
"La Capilla Sixtina parece un ba?o p¨²blico": 13 obras de arte destrozadas por los cr¨ªticos de su tiempo
Adelantado a su tiempo , esa frase que ya suena manida, cobra todo su sentido con estas obras y estos artistas que vieron como la cr¨ªtica los despreciaba y hoy son universalmente venerados

Lo que pensamos hoy La Torre Eiffel, ese icono. Convertida en la postal parisina por antonomasia, durante un fin de semana parisino casi nos dar¨ªa verg¨¹enza publicar en nuestras redes sociales una fotograf¨ªa frente a ella salvo que alberg¨¢ramos intenci¨®n ir¨®nica. Y m¨¢s all¨¢ de eso es una soberbia obra de ingenier¨ªa, adem¨¢s del reflejo material de una nueva sociedad basada en la industria y el capital, que encontraba su espejo perfecto en una torre levantada a base de vigas met¨¢licas.
Lo que dijeron entonces En su d¨ªa horroriz¨® a una mayor¨ªa acostumbrada a los ampulosos edificios de estilo historicista y Beaux-Arts, que no ve¨ªa aqu¨ª m¨¢s que un mamotreto de aspecto inacabado, un gigantesco andamio que arruinaba la belleza del Par¨ªs se?orial. Un grupo de escritores y artistas, entre los que se encontraban los pompiers Bouguereau y Messonier y el m¨²sico Charles Gounod, publicaron en 1887, a los pocos d¨ªas de iniciada su construcci¨®n, una carta de protesta en la que se llamaba al nuevo edificio ¡°la deshonra de Par¨ªs¡±, y pronosticaba que todos los extranjeros que visitaran la ciudad iban a burlarse de Francia entera ante aquel ¡°horror que los franceses han encontrado para darnos una idea de su gusto tan alabado¡±.
Getty Images
Lo que pensamos hoy: Jeff Koons es uno de los artistas vivos m¨¢s cotizados. Guste o no, sus exposiciones se convierten en blockbusters capaces de atraer miles de espectadores. En nuestro pa¨ªs, el Guggenheim de Bilbao exhibe su gigantesco y florido Puppy en la entrada, adem¨¢s de un igualmente enorme ramillete de Tulipanes met¨¢licos en una de sus terrazas. Es quiz¨¢ el artista contempor¨¢neo que de manera m¨¢s literal y extrema ha representado la sociedad del espect¨¢culo y su anclaje en la econom¨ªa capitalista.
Lo que dijeron entonces: En 1989, cuando ya gozaba de un reconocimiento envidiable para cualquier otro artista, el cr¨ªtico Mark Stevens escribi¨® en la edici¨®n norteamericana Vanity Fair las palabras definitivas sobre su obra: ¡°sea lo que sea que dice Koons, Warhol lo dijo mejor¡±.
Getty Images
Lo que pensamos hoy: Pocos a?os despu¨¦s del esc¨¢ndalo de la Olympia de Manet, un joven C¨¦zanne homenaje¨® al cuadro original con una obra a¨²n m¨¢s atrevida, que hoy podr¨ªa pasar por una creaci¨®n ideada un siglo m¨¢s tarde por lo menos. Y nos viene a la cabeza el alem¨¢n Georg Baselitz, por ejemplo.
Lo que dijeron entonces: Cuando se present¨® en la primera exposici¨®n impresionista de 1874, el cr¨ªtico Marc de Montifaud escribi¨®: ¡°Monsieur C¨¦zanne da la mera impresi¨®n de ser una especie de loco que pinta en un estado de delirium tremens¡±.
Getty Images
Lo que pensamos hoy: Uno de los pintores m¨¢s grandes de todos los tiempos. Y de los m¨¢s originales. Su estilo, un faro de la escuela manierista veneciana, cambi¨® espectacularmente desde unos inicios caracterizados por el dibujo primoroso hasta una pincelada cada vez m¨¢s suelta y una forma m¨¢s desdibujada que para algunos inaugurar¨ªa la l¨ªnea que llev¨® hasta la pintura abstracta.
Lo que dijeron entonces: Esta osad¨ªa formal llev¨® al tratadista Francisco Pacheco a lamentar en una obra editada en 1649 sus ¡°borrones y falta de t¨¦cnica, estudio y atenci¨®n a la hora de dibujar¡±.
Getty Images
Lo que pensamos hoy: Nacido en Creta, Dom¨¦nikos Theotok¨®poulos est¨¢ considerado uno de los m¨¢s grandes pintores que nunca han trabajado en Espa?a. Hace unos pocos a?os una obra suya, ¡°Santo Domino rezando¡±, se convirti¨® en la obra de pintura antigua espa?ola m¨¢s cara al venderse en subasta por casi 11 millones de euros. Y cuadros como ¡°El entierro del conde Orgaz¡± o ¡°El expolio¡± son universalmente reconocidos como obras magistrales.
