F¨®rmula 1

La semana arranc¨® con la fotograf¨ªa del rey em¨¦rito, Juan Carlos, junto al pr¨ªncipe heredero saud¨ª, Mohamed bin Salm¨¢n, envuelto en la pol¨¦mica por el atroz asesinato y descuartizamiento del periodista Jamal Khashoggi, reunidos amablemente en el palco VIP de la F¨®rmula 1 en Abu Dabi. Mi primera reacci¨®n fue que quiz¨¢s me hab¨ªa excedido en la fiesta de la final de MasterChef, la noche anterior, y ve¨ªa cosas que no eran reales. Pero no, la radio me lo ratific¨®. No solo se hizo la foto con MBS, (como le llaman en The New York Times), sino que fue acompa?ado por la infanta Cristina que parece insistir en la f¨®rmula de buscar esp¨®nsor en el ¨¢mbito deportivo. Se me aceler¨® el pulso. ?Puede derrapar tanto una agenda real? ¡°Es que no es real, es em¨¦rita¡±, empezaron a decirme mis amigas de Miami, Adriana y Carolina, que son como la CNN y la Fox, con sensibilidades pol¨ªticas muy distintas pero con el mismo rendido respeto a la CIA. ¡°Mi amor, ac¨¢ no entendemos esa foto. Recuerda que la CIA responsabiliza al pr¨ªncipe de la muerte del periodista Khashoggi. ?T¨² crees que le hicieron una encerrona al em¨¦rito?¡±. Titube¨¦ y respond¨ª, igual que la infanta Cristina en el juicio durante el caso N¨®os: ?No s¨¦!

Eso excit¨® un poco m¨¢s su curiosidad matutina, repreguntaron e intent¨¦ repetir las palabras recitadas por la portavoz del gobierno, Isabel Cela¨¢, que seguro en un principio pens¨® que esto era una de esas fake news que tanto le molestan. Con las prisas confundi¨® al rey em¨¦rito con el Rey y al final solo pudo decir que lo de la foto era ¡°un viaje privado del Rey¡±. Mis amigas enmudecieron un ratito al otro lado del Atl¨¢ntico.

Reforc¨¦ mi informaci¨®n con las declaraciones de Josep Borrell, ministro de Exteriores, reci¨¦n casado y experto en finanzas, diciendo: ¡°Desconocemos la agenda del Rey¡±. Pues claro, si son cuatro agendas: una por cada cabeza coronada. ¡°Ay, vaya l¨ªo, como cantaba Objetivo Birmania¡±, dijeron Carolina y Adriana. ¡°A m¨ª todo esto me recuerda lo que sucedi¨® en aquel viaje privado a Botsuana¡±, manifest¨® Carolina, que cuando quiere puede ser muy pu?etera.

En realidad, pensaba m¨¢s en Letizia, que seguro habr¨¢ disfrutado de la final de MasterChef el domingo, y el lunes tuvo que desayunar con otra sorprendente f¨®rmula de su suegro y la acidez de est¨®mago que provoca convivir con los em¨¦ritos. En momentos as¨ª, me dan ganas de llamarla y decirle: resiste, pasar¨¢, como le dijo a Dani Mateo su abuela ante la tormenta desatada por su sketch humor¨ªstico con la bandera y sus mocos. Afortunadamente, Letizia ten¨ªa preparada su propia F¨®rmula 1: la bien bordada visita de la pareja presidencial de la Rep¨²blica Popular China.

Durante la visita todo fue como una seda, y eso nos hizo aparcar el recuerdo de la cita en Abu Dabi. Adem¨¢s, comprobamos que la esposa del l¨ªder supremo de la Rep¨²blica Popular China, Peng Liyuan, que es soprano y generala al mismo tiempo, contribuy¨® decisivamente a que el encuentro fuera un ¨¦xito gracias a su sinton¨ªa con la reina Letizia. Juntas consiguieron una serie de retratos oficiales en las que parec¨ªan el ying y el yang del buen rollo institucional. Vestidas en misteriosa complicidad, conscientes de que ambas figuran en la lista de mejor vestidas de la revista Vanity Fair, confirmaron que Oriente y Occidente se necesitan tanto como el comunismo al capitalismo para conseguir al fin la armon¨ªa mundial y los mercados sin fronteras.

Letizia Ortiz y Peng Liyuan no tienen fronteras ni complejos. El vestido de inspiraci¨®n asi¨¢tica que visti¨® la Reina para acudir al Teatro Real tiene un precio de 96,99 euros, un gui?o coqueto al low cost, que es tan chino, y a la compra online, que es tan actual. La ¨²nica pega que podr¨ªa poner Peng es que, acostumbrada a unos despliegues masivos de p¨²blico ¡ªla rep¨²blica popular tiene 1.300 millones de habitantes y el reino de Espa?a solo 46¡ª haya encontrado el Teatro Real un tanto despoblado, aunque vimos entre los asistentes a Bob Wilson, el director que est¨¢ a punto de estrenar Turandot, la ¨®pera de Puccini sobre una vengativa princesa china.

Letizia consigui¨® que su f¨®rmula low cost funcionara mejor que la F¨®rmula 1 de su cu?ada. Pero, como asturiana, le tiene que haber molestado que esa foto de su suegro con el pr¨ªncipe saud¨ª eclipsara la despedida de Fernando Alonso de las carreras.