¡®Homecoming¡¯ o c¨®mo adaptar un podcast de ficci¨®n a serie televisiva

Hace unos d¨ªas, en un art¨ªculo de The New Yorker, se afirmaba de qu¨¦ modo, en nuestra ¨¦poca fren¨¦tica, las narraciones en audio ofrecen una oportunidad excepcional para una inmersi¨®n lenta en un universo determinado. En esta pieza de Rebecca Mead se utilizaba como texto referencial El narrador (1936), uno de los muchos y brillantes ensayos que escribi¨® Walter Benjamin. El fil¨®sofo y cr¨ªtico alem¨¢n afirmaba que hac¨ªa mucho tiempo que las historias se ofrec¨ªan a los oyentes como consejos pr¨¢cticos o morales y que la sabidur¨ªa se transmit¨ªa enmascarada por la experiencia personal de un narrador. Desde hac¨ªa muchos a?os, insist¨ªa Benjamin, ya no llegaba ning¨²n evento sin haber recibido antes una explicaci¨®n; ya casi nada de lo que suced¨ªa beneficiaba a la narraci¨®n. La raz¨®n no era otra que la sobreabundancia de la informaci¨®n.

En el art¨ªculo de Mead se desvelaban algunos datos avasalladores de Edison Research, seg¨²n los cuales, casi una cuarta parte de los estadounidenses escuchan podcasts al menos una vez al mes. Y esas narraciones que escuchan est¨¢n retomando algo del aliento narrativo que reclamaba Benjamin en 1936. Especialmente en el ¨¢mbito de la ficci¨®n y, muy concretamente, en el caso de un show que est¨¢ estos d¨ªas en boca de muchos por su reciente adaptaci¨®n a serie de televisi¨®n en Amazon Prime y con una protagonista de excepci¨®n: Julia Roberts. Esa serie no es otra que Homecoming.

He devorado los 10 episodios de esta serie televisiva con la misma admiraci¨®n con la que escuch¨¦ el podcast de Gimlet Media. Para aquellos que nos dedicamos a la narrativas sonoras, esta nueva adaptaci¨®n supone una oportunidad ¨²nica para analizar detalladamente de qu¨¦ modo una misma y potente historia puede ser contada en dos formatos distintos, con dos registros diferentes pero con una calidad invariable.

Homecoming es un audiodrama norteamericano producido por Gimlet Media ¡ªprobablemente una de las mejores productoras de podcasts del momento¡ª que se estren¨® en noviembre de 2016. Tiene dos temporadas de seis episodios cada una. La duraci¨®n de los cap¨ªtulos oscila entre los 23 a los 44 minutos. Homecoming narra la historia de Heidi Bergman, una psic¨®loga que trata a soldados de acaban de volver de la guerra de Afganist¨¢n y necesitan apoyo psicol¨®gico para su vuelta a casa. Este thriller introspectivo enganch¨® a la estrella Julia Roberts y a Sam Esmail (director de la exitosa Mr. Robot).

La primera y acertada decisi¨®n de Roberts y Esmail como productora y director de la serie fue escoger a los mismos guionistas de la serie (Micah Bloomberg y Eli Horowitz). ?Qui¨¦n mejor que ellos pod¨ªa aprovechar el potencial del podcast? Para quien haya escuchado ya Homecoming no har¨¢ falta apuntar que se trata de un show eminentemente experimental que integra y mezcla todo tipo de sonidos intermedios para construir una historia: terapias grabadas en un dispositivo, conversaciones telef¨®nicas o en mitad de un restaurante con hilo musical de fondo y cafetera pitando... Una rica variedad de texturas sonoras enriquecen una narraci¨®n que no existe como tal, pues la sucesi¨®n de secuencias se produce por corte, sin apenas transiciones marcadas ni sem¨¢ntica acusada. Todo el podcast tiene, en definitiva, un aire improvisado e informal que convierte su escucha casi de inmediato en una experiencia ¨ªntima y envolvente. Si a esto a?adimos un constante clima paranoico el resultado es, tal vez, el podcast m¨¢s disruptivo en t¨¦rminos narrativos de los ¨²ltimos a?os.

En El narrador, Benjamin afirmaba que ¡°la facultad que nos pareciera inalienable, la m¨¢s segura entre las seguras, nos est¨¢ siendo retirada: la facultad de intercambiar experiencias¡±. Y es posible que esa metamorfosis de las formas m¨¢s ¨¦picas haya encontrado su acomodo en los podcasts narrativos.

