Esas ¡®ofertas complejas¡¯ que nos encarecen la luz...

Mientras toda Espa?a asimila el severo impacto de las condiciones de transici¨®n energ¨¦tica ¡ªel mercado de los motores de combusti¨®n debe esfumarse en 32 a?os y el 100% de la electricidad ser¨¢ renovable en 2050¡ª, el mercado mayorista de electricidad sigue triturando los recibos de la luz de los ciudadanos. Con viento o sin viento, con lluvia o en r¨¦gimen de secano, a pleno sol o entre tenebrosos nublados, con impuestos o sin ellos, el precio de la electricidad en el mercado sube de forma persistente, con eventuales moderaciones que son de poco alivio para el consumidor. Para ser exactos, 61 euros el Mwh, ayer.

No hay noticias de la prometida reforma del mercado para corregir las causas principales de la tendencia permanente al encarecimiento. Dijo la ministra Ribera que se pondr¨ªan l¨ªmites al precio pagado por la electricidad nuclear y la hidr¨¢ulica en el mercado; pero, claro, eso hay que imponerlo por ley si se quieren evitar molestas reclamaciones. El mercado mayorista no es como cre¨ªamos (un mercado) sino como nos tem¨ªamos (un entramado ventajista de recovecos legales a trav¨¦s de los cuales se puede manipular el precio).

Por ejemplo, ?qu¨¦ funci¨®n cumplen, en un mercado, las llamadas ofertas complejas? Pues ninguna que resulte ¨²til para la transparencia y para la concurrencia competitiva, aunque son muy eficaces para manejar los precios. Las ofertas complejas de electricidad imponen diversas condiciones, a veces estramb¨®ticas, que siempre favorecen a la empresa ofertante y acaban por encarecer el precio. Por ejemplo, son notables las condiciones de indivisibilidad (que la energ¨ªa el¨¦ctrica ofrecida, si resulta casada, sea por toda la producci¨®n ofertada y no por una sola fracci¨®n), la de ingresos m¨ªnimos (la oferta solo se entiende presentada si obtiene unos ingresos m¨ªnimos) o la de parada programada, que exige una compensaci¨®n, case o no case la oferta, del coste del arranque de la central el¨¦ctrica.

Aunque se llaman ofertas complejas, su caracter¨ªstica principal es el proteccionismo de las compa?¨ªas y el efecto distorsionador del mercado. Ten¨ªan una funci¨®n inicial: espantar el miedo de las empresas, en una primera etapa, a operar en un mercado competitivo. Pero ya han pasado dos d¨¦cadas de supuesta competencia el¨¦ctrica y es de suponer que las compa?¨ªas ya sabr¨¢n operar en competencia. ?O no?