La incre¨ªble historia del rascacielos fantasma que domina Corea del Norte
El Ryugyong Hotel se empez¨® a construir en 1987 y aspiraba a ser el hotel m¨¢s alto del mundo. 31 a?os despu¨¦s, su imponente estructura y sus 105 pisos siguen vac¨ªos y rodeados de leyenda
Si una casa abandonada siempre es objeto de leyendas y un edificio abandonado da para abrir mil conversaciones sobre el estado econ¨®mico de un barrio y la simbolog¨ªa de la vida en la ciudad, ?c¨®mo acercarse a un gigantesco rascacielos de 105 plantas que lleva 31 a?os vac¨ªo? El?Ryugyong Hotel, que domina la ciudad de Pyongyang (capital de Corea del Norte), es el s¨ªmbolo de un sistema pol¨ªtico y casi, casi de la segunda mitad del siglo XX en general. Una de esas estructuras que han trascendido el valor arquitect¨®nico para escenificar un momento. Lo han llamado el "hotel fantasma" y el "hotel maldito". Sus caracter¨ªsticas le dieron tambi¨¦n un lugar de honor en nuestra lista de los edificios m¨¢s delirantes del mundo. Adjetivaciones fantasiosas a un lado, el hotel es, seguro, el libro de historia m¨¢s grande y caro del mundo.?
Se planeaba que el hotel contase con?ascensores exteriores con vistas a la ciudad, cinco restaurantes giratorios y entre 3.000 y 7.000 habitaciones
Se empez¨® a construir en 1987, cuando el pa¨ªs estaba todav¨ªa bajo el mando de Kim Il-sung (que hoy, cuando lleva 24 a?os muerto, sigue ostentando el t¨ªtulo de "presidente eterno" por esas cosas que tiene la pol¨ªtica en aquel pa¨ªs). Por aquel entonces se empez¨® a construir en Singapur el que iba a ser el hotel m¨¢s alto del mundo, el Stamford. En Corea del Norte les sent¨® mal: no porque tuviesen nada personal con Singapur, sino porque la constructora de aquella maravilla era surcoreana. O sea, el enemigo estaba haciendo algo grande. Y encima se avecinaban los Juegos Ol¨ªmpicos de Se¨²l. Ellos ten¨ªan que hacer algo mucho m¨¢s grande.?
Dicho y hecho: un hotel inmenso, de 105 pisos, 330 metros de alto, ascensores exteriores con vistas a la ciudad, cinco restaurantes giratorios y entre 3.000 y 7.000 habitaciones, seg¨²n diferentes fuentes (las cifras nunca son definitivas ni fiables en Corea del Norte). Las preguntas, claro, surgen y son infinitas. ?3.000 habitaciones para qu¨¦, exactamente? El turismo en Corea del Norte, si bien se ha abierto por motivos econ¨®micos en los ¨²ltimos a?os y a¨²n con enormes restricciones, es casi inexistente. ?Para visitas diplom¨¢ticas? Corea del Norte tiene 55 embajadas en el mundo, mientras Espa?a, por ejemplo, tiene 215.?
Como tantas otras cosas en el pa¨ªs, la construcci¨®n de un hotel de ese tipo era incomprensible desde el primer minuto. Y la realidad, que parec¨ªa que nunca iba a importar a los Kim, golpe¨® en 1992: tras la ca¨ªda de la Uni¨®n Sovi¨¦tica ¨Cque abastec¨ªa a la industria y la energ¨ªa del pa¨ªs¨C Corea del Norte cay¨® en una crisis que se tradujo en una crisis humanitaria de proporciones que todav¨ªa no se pueden calcular, pero dejan cifras que algunos han situado en dos? y cuatro millones de muertos (m¨¢s de un 10 % de la poblaci¨®n) y datos escalofriantes, como que en la actualidad los norcoreanos son m¨¢s bajos que los surcoreanos (cuando la gen¨¦tica de ambos es la misma) debido a esa hambruna terrible de los a?os noventa.?
