La el¨¦ctrica historia detr¨¢s de la venta de la perla de Mar¨ªa Antonieta, la m¨¢s cara del mundo
El pujador que se llev¨® la joya por 32 millones nos detalla c¨®mo se fragu¨® todo en la subasta de Sotheby¡¯s
¡°La electricidad se sent¨ªa en la sala. Los coleccionistas estaban pujando como locos¡±, explica el colombiano Andr¨¦s White, 45 a?os, al otro lado del tel¨¦fono. El director internacional de negocios del departamento de joyer¨ªa de Sotheby¡¯s nos atiende desde Ginebra, donde lleva desde la v¨ªspera recibiendo felicitaciones por ser el art¨ªfice de una subasta (y tambi¨¦n de la puja ganadora) que ha roto todas las previsiones del sector. Y todo gracias a un colgante formado por una perla montada sobre una montura de diamantes que deslumbra por sus caracter¨ªsticas, pero especialmente por la? que fuera su famosa propietaria: Mar¨ªa Antonieta (Viena, 1755- Par¨ªs, 1793), reina de Francia quejada de una legendaria afici¨®n al lujo, y la v¨ªctima m¨¢s c¨¦lebre de la guillotina durante la Revoluci¨®n Francesa. El pasado 14 de noviembre esta perla fue vendida en la subasta de Sotheby's celebrada en Ginebra (Suiza) por una cantidad nunca antes alcanzada por una pieza similar: 32 millones de euros.
Las estimaciones eran ambiciosas, entre uno y dos millones de euros, pero a¨²n as¨ª mucho m¨¢s bajas que el precio final, que sobrepasa de esa manera a la Peregrina, hasta la fecha la perla m¨¢s valiosa del mundo (perteneci¨® a Elizabeth Taylor) tras ser vendida por 9 millones de euros en 2011 por la otra gran casa de subastas globales,Christie¡¯s.
¡°El otro cliente era m¨¢s meditativo, pero mi cliente lo ten¨ªa claro. Sab¨ªa que quer¨ªa esta pieza. Hay situaciones ¨²nicas en la vida, y esta perla es una ellas. Por su belleza, por su tama?o, por su procedencia... ¡°, nos explica Andr¨¦s White, el pujador que gan¨®
Una subasta de altura es como una sinfon¨ªa: la atm¨®sfera se va calentando hasta que llega el cl¨ªmax final, con la puja por la pieza m¨¢s esperada. En este caso, la perla de la esposa de Luis XVI fue la apoteosis. La guinda del postre. La traca final. ¡°Fue incre¨ªble porque el primer pujante, que fue el que se la llev¨® finalmente, comenz¨® en 900.000 d¨®lares [unos 800.000 euros], que era pr¨¢cticamente la estimaci¨®n esperada¡±, nos comenta White.
White ha sido el responsable de la subasta, pero en esta ocasi¨®n tambi¨¦n pujaba en representaci¨®n del flamante coleccionista vencedor, que prefiere mantener el anonimato. En los ¨²ltimos minutos de la subasta, el duelo fue cosa de dos. ¡°El otro cliente era m¨¢s meditativo, pero mi cliente lo ten¨ªa muy claro. Sab¨ªa que quer¨ªa esta pieza. Hay situaciones ¨²nicas en la vida, y esta perla es una ellas. Por su belleza inherente, por su tama?o, por su procedencia excepcional e inigualable, por estar montada en una pieza del siglo XVIII, lo cual es muy raro", explica White.
