Las orangutanas hablan del pasado a sus cr¨ªas
Un estudio con hembras salvajes descubre esta capacidad por primera vez en mam¨ªferos no humanos
Si recuerda la ¨²ltima conversaci¨®n que ha mantenido, seguramente habl¨® de algo ya pasado, o futuro, o de alguien que no estaba presente. Una capacidad que ni siquiera lo parece, porque los humanos lo hacen con total naturalidad en su d¨ªa a d¨ªa. Sin embargo, el don de hacer referencia a objetos o situaciones alejados en el espacio o en el tiempo era uno de esos superpoderes ¨²nicos de los sapiens sobre el resto de los mam¨ªferos. Hasta ahora, si se confirma el hallazgo que acaba de llegar desde las selvas de Sumatra: las orangutanas tambi¨¦n son capaces de hablarle del pasado a sus cr¨ªas ¡ªy ellas de entenderlo¡ª.
Ante la presencia amenazante de un tigre, la orangutana callaba y esperaba a que se fuera para alertar a su reto?o
Los cient¨ªficos sometieron a las hembras de Ketambe a un estr¨¦s inesperado: la aparici¨®n de un tigre mientras pasaban el rato con sus cr¨ªas en los ¨¢rboles. Los orangutanes son unos simios bastante asociales, por lo que es normal que est¨¦n solas con su reto?o. En ese contexto, el experimento esperaba registrar los gritos de alerta de estas orangutanas, pero se llevaron un chasco. El (falso) tigre aparec¨ªa, permanec¨ªa dos minutos en escena y se desvanec¨ªa. Pero estas madres no dec¨ªan nada. "Nos sorprendi¨® su silencio", reconoce el barcelon¨¦s Josep Call, uno de los autores del hallazgo, "pero m¨¢s que vocalizaran luego". Se trata de uno de esos descubrimientos con los que se da cuando se buscaba otra cosa.
Lo que hac¨ªan estas madres ante la amenaza del tigre (un compinche de la ciencia cubierto con una manta animal print como la de la imagen) era quedarse mudas, defecar y orinar de la tensi¨®n, recoger a la criatura y comenzar a ascender por las ramas sigilosamente. Y cuando la fiera desaparec¨ªa, entonces s¨ª, contarle al v¨¢stago lo que hab¨ªa ocurrido. "Sabemos que se trata de vocalizaciones que ellos utilizan en situaciones as¨ª, por ejemplo de conflicto. Claramente demuestra que lo perciben como una amenaza y sin embargo no vocalizan hasta que se marcha", explica Call, de la de la Universidad de St. Andrews, que publica este estudio en Science Advances junto con Adriano R. Lameira.
Los cient¨ªficos que est¨¢n detr¨¢s de este descubrimiento se muestran cautelosos con sus propios resultados, pero hay muchos elementos llamativos en su trabajo que lo respaldan. Por ejemplo: entre los 24 casos en los que experimentaron estos sustos con siete hembras distintas, hay una correlaci¨®n muy clara entre la edad de los reto?os y lo que tardan sus madres en explicar lo ocurrido. "Si la cr¨ªa no importa, la edad no tendr¨ªa efecto, pero los avisos llegan mucho antes cuanto m¨¢s peque?a es", afirma Call. De media, tardaron 7 minutos en hacer esas vocalizaciones (una especie de chasquidos de besuqueo), llegando a los 20 minutos con cr¨ªas mayores y casi inmediatamente con las m¨¢s peque?as.
Este psic¨®logo recuerda que se trata de una situaci¨®n "emocionalmente cargada" y por eso las cr¨ªas mayores son capaces de establecer la conexi¨®n entre las palabras de advertencia de la madre y lo ocurrido minutos antes durante la visita del tigre: la madre defeca (que es una respuesta habitual en situaciones de estr¨¦s), se puso en tensi¨®n, mir¨® hacia un punto, lo protegi¨®, huy¨® sigilosa hacia arriba... "La clave es cu¨¢l es la causa fundamental de esta vocalizaci¨®n", advierte Call, "y los datos abren la puerta a que esta sea la explicaci¨®n".
"No se ha observado nunca en la comunicaci¨®n natural ni en animales salvajes, no se comunican sobre algo no presente", resalta Call
Esta capacidad de hablar de algo que no est¨¢ presente se denomina referencia desplazada y se ha logrado en grandes simios como chimpanc¨¦s educados en cautividad, por lo que la capacidad intelectual s¨ª la tienen. "En el laboratorio s¨ª se consigue, pero no se ha observado nunca en la comunicaci¨®n natural ni en animales salvajes, no se comunican sobre algo no presente", resalta el primat¨®logo. Hace a?os se describi¨®, tambi¨¦n en orangutanes, una conducta que apuntaba en este sentido: pod¨ªan comunicar d¨®nde estar¨ªan ma?ana, antes de emprender un viaje.
Call acepta especular sobre qu¨¦ habr¨ªa de especial en estas orangutanas para que posean esta caracter¨ªstica tan humana, la referencia desplazada, frente a chimpanc¨¦s, gorilas o bonobos. Seg¨²n este experto, la orangutana pasa mucho tiempo con las cr¨ªas, hasta los nueve a?os, y al contrario de lo que sucede con otros grandes simios, estos v¨¢stagos crecen solos con sus madres. "Los otros simios aprenden con m¨¢s miembros del grupo, viendo e interactuando con ellos, lo que proporciona m¨¢s oportunidades de aprender, que en el caso de los orangutanes se ven m¨¢s reducidas", explica. "Si la madre no reacciona ante una situaci¨®n as¨ª, se ven reducidas las oportunidades de aprendizaje. Por tanto, tendr¨ªa sentido que hubieran desarrollado una capacidad para el aprendizaje m¨¢s poderosa, m¨¢s sofisticada", aventura Call.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.