Lo que dijeron entonces: En vida tuvo muchas dificultades para imponer su estilo, se enfrent¨® al rechazo de comitentes tan poderosos como el rey Felipe II, y no fue hasta el siglo XIX cuando de verdad se apreci¨® su obra, sobre todo gracias a los cr¨ªticos franceses y brit¨¢nicos. El pintor y tratadista espa?ol Antonio Palomino escribi¨® sobre ¨¦l en 1724: ¡°Viendo que sus pinturas se equivocaban con las de Tiziano, trat¨® de mudar manera, con tal extravagancia, que lleg¨® a hacer despreciable y rid¨ªcula su pintura, as¨ª en lo descoyuntado del dibujo como en lo desabrido del color¡±.
Getty Images
Lo que pensamos hoy: Desde los ojos contempor¨¢neos se trata de un desnudo de exquisita belleza, que muchos encontrar¨¢n incluso relamido. La combinaci¨®n del sereno clasicismo con la viveza del arte de la segunda mitad del XIX resulta muy seductora. Y cualquiera que haya visitado un par de buenos museos en su vida puede identificar las referencias a las Venus y D¨¢naes de Giorgione o Tiziano, entre otras obras maestras.
Lo que dijeron entonces: Pero entonces casi nadie vio nada de esto. Al p¨²blico franc¨¦s la obra le pareci¨® de una fealdad insoportable, y acudi¨® en masa al Sal¨®n de Par¨ªs con el ¨²nico prop¨®sito de burlarse de aquella representaci¨®n de una prostituta regordeta de mirada viciosa. Por su parte, la cr¨ªtica la compar¨® con una pesadilla de Edgar Allan Poe o una mujerzuela de los suburbios, aunque una de las definiciones m¨¢s celebradas vino de Am¨¦d¨¦e Cantaloube, que escribi¨® en Le Grand Journal: ¡°Es una especie de gorila hembra, un grutesco de caucho¡±.
Getty Images
Lo que pensamos hoy: La pintura prerrafaelita est¨¢ de moda en estos tiempos que corren. Quiz¨¢ porque su regreso a la pureza de las fuentes antiguas supone un alivio frente al estr¨¦s tecnol¨®gico y el exceso de imagen digital. De hecho, algunas de estas obras alcanzan precios astron¨®micos en las subastas, como ocurri¨® en 2013 con ¡°Love among the ruins¡±, de Sir Edward Burne-Jones (1833-1898), vendida por 17 millones de euros. Eso por no hablar del revival de William Morris que ha invocado Loewe.
Lo que dijeron entonces: La pretensi¨®n de regresar a un punto anterior al manierismo fue bastante discutida, y sus resultados fueron acusados no solo de conservadores, sino tambi¨¦n de feos. Como prueba, destacamos la reacci¨®n frente a esta obra de Millais (el autor de la c¨¦lebre ¡°Ofelia¡±) por parte de un enemigo con tanto peso como el novelista Charles Dickens, que en su revista Household Words la describi¨® as¨ª: ¡°un horripilante, lloroso ni?o pelirrojo con el cuello ladeado y en camis¨®n que parece haber recibido un empuj¨®n jugando en un arroyo cercano, y estar incorpor¨¢ndose para la contemplaci¨®n de una mujer arrodillada, tan horrible en su fealdad (suponiendo que fuera posible ni por un momento que existiera una criatura humana con esa garganta dislocada) que se destacar¨ªa del resto de la compa?¨ªa como un monstruo en el cabaret m¨¢s vil de Francia o en la tienda de ginebra m¨¢s vulgar de Inglaterra¡±.
Getty Images
Lo que pensamos hoy: Considerada de manera general como la cumbre de la creaci¨®n humana, esta serie de frescos que decoran los techos de la capilla Sixtina del Palacio del Vaticano es un basti¨®n cultural indiscutible.
Lo que dijeron entonces: Son bien conocidos los enfrentamientos que se produjeron entre Miguel ?ngel y su comitente, el Papa Julio II, durante todo el proceso creativo. Seg¨²n contaba Giorgio Vasari, cuando el Papa le pregunt¨® a su maestro de ceremonias Biagio da Cesena qu¨¦ le parec¨ªa la obra, ¨¦l respondi¨® que aquello parec¨ªa la decoraci¨®n de unos ba?os p¨²blicos o una taberna. Quiz¨¢ inspirado por estas palabras, el escritor Pietro Aretino (curiosamente conocido por sus textos licenciosos) har¨ªa p¨²blico en 1547 su ataque contra la falta de decoro de la obra en una carta en la que afirmaba que el arte de Miguel ?ngel era apropiado: ¡°Para una casa de ba?os, no para una capilla celestial¡±.
