Fronteras balc¨¢nicas
Ante este nuevo escenario, en Europa callan. Bruselas no sabe qu¨¦ responder y continua sin un plan b para la zona
El a?o 2018 est¨¢ siendo, sin duda, un periodo en el que los Balcanes, tras un tiempo en silencio, han vuelto a la agenda pol¨ªtica de la UE. Las presidencias de Bulgaria y Austria a lo largo de este a?o est¨¢n siendo determinantes para impulsar la perspectiva europea de estos pa¨ªses. La cumbre informal de Sof¨ªa el pasado mayo, la publicaci¨®n del documento de la Comisi¨®n sobre la Perspectiva europea de los Balcanes, el refer¨¦ndum sobre la cuesti¨®n del nombre de Macedonia, las elecciones en Bosnia-Herzegovina o la cobertura que la presidencia austriaca est¨¢ dando a las negociaciones bilaterales entre los presidentes serbio Aleksandar Vucic y kosovar Hashim Thaci son una buena muestra de ello.
A pesar de la relevancia que ten¨ªa para estos pa¨ªses volver a tener presencia en la agenda comunitaria, el mayor impacto en los medios de comunicaci¨®n europeos ha sido, por el momento, las conversaciones entre Belgrado y Pristina sobre una potencial ¡°correcci¨®n¡± de las fronteras entre ambos pa¨ªses. Esta original, pragm¨¢tica y realista propuesta es algo en lo que llevan trabajando varios meses ambas capitales, pero no fue hasta finales de agosto cuando esta noticia salt¨® a la opini¨®n p¨²blica. Una reuni¨®n p¨²blica en el Foro Europeo Alpbach, auspiciada por la presidencia austriaca con presencia de su presidente, Alexander Van der Bellen, as¨ª como de los dos jefes de Estado afectados, junto con el comisario de Pol¨ªtica de Vecindad y Negociaciones de Ampliaci¨®n, Johannes Hahn, y el presidente esloveno, fue el escenario en el que se hizo p¨²blica esta propuesta. Se trataba de lanzar un globo sonda con la intenci¨®n de observar las reacciones que se producir¨ªan en las capitales europeas ante tal anuncio. Se trata de una propuesta que cuenta con las bendiciones de Estados Unidos, manifestadas a trav¨¦s del asesor de Seguridad Nacional, Bolton, con las reticencias de la canciller Merkel, el desconcierto de la Comisi¨®n, a la luz de las palabras del comisario Hahn y de Mogherini, y la oposici¨®n de una parte importante de expertos y acad¨¦micos en los Balcanes. Siendo los abanderados de estos ¨²ltimos los antiguos altos representantes para Bosnia-Herzegovina Carl Bildt, Paddy Ashdown y Christian Schwarz-Schilling, que, al igual que otros analistas, leen la cuesti¨®n kosovar con las gafas de Bosnia, siendo ambos casos muy diferentes.
Los objetivos de ambos l¨ªderes pol¨ªticos son claros, para Serbia, dejar el camino expedito hacia su incorporaci¨®n a la UE con un acuerdo que ser¨¢ vendido en el pa¨ªs como un triunfo diplom¨¢tico de Serbia. Para Kosovo, el m¨¢s que probable desbloqueo de su acceso a Naciones Unidas y, por ende, el camino hacia Europa, mediante el reconocimiento de aquellos Estados que se resisten a ello (Espa?a, Chipre, Rumania, Eslovaquia y Grecia). Pero adem¨¢s, tanto Vucic como, sobre todo, Thaci podr¨ªan recuperar parte del cr¨¦dito que han ido perdiendo durante los ¨²ltimos a?os. Tanto si finalmente consiguen cerrar el acuerdo como si no, lo esencial de este di¨¢logo en el que se han sentado estos dos antiguos combatientes, que se odian de manera profunda, sea precisamente el di¨¢logo en s¨ª mismo.
Y en Europa callan. La h¨¢bil respuesta dada por los l¨ªderes balc¨¢nicos ha dejado sumidos en el desconcierto a aquellos que ped¨ªan que imperase el di¨¢logo. Qui¨¦n pod¨ªa esperar que el acuerdo al que llegaran ambos pa¨ªses quedar¨ªa enfrentado a la aproximaci¨®n del orden liberal imperante en la posguerra de los noventa sostenida sobre el multilateralismo y el mantenimiento de Estados multi¨¦tnicos. La soluci¨®n que se propone desde la regi¨®n es precisamente aquello que la UE siempre ha puesto como condici¨®n para el acceso: la cooperaci¨®n y el di¨¢logo regional, la instauraci¨®n de buenas relaciones de vecindad. Con lo que no se contaba era con que se llegar¨ªa a un escenario en el que existe la posibilidad de que ambos pa¨ªses se pusieran de acuerdo y sin que la modificaci¨®n fronteriza afecte a Estados terceros. Una vez m¨¢s, Bruselas no sabe qu¨¦ responder y contin¨²a sin un plan B para los Balcanes.
Merece la pena confiar en las ventajas que para estos pa¨ªses tendr¨ªa aproximarse a la UE, as¨ª como en recuperar presencia e influencia en la zona
Aquellos que se oponen de manera frontal a esta soluci¨®n alegan el peligro de construir Estados ¨¦tnicamente homog¨¦neos y el potencial efecto contagio que podr¨ªa existir en la regi¨®n, con una Bosnia-Herzegovina siempre amenazante y unas minor¨ªas albanesas en Macedonia que podr¨ªan optar por este tipo de soluciones e incluso llegar a una situaci¨®n de conflicto similar a la de los noventa. Frente a este argumento merece la pena confiar tanto en las virtudes y ventajas que implicar¨ªa una aproximaci¨®n a la UE para estos pa¨ªses, as¨ª como en la necesidad de recuperar presencia e influencia en la regi¨®n, algo en lo que se ha trabajado muy poco durante los ¨²ltimos a?os. Pero tambi¨¦n confiar en la propia gesti¨®n que de sus problemas realicen las sociedades balc¨¢nicas. Va siendo hora de comenzar a pensar menos en el trazado de las fronteras y m¨¢s en el desarrollo social y econ¨®mico de estos pa¨ªses.
Ruth Ferrero-Turri¨®n es profesora de Ciencia Pol¨ªtica en la UCM. Directora del diploma 'Nuevos Escenarios en los Balcanes' del Instituto Complutense de Estudios Internacionales (ICEI). @Rft2
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