De ah¨ª que la pugna se desarrollara a velocidad vertiginosa, aunque casi silenciosa: en este tipo de subastas es habitual que las pujas se realicen a trav¨¦s de intermediarios. El comprador final no est¨¢ en la sala, sino al otro lado del tel¨¦fono, dando instrucciones a la persona que puja en su nombre, que es un profesional capaz de mantener las ideas claras y la cabeza fr¨ªa en un contexto dif¨ªcil de entender para los no iniciados. ¡°Tenemos clientes de distintos tipos¡±, explica White. ¡°Hay algunos que prefieren dar su nombre y no les molesta la notoriedad derivada de este tipo de compra. Y hay otra gente que prefiere el anonimato¡±, apunta. White acumula a sus espaldas m¨¢s de una subasta memorable durante los 18 a?os que lleva trabajando en Sotheby¡¯s. Bajo su batuta se vendieron hitos como el collar Hutton-Mdivani (en 2014, por m¨¢s de 27 millones de d¨®lares -unos 24 millones de euros-), la esmeralda Stotesbury (un mill¨®n -unos 800.000 euros) y el diamante blanco m¨¢s caro de la historia, por m¨¢s de 30 millones de d¨®lares (26,5 millones de euros).
Sin embargo, la figura de Mar¨ªa Antonieta ha tenido la capacidad de multiplicar exponencialmente el impacto de esta subasta. No es extra?o: las joyas de las reinas, especialmente de las malogradas, siempre han estado rodeadas de un aura de tragedia. Las perlas, especialmente fr¨¢giles, se llevan la palma. De Cleopatra, seg¨²n una leyenda difundida tras su muerte en la Roma de Augusto, se dec¨ªa que sol¨ªa disolverlas en vinagre para demostrar su opulencia.
La famosa Perla Peregrina, una de las m¨¢s valiosas del mundo, pas¨® a lo largo de los siglos por los regios cuellos de Margarita de Austria o de Mar¨ªa Luisa de Parma, aunque durante a?os su prestigio creci¨® porque se cre¨ªa que su primera propietaria hab¨ªa sido la sanguinaria Mar¨ªa Tudor, reina de Inglaterra. Ya en el siglo XX, las perlas de los Romanoff, que la zarina Alejandra habr¨ªa intentado camuflar cuando fue apresada en los dobladillos de la ropa de sus hijas, fueron tema de conversaci¨®n habitual entre estraperlistas, anticuarios y timadores de distinto pelaje que afirmaban haberlas obtenido a trav¨¦s de funcionarios sovi¨¦ticos corruptos.
Las perlas son objetos extra?os. No son fr¨ªas piedras preciosas, sino esferas de n¨¢car de origen animal, creadas de forma azarosa en el interior de algunos bivalvos (principalmente, ostras). De ah¨ª sus peque?as irregularidades y sus formas variables. Son criaturas aleatorias que en ocasiones viven destinos igualmente impredecibles.
El destino de las de Mar¨ªa Antonieta, sin embargo, est¨¢ bien documentado. La reina de Francia fue una gran aficionada al lujo y al derroche, pero tambi¨¦n demostr¨® cierta previsi¨®n cuando, antes de tratar de huir de Francia, envi¨® las m¨¢s valiosas a sus parientes en Bruselas con el objeto de recuperarlas ya en el exilio. Las joyas llegaron a su destino. La reina, como bien sabe la historia, no lleg¨® tan lejos: detenida en Varennes el 21 de junio de 1791 junto al resto de la familia, fue trasladada a Par¨ªs, encarcelada y posteriormente guillotinada en octubre de 1793.
La ¨²nica superviviente de la familia, Marie-Th¨¨rese de France, las recuperar¨ªa a?os despu¨¦s en Viena de manos del emperador de Austria. En los a?os posteriores, las joyas fueron disemin¨¢ndose entre familiares y descendientes a trav¨¦s de alianzas, matrimonios y herencias. El n¨²cleo mejor conservado, el de la familia Borb¨®n-Parma, es el que ha salido a la venta ahora, y custodiaba entre otras piezas este peculiar colgante de diamantes con una perla de gran tama?o en forma de pera. Una pieza valiosa, pero tambi¨¦n una reliquia laica de uno de los grandes mitos de la historia moderna: el de la princesa austriaca que viaj¨® hasta Par¨ªs para casarse con Luis XVI y vivir entre lujos y opulencias hasta su violenta ejecuci¨®n.