Getty Images
Lo que pensamos hoy: Suele hablarse de ella como la obra de arte m¨¢s influyente del siglo XX junto con la Fuente de Duchamp. Pueden encontrarse en ella inspiraciones como El Greco, el arte ibero o la escultura africana. Durante casi una d¨¦cada apenas fue vista por nadie m¨¢s all¨¢ del entorno m¨¢s cercano de su autor, hasta su presentaci¨®n p¨²blica en 1916 en el Salon d¡¯Antin, en un local que pertenec¨ªa al modisto y amante del arte Paul Poiret.
Lo que dijeron entonces: Europa estaba entonces en plena Guerra Mundial. Y la cr¨ªtica de la publicaci¨®n Le Cri de Paris rezaba lo siguiente: ¡°Los cubistas no pueden esperar a que termine la guerra para recomenzar sus hostilidades contra el sentido com¨²n¡±.
Getty Images
Lo que pensamos hoy: Estamos ante el artista m¨¢s influyente en la creaci¨®n del sigo XX junto con Picasso. Si el malague?o trat¨® siempre de construir nuevos modos de expresi¨®n, el empe?o de Duchamp era m¨¢s bien destructivo. Y si no destruirlo, s¨ª logro desde luego cambiar la concepci¨®n del arte, acelerando un cambio que ven¨ªa fragu¨¢ndose desde los tiempos de Vel¨¢zquez. Con ¨¦l, lo importante ya no era una determinada habilidad t¨¦cnica, sino un ejercicio mental: cualquier cosa pod¨ªa ser considerada arte, si el artista as¨ª lo hab¨ªa decidido. Su Fuente (1917) -en realidad, un urinario marcado con la firma de un tal R. Mutt-, que recientemente se ha atribuido a Elsa von Freytag-Loringhoven, es una de las obras de arte m¨¢s conocidas de las primeras vanguardias, y su influjo se extiende al pop, el povera y todas las formas de arte conceptual hasta hoy.
Lo que dijeron entonces: All¨¢ por 1915, as¨ª despach¨® dos de sus obras William B. McCormick en The New York Press: ¡°No es f¨¢cil tomarse en serio como ¡°arte¡± tales evocaciones mec¨¢nicas¡±.
Getty Images
Lo que pensamos hoy: Freud es quiz¨¢, junto con Francis Bacon, el artista brit¨¢nico m¨¢s apreciado de la segunda mitad del siglo XX. La cr¨ªtica contempor¨¢nea destaca la complejidad y precisi¨®n psicol¨®gica de sus retratos, y el verismo en la representaci¨®n de la figura humana. As¨ª retrat¨® a personas tan variadas como el performer Leigh Bowery o el bar¨®n Heinrich Thyssen, en una de sus mejores obras (que sin embargo a Carmen Thyssen no le hac¨ªa mucha gracia, al parecer).
Lo que dijeron entonces: Pero en 1944, cuando Freud ten¨ªa 21 a?os y era sobre todo el nieto del inventor del psicoan¨¢lisis, presentaba su primera exposici¨®n individual en la galer¨ªa Lefevre. El cr¨ªtico Michael Ayrton dijo al verla que ¡°la forma humana es una derrota para ¨¦l, porque no la observa como s¨ª hace con los p¨¢jaros muertos¡±.
Getty Images![<p><strong>Lo que pensamos hoy: </strong>Cuando en 1924 Andr¨¦ Breton y los suyos publicaron el Primer Manifiesto Surrealista, dejaron claro que lo que pretend¨ªan era cambiar el mundo desde una perspectiva revolucionaria basada en el marxismo y el psicoan¨¢lisis. Pero despu¨¦s el mercado engull¨® el movimiento para acabar con estas pretensiones, de forma que hoy una exposici¨®n de Dal¨ª arrastra masas a los museos, y la publicidad, el escaparatismo e incluso el dise?o industrial utilizan el surrealismo como un recurso visual m¨¢s.</p> <p><strong>Lo que dijeron entonces: </strong>De revolucionario nada. Para el influyente cr¨ªtico Clement Greenberg, la pujanza del surrealismo era un paso atr¨¢s, una aut¨¦ntica amenaza contra el arte abstracto, que ¨¦l consideraba el primer estilo art¨ªstico original desde la Revoluci¨®n Francesa (??). Escribi¨®: ¡°La imagen surrealista proporciona a la pintura nuevas an¨¦cdotas que ilustrar, igual que la actualidad proporciona nuevos temas al caricaturista pol¨ªtico¡ [El Surrealismo] ha promovido la rehabilitaci¨®n del arte acad¨¦mico bajo un nuevo disfraz literario¡±.</p>](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/JL5A5RHEHNPLXK2EHN4MDCWMTE.jpg?auth=d49a096b3c793ff40f96f36dbfaed1af21f398f8e1d51af4b4669e7a773d3eff&width=414)
Lo que pensamos hoy: Cuando en 1924 Andr¨¦ Breton y los suyos publicaron el Primer Manifiesto Surrealista, dejaron claro que lo que pretend¨ªan era cambiar el mundo desde una perspectiva revolucionaria basada en el marxismo y el psicoan¨¢lisis. Pero despu¨¦s el mercado engull¨® el movimiento para acabar con estas pretensiones, de forma que hoy una exposici¨®n de Dal¨ª arrastra masas a los museos, y la publicidad, el escaparatismo e incluso el dise?o industrial utilizan el surrealismo como un recurso visual m¨¢s.
