Cindy Crawford, un imperio millonario forjado a su medida
La modelo ha sabido conjugar un prolongado ¨¦xito en el mundo de la moda con una potente faceta empresarial y beneficiosas inversiones, muchas en familia
Sus antiguos compa?eros de instituto de DeKalb (Illinois, 43.000 habitantes) seguramente seguir¨¢n contando la an¨¦cdota en cada cena de Navidad. Esa en la que, cuando estaban en segundo de secundaria, le gastaron una broma a una compa?era de clase, alta y espigada: la llamaron por tel¨¦fono de parte de una supuesta tienda de ropa para que desfilara para ellos. El desfile era solo una burla de chiquillos que nunca ocurri¨®. Tampoco fue traum¨¢tico: hubo muchos m¨¢s para esa compa?era, Cynthia Ann. Hoy se ha convertido en la supermodelo de 52 a?os Cindy Crawford y en una de las mujeres m¨¢s ricas de su generaci¨®n de grandes tops.
Los desfiles de sus inicios, su amistad con las supertops de los noventa (esas a las que se conoc¨ªa simplemente por su nombre: Claudia, Linda, Naomi, Carla, Kate) y una serie de contratos publicitarios, quiz¨¢ no muy abundantes pero s¨ª muy bien escogidos, han conseguido que Crawford siga siendo una de las modelos m¨¢s importantes del planeta, con un patrimonio que, cuando lleg¨® a los 50 a?os, en febrero de hace dos, se le estimaba en unos 100 millones de euros y que hoy no cabe duda de que son muchos m¨¢s.
Ya en los noventa se la consideraba la modelo mejor pagada del mundo,?y eso que no hab¨ªa cumplido los 30. En 1994 gan¨® m¨¢s de seis millones de d¨®lares (al cambio de entonces, 850 millones de pesetas, unos cinco millones en euros de hoy, sin tener en cuenta la inflaci¨®n) gracias entre otros al anuncio de Pepsi en la SuperBowl que la catapult¨® a la fama en pantalla grande en 1992. Fue en 1995 cuando firm¨® el que hoy es su contrato m¨¢s duradero: con la casa de relojes Omega, para la que sigue apareciendo en campa?as en las que la retrata su buen amigo, el fot¨®grafo Peter Lindbergh. ¡°Quer¨ªa implicarme m¨¢s en los proyectos que hac¨ªa¡±, explicaba al Wall Street Journal. ¡°Quer¨ªa poner de mi parte en el juego. Sacar beneficio de ello¡±, confesaba.
Crawford ha sabido conjugar el estatus de superestrella con el de mujer trabajadora, madre de familia de Malib¨² (casada con el empresario Rande Gerber y con dos hijos, Presley y Kaia), personaje relativamente apartado de los focos y modelo de escogidas apariciones. Volvi¨® a saltar a la palestra en 2016, cuando con 50 a?os hizo una megacampa?a para Balmain y apareci¨® en el videoclip Bad Blood de Taylor Swift y cuando sac¨® su libro de memorias?Becoming. Su racha sigui¨® en 2017 con un papel estelar en el desfile de Versace, en el que tambi¨¦n apareci¨® su hija, que debut¨® en las pasarelas en septiembre de ese a?o, d¨ªas despu¨¦s de cumplir los 16. ¡°He aprendido que tienes que rodearte de gente inteligente y que tienes que dejar que la gente inteligente hagan lo que saben¡±, explicaba la empresaria al Wall Street Journal. ¡°Tienes que ser una buena estudiante y estar dispuesta a escuchar¡±, contaba sobre su m¨¦todo para crecer y triunfar esta estudiante (con beca) de ingenier¨ªa mec¨¢nica en la Universidad de Northwestern, carrera que no acab¨® por cambiarla por las pasarelas.
Las finanzas de Crawford y Gerber florecen a la vez y no solas:?el debut de Kaia tambi¨¦n ha sido beneficioso para las cuentas familiares. Unas cuentas que se vieron muy favorecidas ese 2017 gracias a la venta del tequila Casamigos a la empresa Diageo. Un tequila con tres socios: el actor George Clooney, el promotor inmobiliario Mike Meldman y el propio Gerber. Un negocio redondo que empez¨® por amistad y placer y que se ha vendido por unos mil millones de d¨®lares (a repartir entre los tres) y que, adem¨¢s, ha colocado a Gerber m¨¢s a¨²n en el foco medi¨¢tico. As¨ª, Cindy Crawford incorpor¨® al empresario y a sus hijos, modelos, a su uni¨®n con Omega: ahora los cuatro son imagen de la marca en un beneficioso contrato com¨²n. ¡°Seamos sinceros¡±, explicaba en una reciente entrevista,?¡°mis hijos son afortunados en este negocio porque no llegan como desconocidos. La gente sabe que ir¨¦ tras ellos si se meten con mis ni?os¡±.
La cuesti¨®n inmobiliaria tambi¨¦n ha favorecido el patrimonio familiar. El pasado junio, la familia vendi¨® su mansi¨®n de Malib¨², de 513 metros cuadrados y cuatro habitaciones, por 40 millones de euros para mudarse a otra comprada un a?o antes en Beverly Hills por 10 millones.
No s¨®lo relojes: la belleza es otra de sus colaboraciones estrellas. Durante a?os ha sido imagen de Revlon, y hace 14 a?os fund¨® su propia marca, Meaningful Beauty (que podr¨ªa traducirse como Belleza con sentido), que puede comprarse en EE UU y Canad¨¢ y en la que pone su nombre, pero no solo: tambi¨¦n hay mucho de su intenci¨®n, su dinero y su esfuerzo. Ella misma ha asegurado que suele pasar por las oficinas de la firma, en Los ?ngeles (California) una vez a la semana. Kaia le sigue la estela: ya es imagen de la marca de belleza de Yves Saint Laurent.
El hogar tambi¨¦n es una de sus preocupaciones¡ y de sus principales fuentes de ingresos. ¡°Las empresas que me buscan saben las cosas que me preocupan¡±, declaraba a EL PA?S hace un a?o. De ah¨ª que ahora colabore con Cosentino, la empresa almeriense de encimeras de cocina. Es una experta en la casa: en 2005 fund¨® su marca?Cindy Crawford Home Collection, que vende mobiliario en Canad¨¢ y EEUU y que factura nada menos 250 millones de d¨®lares al a?o. Crawford sabe c¨®mo hacerlo para que todo quede en casa, ya sea bajo los focos de todo el planeta o en un pueblecito de 40.000 habitantes.
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