As¨ª las cosas, la construcci¨®n del?Ryugyong se detuvo en seco. La estructura estaba terminada, se hab¨ªa llegado hasta el piso 105 y a esa c¨²pula en la que iba a haber restaurantes giratorios. ?Para comer qu¨¦, cuando la distribuci¨®n de comida se hab¨ªa frenado y, m¨¢s all¨¢ de los banquetes en los palacios de los palacios de Kim Jong-il y las casas de los gerifaltes del partido, la gente estaba arrancando hierbas de los montes para poder comer algo y muri¨¦ndose en las estaciones de tren? El r¨¦gimen reconoci¨® en 1999 que la hambruna hab¨ªa causado 220.000 muertos. Una cifra, para los especialistas y observadores internacionales, incre¨ªblemente rebajada.?
El fantasma del?Ryugyong consisti¨®, durante a?os, en una mole de cemento vac¨ªo. Solo exist¨ªan la estructura y los pisos. Su exterior consist¨ªa en una especie de pir¨¢mide de cemento llena de agujeros. Como en la trama de una pel¨ªcula de esp¨ªas, el mundo solo conoc¨ªa los avances del hotel?Ryugyong gracias a im¨¢genes de sat¨¦lite que, en ocasiones, mostraban ciertos trabajos desarroll¨¢ndose en su fachada o a su alrededor. Kim Jong-il, el hijo cin¨¦filo de Kim Il-sung y l¨ªder del pa¨ªs entre 1994 y 2011, falleci¨® sin ver c¨®mo ni un solo hu¨¦sped pon¨ªa un pie en ese hotel que se hab¨ªa comido ya m¨¢s de 480 millones de euros en un pa¨ªs. Si bien Corea del Sur era el pa¨ªs que hab¨ªa prosperado y que se hab¨ªa convertido en una de las econom¨ªas m¨¢s pr¨®speras de Asia, el rascacielos m¨¢s alto de toda la pen¨ªnsula de Corea segu¨ªa estando, en 2015, en aquel pa¨ªs aislado y pobre (hoy ya no: en 2017 se inaugur¨® en Se¨²l la Lotte World Tower, el rascacielos m¨¢s alto de la pen¨ªnsula y el quinto m¨¢s alto del mundo).?
En la primavera de 2008 la construcci¨®n se retom¨® con capital de la compa?¨ªa egipcia Orascom Group. El edificio se cubri¨® con cristales y aquello dej¨® de parecer un gigantesco caparaz¨®n para empezar a asemejarse m¨¢s a un rascacielos de verdad. El plan era inaugurar el hotel, por fin, en 2012, en conmemoraci¨®n del 100 aniversario del nacimiento del querido l¨ªder Kim Il-sung.?
Este mismo a?o se construy¨® la carretera que lleva hasta la puerta del hotel. Por ahora, su interior sigue vac¨ªo. Pero pocos han entrado en ¨¦l. Y, menos a¨²n, extranjeros: solo a dos (alemanes, en concreto) se les permiti¨® subir hasta la ¨²ltima planta. Muchas preguntas siguen en el aire: seg¨²n una inspecci¨®n llevada a cabo en los noventa por una delegaci¨®n europea, los materiales de cemento eran paup¨¦rrimos y los agujeros para los ascensores estaban torcidos. ?Acaso Corea del Norte ha decidido cubrir el edificio y, como en tantos otros aspectos de su pol¨ªtica exterior, crear simplemente una maqueta?
El gobierno de Kim Jong-un sigue trabajando en ¨¦l, pero poco se sabe sobre su futuro y sobre si un d¨ªa ser¨¢ habitable. En mayo se instalaron pantallas de led en la cumbre del edificio. En julio, empezaron a funcionar y a mostrar animaciones. Convenientemente maquillado, el gigantesco monumento al exceso que domina Pyongyang sigue hoy vac¨ªo.?
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