para una alimentaci¨®n sana y equilibrada. Pero la p¨¦rdida de cultura culinaria entre los j¨®venes y la tendencia a consumir comida r¨¢pida y productos preparados amenazan los valores alimentarios que hasta ahora han protegido nuestra salud. La creciente tasa de obesidad infantil es la principal se?al de alarma. El otro gran factor protector es la existencia de un sistema de salud universal y gratuito que fomenta la prevenci¨®n y ofrece prestaciones de alta calidad a toda la poblaci¨®n. Pese a las listas de espera y la sobrecarga que soporta a causa de los recortes econ¨®micos, el sistema sanitario sigue siendo un garante de la igualdad de oportunidades de curaci¨®n. Dotarlo y preservarlo es una condici¨®n indispensable para seguir ganando a?os de vida.
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