El voto andaluz

Las elecciones andaluzas del 2 de diciembre, cuya campa?a se abre esta medianoche, inauguran un nuevo ciclo pol¨ªtico que culminar¨¢ en mayo con los comicios municipales, auton¨®micos y europeos. Se juzgar¨¢n inevitablemente estrategias nacionales y se medir¨¢ la consolidaci¨®n de las formaciones que han erosionado el bipartidismo; pero estos comicios deber¨ªan centrarse en Andaluc¨ªa. A juzgar por la precampa?a, resulta complicado ser optimista, porque los problemas andaluces solo han aparecido en forma de descalificaciones globales contra el PSOE, que gobierna ininterrumpidamente esta comunidad desde 1982.

Las estructuras de poder auton¨®mico y local, que son las que se someter¨¢n a las urnas, gozan de un peso institucional enorme en el Estado espa?ol y son las que est¨¢n m¨¢s cerca de los problemas de los ciudadanos, por lo que tienen la capacidad para proporcionar soluciones a muchas de esas cuestiones. Ser¨ªa, por eso, un error convertir estas elecciones en un eco de las disputas partidistas en el ¨¢mbito nacional. Es dif¨ªcil que una campa?a electoral no tenga momentos subidos de tono, pero ser¨ªa otra equivocaci¨®n enterrar bajo una mara?a confusa de insultos un debate sobre los problemas de esta comunidad, la m¨¢s poblada de Espa?a con 8,4 millones de habitantes, como el paro, el descenso en la calidad de la atenci¨®n sanitaria o el modelo productivo que condena a Andaluc¨ªa a estar entre las regiones m¨¢s pobres de Europa.

Las encuestas ¡ªel CIS dio ayer a conocer la suya¡ª dan la victoria a la actual presidenta, la socialista Susana D¨ªaz, aunque sin mayor¨ªa absoluta. Adelante Andaluc¨ªa (la marca de Podemos en la comunidad), Ciudadanos y el PP se mueven en un pa?uelo con un n¨²mero similar de esca?os, y la ultraderecha de Vox, seg¨²n el CIS, podr¨ªa llevar al Parlamento un diputado: una mala noticia. Una campa?a crispada puede convertirse en un peligroso modelo para las pr¨®ximas elecciones generales. Sin embargo, los comicios andaluces deber¨ªan servir como ensayo de una cultura del pacto: no se esperan mayor¨ªas claras en el horizonte, por lo que los partidos tendr¨¢n que negociar.