Lo que dijeron entonces: De revolucionario nada. Para el influyente cr¨ªtico Clement Greenberg, la pujanza del surrealismo era un paso atr¨¢s, una aut¨¦ntica amenaza contra el arte abstracto, que ¨¦l consideraba el primer estilo art¨ªstico original desde la Revoluci¨®n Francesa (??). Escribi¨®: ¡°La imagen surrealista proporciona a la pintura nuevas an¨¦cdotas que ilustrar, igual que la actualidad proporciona nuevos temas al caricaturista pol¨ªtico¡ [El Surrealismo] ha promovido la rehabilitaci¨®n del arte acad¨¦mico bajo un nuevo disfraz literario¡±.
Getty Images![<p><strong>Lo que pensamos hoy.</strong> El Guggenheim de Nueva York es desde hace d¨¦cadas uno de los edificios m¨¢s admirados dentro del propio gremio arquitect¨®nico. Se inaugur¨® por todo lo alto seis meses despu¨¦s de la muerte de su autor, Frank Lloyd Wright, y todo el mundo qued¨® asombrado por su original interior en espiral y su exterior troncoc¨®nico. Hoy es adem¨¢s uno de los monumentos m¨¢s visitados de la ciudad.</p> <p><strong>Lo que dijeron entonces.</strong> No todo el mundo estaba tan satisfecho cuando el museo abri¨® sus puertas. Lewis Mumford se quejaba en la revista The New Yorker del techo bajo, el exceso de luz natural y las dificultades expositivas que entra?aban unas paredes curvas e inclinadas. Y a?ad¨ªa: ¡°el vac¨ªo triunfo de Wright es algo muy malo porque cede el peso de su genio a la aberraci¨®n de moda del momento, la curiosa creencia de que los aspectos funcionales de la arquitectura son irrelevantes [¡] Los mayores no deber¨ªan dar un mal ejemplo a los j¨®venes, y el m¨¢s grande de nuestros maestros arquitect¨®nicos no debi¨®, mientras a¨²n estaba sano y en plenas facultades mentales, haber agregado tal codicilio a su ¨²ltima voluntad y testamento¡±.</p>](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/O7KP37H4N5N2XKTLSOTMW3BNG4.jpg?auth=f6b9317168630617702095ce4d5cd36b4dc8020cba9d50c03ba3d5a1808c69f6&width=414)
Lo que pensamos hoy. El Guggenheim de Nueva York es desde hace d¨¦cadas uno de los edificios m¨¢s admirados dentro del propio gremio arquitect¨®nico. Se inaugur¨® por todo lo alto seis meses despu¨¦s de la muerte de su autor, Frank Lloyd Wright, y todo el mundo qued¨® asombrado por su original interior en espiral y su exterior troncoc¨®nico. Hoy es adem¨¢s uno de los monumentos m¨¢s visitados de la ciudad.
Lo que dijeron entonces. No todo el mundo estaba tan satisfecho cuando el museo abri¨® sus puertas. Lewis Mumford se quejaba en la revista The New Yorker del techo bajo, el exceso de luz natural y las dificultades expositivas que entra?aban unas paredes curvas e inclinadas. Y a?ad¨ªa: ¡°el vac¨ªo triunfo de Wright es algo muy malo porque cede el peso de su genio a la aberraci¨®n de moda del momento, la curiosa creencia de que los aspectos funcionales de la arquitectura son irrelevantes [¡] Los mayores no deber¨ªan dar un mal ejemplo a los j¨®venes, y el m¨¢s grande de nuestros maestros arquitect¨®nicos no debi¨®, mientras a¨²n estaba sano y en plenas facultades mentales, haber agregado tal codicilio a su ¨²ltima voluntad y testamento¡±.
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