Un fiscal acorralado
La investigaci¨®n del ¡®caso Odebrecht¡¯ desata una tormenta pol¨ªtica en Colombia; hay formas de paliar las consecuencias
![El fiscal general de Colombia, N¨¦stor Humberto Mart¨ªnez.](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/L3LG5PCFKXIXHZRBW3YSEJ3UKI.jpg?auth=c662316a0ea5a415256c48c2f6aa3b53cf69fcc757ab50141ce45175c711c218&width=414)
El hurac¨¢n del caso Odebrecht, que tantas reputaciones ha arrasado en Am¨¦rica Latina en los ¨²ltimos tiempos, centra ahora su ojo en Colombia, donde la investigaci¨®n est¨¢ envuelta en sombras oscuras. Por desgracia, las dudas m¨¢s graves est¨¢n relacionadas esta vez con el responsable del organismo encargado de esclarecer el esc¨¢ndalo, la Fiscal¨ªa General de la Naci¨®n. Ello no s¨®lo supone una dificultad a?adida para llegar a la verdad, sino que ha sumido al conjunto del pa¨ªs en una crisis pol¨ªtica que los colombianos en forma alguna merecen.
El trabajo del fiscal, N¨¦stor Humberto Mart¨ªnez, est¨¢ en entredicho por dos razones. En primer lugar porque, seg¨²n han revelado unas grabaciones, ya en 2015, antes de llegar a su actual cargo, estaba al tanto de las irregularidades de la constructora brasile?a, sin que ese conocimiento le llevara a ninguna actuaci¨®n razonable, como por ejemplo poner el caso en conocimiento de las autoridades. Y en segundo lugar porque, pese a haberse inhibido de la instrucci¨®n del caso cuando asumi¨® el cargo de fiscal al a?o siguiente, en los ¨²ltimos d¨ªas ha demostrado tener pleno control de las indagaciones, de las filtraciones a los medios y hasta de los movimientos de algunos dirigentes opositores.
Hace tres semanas se conocieron las primeras grabaciones que dej¨® tras su muerte por infarto el testigo principal de la trama corrupta, Jorge Enrique Pizano, auditor de una de las obras de Odebrecht. Para asegurarse la licitaci¨®n de un tramo de una v¨ªa llamada Ruta del Sol, que conecta Los Andes con el Caribe, la compa?¨ªa pag¨® sobornos por al menos 19 millones de d¨®lares. En ese proyecto intervino tambi¨¦n Corficolombiana, una empresa de servicios financieros propiedad del Grupo Aval, de la cual el actual fiscal general era entonces abogado. Pizano acudi¨® a ¨¦l para transmitirle sus sospechas. N¨¦stor Humberto Mart¨ªnez intent¨® rebajar sus recelos y le pidi¨® que se quedara ¡°quieto¡±.
El giro de la investigaci¨®n, al que se a?adi¨® la muerte del hijo del testigo, envenenado con cianuro, ha acorralado a fiscal. Este mantiene, no obstante, que los audios no demuestran ninguna responsabilidad directa y denuncia una ¡°conspiraci¨®n¡± de sus adversarios. El martes compareci¨® en el Senado para dar explicaciones, pero acab¨® convirtiendo su defensa en un ataque contra las voces cr¨ªticas y admiti¨® seguimientos a l¨ªderes como el senador izquierdista Gustavo Petro, que en junio se disput¨® la presidencia con Iv¨¢n Duque.
El hecho de que una figura con el pasado de Mart¨ªnez est¨¦ al frente de la Fiscal¨ªa resultar¨ªa una anomal¨ªa en cualquier otro pa¨ªs democr¨¢tico. No importa, como asegura ¨¦l mismo, que las grabaciones no tengan consecuencias legales ni constituyan indicio de delito. Los colombianos merecen una investigaci¨®n independiente y transparente, libre de sospechas.
Este jueves la Corte Suprema decidir¨¢ si nombra un fiscal ad hoc para seguir con las indagaciones. El paso, sin embargo, corre el riesgo de convertirse en un parche si el fiscal general contin¨²a en su puesto. Por el bien de las instituciones, empezando por la Justicia, y el del conjunto del pa¨ªs, cuya imagen y credibilidad se est¨¢n viendo zarandeadas estos d¨ªas, el fiscal general har¨ªa bien en reflexionar sobre si su continuidad en el cargo no supone un pesado lastre que Colombia para nada necesita.
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