El mundo de las subastas de altura es un campo f¨¦rtil para los contrastes. Una peque?a joya que cabr¨ªa en el bolsillo peque?o de un pantal¨®n vaquero puede costar tanto como la segunda casa m¨¢s cara de Espa?a, y una subasta de apenas diez minutos puede ser fruto de m¨¢s de una d¨¦cada de esfuerzos. ¡°Ha sido un trabajo en equipo muy largo que ha estado cocin¨¢ndose durante doce a?os hasta llegar finalmente a su punto¡±, afirma White. ?Por qu¨¦ se ha alargado tanto el proceso? ¡°Porque hay negociaciones m¨¢s complicadas que otras¡±, responde con diplomacia.
Medir las palabras, administrar los datos y dosificar la informaci¨®n son cualidades necesarias para un profesional como White. El trabajo de este colombiano sofisticado, pol¨ªglota, educado en Par¨ªs y cuya vida transcurre entre grandes capitales (principalmente Londres y Madrid) consiste precisamente en manejar objetos delicados y umbrales de sensibilidad a¨²n m¨¢s delicados. Las joyas de Mar¨ªa Antonieta son un buen ejemplo. ¡°La existencia de estas piezas era un secreto muy bien guardado, casi una leyenda¡±, apunta. ¡°El p¨²blico no la hab¨ªa visto en much¨ªsimos a?os¡±.
Concretamente, dos siglos. Por ello, sacarlas a la luz, negociar con sus propietarios y ponerlas a la venta es un ejercicio de virtuosismo a medio camino entre la arqueolog¨ªa, la literatura, las relaciones p¨²blicas y las finanzas de altura. ¡°El trabajo de Sotheby¡¯s comprende muchas tareas distintas¡±, detalla White. ¡°Hay que investigar, consultar ¨¢rboles geneal¨®gicos, testamentos e innumerables documentos que conforman la trama de esta joya. Nosotros le damos la mejor plataforma para que un p¨²blico internacional se interese por ella y entre en la competici¨®n para adquirirla¡±.
Esa labor de promoci¨®n y difusi¨®n incluye estrategias que recuerdan al estreno de una pel¨ªcula o el lanzamiento de una firma. Por ejemplo, salir de gira. En los ¨²ltimos meses, desde que Sotheby¡¯s anunci¨® la salida a subasta de la colecci¨®n de joyas de la casa Borb¨®n¨CParma, este conjunto de piezas ha viajado a Hong Kong, Nueva York, Londres, Singapur, Taipei, Dubai y Ginebra. Precisamente en Londres fue donde Vogue Espa?a las fotografi¨® en unas im¨¢genes de Gorka Postigo en que la joven dise?adora Eug¨¦nie Niarchos (Nueva York, 1986) luce varias de las piezas, entre ellas la c¨¦lebre perla.
Posteriormente, en v¨ªsperas de la subasta, la revista espa?ola organiz¨® una cena en Ginebra con reconocidos coleccionistas y en la que se expusieron las joyas y las fotograf¨ªas de Postigo. ¡°Las piezas viajan y se exponen porque los clientes privados necesitan verlas, tocarlas, prob¨¢rselas y sentirlas para tener la certeza de que quieren qued¨¢rselas¡±. Es una operaci¨®n de m¨¢rketing necesaria, pero tambi¨¦n costosa. ¡°Millones de seguros y papeleos, guardias y coches de seguridad¡±, enumera White.
En esta ocasi¨®n, el esfuerzo ha dado resultado. La subasta de las joyas de la casa de Borb¨®n¨CParma ha acabado con guante blanco, que es el modo en que los especialistas definen aquellas ventas que cubren todas las expectativas y venden todos los lotes. Y esta misteriosa perla, lucida en su momento por la reina m¨¢s tr¨¢gica de la Europa moderna, descansa ya en poder de su actual poseedor.
Preguntamos a White, que sigue en medio de una jornada de subastas, si el mercado a¨²n depara joyas hist¨®ricas tan simb¨®licas como las que luci¨® Mar¨ªa Antonieta. Responde riendo, en ingl¨¦s. ¡°That¡¯s for me to know and for you to find out¡± (¡°Eso me corresponde a m¨ª saberlo y a ti averiguarlo¡±). Al final, el misterio es m¨¢s poderoso que cualquier joya.
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