La demolici¨®n ha empezado
Llegados al punto en que estamos, me conformo con que no acaben con la Constituci¨®n paso a paso, tacita a tacita
Durante este a?o en que celebramos el 40? aniversario de Constituci¨®n, muchos hablan de su posible reforma. Yo mismo soy uno de ellos. Pero llegados al punto en que estamos, solo me conformo con que no sea demolida: paso a paso, tacita a tacita, es lo que se est¨¢ intentando y empezando a lograr.
Todo empez¨® con una falsa moci¨®n de censura. Esta moci¨®n tiene dos objetivos: cesar a un presidente del Gobierno y designar a otro. Esto es lo que se hizo. Pero olvidando que nuestra forma de gobierno es parlamentaria, lo cual implica que para gobernar se necesita una mayor¨ªa parlamentaria que est¨¦ de acuerdo en un programa de gobierno. Pedro S¨¢nchez, con solo 84 diputados, olvid¨® este peque?o gran detalle: el ¨²nico programa de gobierno fue ¡°echar a Rajoy¡±, un simple eslogan pero no un programa. La moci¨®n de censura fue destructiva, no constructiva.
Ya en el gobierno, los socialistas han intentado acordar con sus socios un programa de m¨ªnimos sin conseguirlo: unos quieren libertad para sus presos, otros un aumento del gasto social. Aunque son socios incompatibles en todo menos en un punto: desmantelar nuestro sistema democr¨¢tico, al que llaman con desprecio ¡°r¨¦gimen del 78¡±. Unos intentan la secesi¨®n, otros la emprenden con la Corona y, por supuesto, se al¨ªan para conseguir ambos fines.
Con este punto de partida, como era de prever, gobernar resulta imposible. S¨¢nchez lo ha intentado hacer por decreto ley sin que se cumpliera el presupuesto constitucional que lo permite: la ¡°extraordinaria y urgente necesidad¡±. ?Urgente era el decreto ley de RTVE para designar un Presidente cuando a¨²n no se ha logrado y todav¨ªa faltan meses¡?, ?urgente era trasladar la tumba de Franco¡ despu¨¦s de 43 a?os? Los decretos leyes (que, ojo, no son decretos) no est¨¢n a disposici¨®n del Gobierno de turno para evitar que las leyes se elaboren y aprueben en las Cortes Generales, est¨¢n para otra cosa.
En estos d¨ªas, el esc¨¢ndalo del acuerdo con el PP para nombrar al presidente del Consejo General del Poder Judicial antes que a sus miembros, que son quienes deber¨ªan designarle, ha superado todos los l¨ªmites en materia de derribos constitucionales. Menos mal que Manuel Marchena, un juez del m¨¢ximo prestigio profesional, al no prestarse a las maniobras pol¨ªticas en que lo hab¨ªan metido, ha salvado la dignidad del constitucionalismo.
En definitiva, el manoseo de la Carta Magna que precisamente conmemoramos es constante, a nuestros pol¨ªticos les importa mucho el poder y poco las leyes y las instituciones. Mientras, la econom¨ªa no va bien, el d¨¦ficit p¨²blico aumenta desmesuradamente, el fondo para las pensiones se agota y una nueva crisis, o la continuaci¨®n de la anterior, se vislumbra en el horizonte. ?Estamos preparados?
Francesc de Carreras es profesor de Derecho Constitucional y fue fundador de Ciudadanos.
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