Volviendo a Homecoming: ?no podr¨ªamos sintetizar su propuesta en c¨®mo narrar la devastadora experiencia postb¨¦lica? De eso va este podcast y esta serie televisiva. Pero, curiosamente, de eso iba tambi¨¦n el famoso art¨ªculo de Benjamin que, m¨¢s de ocho d¨¦cadas despu¨¦s, apabulla por su modernidad. Presten atenci¨®n a este fragmento que tan ¨ªntimamente se relaciona con Homecoming: ¡°Con la Guerra Mundial comenz¨® a hacerse evidente un proceso que a¨²n no se ha detenido. ?No se not¨® acaso que la gente volv¨ªa enmudecida del campo de batalla? En lugar de retornar m¨¢s ricos en experiencias comunicables, volv¨ªan empobrecidas. Todo aquello que 10 a?os m¨¢s tarde se verti¨® en una marea de libros de guerra, nada ten¨ªa que ver con experiencias que se transmite de boca en boca¡±.

?No es acaso Homecoming, precisamente, la transmisi¨®n oral de una experiencia intransmisible que es utilizada para fines inquietantes? La desorientaci¨®n que suscitaba el podcast se traduce en una propuesta visual sofisticada y elegante. Los fans del show sonoro encontrar¨¢n gui?os en la serie: la pecera que preside el despacho de Heidi recuerda al clima burbujeante que se constitu¨ªa como el motivo sonoro que serv¨ªa como marcador espacial; las pi?as seguir¨¢n siendo un motivo recurrente que simboliza la agresi¨®n secreta a la que se ven sometidos los exsoldados.

Posiblemente, el mayor reto de esta adaptaci¨®n era traducir a formato visual los saltos en el tiempo. Esmail y Tod Campbell (director de fotograf¨ªa) idearon un cambio de cuadro que encaja con la visi¨®n de la protagonista. Se utiliza 16:9 para aquellos momentos en los que Heidi tiene una visi¨®n certera y completa de lo que est¨¢ sucediendo. Sin embargo, un formato mucho m¨¢s cerrado ¡ªcasi un cuadrado¡ª emplean cuando la percepci¨®n de la realidad que tiene Heidi se estrecha. Las pantallas divididas, el juego din¨¢mico y soberbio del ¨²ltimo episodio en el que Heidi viaja en busca de Walter Cruz (el ex soldado con el que mantiene una especial relaci¨®n) dotan a la narraci¨®n visual de un poder notable.

Si en el podcast Heidi era interpretada por Catherine Keener y Colin Belfast cobraba vida gracias a David Schwimmer (el famoso Ross Geller de Friends), en la serie de televisi¨®n son Julia Roberts y Bobby Cannavale los que dan vida a estos personajes. Si algo mantiene la serie de televisi¨®n del podcast es ese juego casi dual de las escenas. Constantemente se negocia con la palabra o, dicho de otro modo, el lenguaje es la herramienta con la que todos pretenden conseguir sus objetivos. En este sentido, el trabajo verbal de los actores del show sonoro est¨¢ por encima de sus compa?eros televisivos, pues ah¨ª no hay trucos visuales para sostener la interpretaci¨®n. Otro de los elementos que la serie ha adoptado del podcast es la duraci¨®n de los episodios que se mantiene en torno a los 30 minutos. Algo que los cr¨ªticos han analizado muy positivamente.

Los autores de Homecoming han dicho en m¨¢s de una ocasi¨®n que su podcast era de ficci¨®n experimental. Detr¨¢s del mismo est¨¢ un hombre llamado Eli Horowitz cuya carrera como narrador innovador es larga: desde la creaci¨®n de la web de humor McSweeney hasta la generaci¨®n de novelas digitales que juegan con la geolocalizaci¨®n para crear historias en smartphones. Actualmente es el hombre m¨¢s importante del departamento de ficci¨®n de Gimlet Media. Por su parte, el responsable del dise?o de sonido del podcast es Mark Phillips y su trabajo resulta fundamental para comprender de qu¨¦ modo es posible ensanchar los universos de ficci¨®n a trav¨¦s de los paisajes sonoros. Con el lanzamiento de la serie de televisi¨®n, Gimlet ha aprovechado para hacer un especial de cuatro episodios en los se realiza un making of de la serie con sus protagonistas.

Es posible que, tal y como demuestra Homecoming, estemos inmersos en la edad de oro del audiodrama. En nuestro idioma ¡ªy en nuestro pa¨ªs concretamente¡ª queda un largo camino por recorrer: ?veremos alg¨²n podcast de ficci¨®n convertido en exitosa serie de televisi¨®n en manos de alg¨²n gran canal? Solo el tiempo lo dir¨¢.