Pierpaolo Piccioli, el hombre que sacudi¨® el imperio de Amancio Ortega
El dise?ador de Valentino cre¨® cuatro trajes para Marta Ortega y retransmiti¨® al minuto la boda en Instagram, rompiendo con el secretismo
De todas las lecturas posibles que pueden hacerse de la boda entre Marta Ortega y Carlos Torretta, solo hay una relevante, al menos en estrictos t¨¦rminos de moda: la que ofrece la imagen del creador del vestido nupcial abrazando al orgulloso padre de la novia. La instant¨¢nea del mill¨®n, servida en bandeja digital durante los fastos del enlace por el propio dise?ador, director art¨ªstico de Valentino. Ah¨ª est¨¢: Pierpaolo Piccioli, jugando m¨¢s fuerte ¡ªy arriesgadamente¡ª que nunca su baza en la agitada industria del vestir.
El asunto de inter¨¦s ya no es tanto la presunta traici¨®n?de creador italiano, al retransmitir en directo v¨ªa redes sociales ciertos detalles del acontecimiento que se ha dado en llamar "la boda espa?ola del a?o" y sobre el que pesaba la proverbial orden de discreci¨®n que rodea a la familia Ortega, como la oportunidad que se le ha presentado para tan comentada exposici¨®n medi¨¢tica. El caso es que, hace poco m¨¢s de una semana, se reactivaban los rumores de la posible compra de Valentino por el holding?del lujo franc¨¦s Kering, una operaci¨®n que tiene a Piccioli como centro de todas las especulaciones.
Si Mayhoola for Investments, el regio grupo de capital qatar¨ª propietario de Valentino, accediera finalmente a la venta (las ¨²ltimas noticias, servidas por el portal especializado WWD, son que est¨¢ abierto a escuchar ofertas) podr¨ªa embolsarse alrededor de 2.000 millones de d¨®lares, m¨¢s del doble de lo que pag¨® cuando adquiri¨® la firma romana, en 2012. El responsable de tama?a revalorizaci¨®n no es otro que Pierpaolo Piccioli, sorprendentemente desatado como una fuerza de la moda en cuanto se qued¨® solo al frente de la direcci¨®n creativa de la ense?a.
Hasta 2016, la carrera del dise?ador romano (Nettuno, 1967) siempre hab¨ªa ido de la mano de Maria Grazia Chiuri, actual responsable de las colecciones femeninas de Dior. Compa?eros de correr¨ªas en la Roma alternativa de los a?os 80, fue ella la que tir¨® de ¨¦l cuando entr¨® en el departamento de accesorios de Fendi, en 1989. Comenzar¨ªa as¨ª una relaci¨®n laboral que se prolong¨® durante dos d¨¦cadas, desde su irrupci¨®n en Valentino, en 1999, para poner al d¨ªa la divisi¨®n de marroquiner¨ªa y ¨®ptica, hasta su ascenso conjunto a la jefatura creativa global de la casa, en octubre de 2008.
El salto mortal a Dior de Chiuri, jaleado sobremanera por tratarse de la primera mujer al frente de la hist¨®rica firma parisina, puso en entredicho la figura de la mitad masculina del d¨²o. Con fama de segund¨®n y poco activo, nadie en la industria apostaba por su solitaria continuidad en Valentino. Las colecciones de debut al frente de sus respectivas nuevas ocupaciones, sin embargo, cambiaron de repente las tornas: mientras la de ella no convenci¨®, la de Piccioli fue saludada como una genuina revelaci¨®n, un soplo de modernidad capaz de reconectar el ADN de la firma con la consumidora actual, en especial la de su alta costura.
"Esta es una marca que representa la cultura italiana de la costura. Y mi intenci¨®n, lo que me gustar¨ªa, es que esa gran t¨¦cnica, esa belleza contempor¨¢nea, ese esp¨ªritu individualista y esa sensibilidad que lleva pareja se perciba en todas partes cada vez que la gente vea un Valentino", aseguraba el creador a poco de confirmarse su continuidad como director art¨ªstico. Es, pr¨¢cticamente, el mismo discurso con el que describ¨ªa hace unos d¨ªas el traje nupcial de la heredera de Inditex. El autobombo que har¨ªa despu¨¦s en su cuenta de Instagram no es m¨¢s que una cuesti¨®n de obligada publicidad ahora mismo.
Piccioli no es, en realidad, un creador dado a generar titulares si no es por su trabajo. Hoy, sigue residiendo en su pueblo natal, a 60 kil¨®metros al sur de la capital italiana, con su mujer, Simona, y sus tres hijos. A las oficinas romanas de Valentino acude cada d¨ªa en transporte p¨²blico. Nada que ver con esa suerte del estrella del rock que hemos visto apearse de un jet privado en el aeropuerto de A Coru?a este fin de semana. Una cortes¨ªa de Marta Ortega, que desde que presenci¨® el ¨²ltimo desfile de la casa en primer¨ªsima fila, el pasado octubre, lo tiene por dise?ador de cabecera. Lo que ha unido Zara, en fin, que no lo separe el lujo.?
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