Los malos no son tontos
La historia est¨¢ llena de malvados que desplegaron una inteligencia fabulosa para causar millones de muertos
Uno de los problemas de la nueva pel¨ªcula de Spike Lee, Infiltrado en el KKKlan, es que describe a los malos como seres completamente idiotas. El filme relata la historia de dos agentes de la polic¨ªa de Colorado Springs, un negro y un jud¨ªo, que en los a?os setenta se infiltran en el Ku Klux Klan, cuyos miembros son racistas, amantes de las armas, asesinos en potencia pero, sobre todo, son est¨²pidos a m¨¢s no poder. La pel¨ªcula funciona con estereotipos, es verdad, pero aun as¨ª los malos son demasiado ceporros para resultar m¨ªnimamente cre¨ªbles. Porque el mal puede ser banal, pero desgraciadamente casi nunca es idiota.
Las pel¨ªculas de superh¨¦roes tambi¨¦n funcionan con caricaturas, pero es curioso que a veces resultan m¨¢s cre¨ªbles que la pel¨ªcula de Lee, que est¨¢ basada en hechos reales, mientras que las otras hablan de individuos que vuelan, lanzan rayos y hacen cosas muy raras mientras tratan de destruir o salvar el mundo. Pero hay algo que comparten todos esos filmes: que los malos son tan listos como los buenos. Lex Luthor es tan inteligente como Superman, al igual que Magneto puede compararse perfectamente con Charles Xavier o con Lobezno. Les separan otras cosas, tal vez m¨¢s importantes que la inteligencia: la empat¨ªa, la solidaridad, la piedad ante las personas que sufren frente a la megaloman¨ªa, el ego¨ªsmo, la incapacidad de meterse en los zapatos de otro... Los malos disfrutan viendo sufrir a otras personas, no experimentan sentimientos ante el dolor ajeno y son capaces de dar ¨®rdenes atroces o de llevarlas hasta el final sin pensar en sus consecuencias sobre otros seres humanos (es lo que Hannah Arendt llam¨® ¡°la banalidad del mal¡±), pero desgraciadamente no son idiotas. Ya lo dijo el Evangelio: ¡°Los hijos de este mundo son m¨¢s sagaces que los hijos de la luz¡±.
Adem¨¢s de las pel¨ªculas de superh¨¦roes, la historia est¨¢ llena de malvados que desplegaron una inteligencia fabulosa, que fueron capaces de arrastrar a pa¨ªses enteros hacia el abismo, que no dudaron en caminar sobre millones de muertos, que pensaban que unas razas merec¨ªan morir y otras vivir. Eso les convierte en monstruos, pero no en est¨²pidos. El mundo se puede contar con historias de buenos y malos, porque al igual que existe la verdad, existen tambi¨¦n el bien y el mal. Pero no con historias de listos y tontos.
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