La irrupci¨®n de Vox
En Andaluc¨ªa se ha dado la tormenta perfecta para la llegada de un partido de extrema derecha a la arena parlamentaria. Ha calado un discurso contra la inmigraci¨®n y a favor de la protecci¨®n cultural
Las elecciones del domingo pasado en Andaluc¨ªa ser¨¢n recordadas, entre otras cosas, por la entrada de Vox en el Parlamento andaluz. Vox se convierte, por primera vez, en fuerza parlamentaria en Espa?a. Esta irrupci¨®n, si bien augurada en las encuestas, ha superado con creces las expectativas y nos ha sumido en el desconcierto y en la necesidad de encontrar explicaciones.
Para empezar, ser¨ªa un error leer este resultado ¨²nicamente en t¨¦rminos andaluces. Espa?a ha sido hasta ahora una anomal¨ªa comparada con otros pa¨ªses europeos. A la profunda transformaci¨®n que ha experimentado nuestro sistema de partidos desde 2012 le faltaba una pieza com¨²n en casi toda Europa. Esta pieza del puzle la completa ahora Vox. Era dif¨ªcil explicar la excepcionalidad espa?ola de la ausencia de una fuerza netamente de extrema derecha cuando las condiciones para que emergiera s¨ª se daban.
El voto a la ultraderecha solemos explicarlo como resultado de dos corrientes de fondo, una cultural y otra econ¨®mica. Por un lado, la reacci¨®n cultural puede estar relacionada con que Espa?a ha cambiado mucho en muy poco tiempo. Hemos sido vanguardia en el avance de los derechos de personas homosexuales. El feminismo ha sido capaz de coordinar el pasado 8 de marzo una de las mayores movilizaciones de mujeres de la que tenemos recuerdo y tenemos una ley de aborto por plazos y leyes contra la violencia de genero impensables hace no mucho. Era probablemente ingenuo pensar que, una vez esta nueva realidad se terminase de asentar, no se producir¨ªa una reacci¨®n por parte de aquellos segmentos m¨¢s conservadores de la sociedad que ven sus valores amenazados.
El paro, la precariedad y la percepci¨®n de agravio econ¨®mico son condiciones favorables para el ¨¦xito
Adem¨¢s, la reacci¨®n cultural tambi¨¦n gravita alrededor de la identidad nacional. Espa?a es hoy un pa¨ªs con m¨¢s de un 10% de poblaci¨®n extranjera. A las tensiones que puede generar la inmigraci¨®n, comunes en muchos de nuestros vecinos, se unen las tensiones espec¨ªficas de Espa?a alrededor de la identidad nacional. El avance del independentismo catal¨¢n en la ¨²ltima d¨¦cada y la crisis constitucional del a?o pasado han aumentado la percepci¨®n de vulnerabilidad de la identidad espa?ola. Demasiadas variables en la dimensi¨®n cultural como para que el apoyo a la ultraderecha permaneciese contenido. Por otro lado, el voto a la ultraderecha tambi¨¦n se alimenta de las inseguridades econ¨®micas. Hay estudios que muestran c¨®mo, bajo ciertas condiciones, el aumento del desempleo, la precariedad y la percepci¨®n de agravio econ¨®mico generan condiciones favorables para el ¨¦xito de partidos como Vox, aunque esto no signifique que son los estratos m¨¢s pobres los que sostienen a la ultraderecha. El discurso de estos partidos es particularmente atractivo para determinados grupos cuando las inseguridades econ¨®micas aparecen vinculadas a amenazas externas como la inmigraci¨®n.
Por tanto, las corrientes de fondo estaban ah¨ª. Lo excepcional era que a¨²n no se hubiesen manifestado. Pero ?por qu¨¦ ahora? ?Y por qu¨¦ en Andaluc¨ªa? En Andaluc¨ªa se ha dado probablemente la tormenta perfecta para que se produjera la irrupci¨®n de Vox. Estas han sido las primeras elecciones tras la crisis y elecciones catalanas de 2017. En un primer momento la crisis catalana espole¨® el voto a Ciudadanos, partido que lleg¨® a liderar las encuestas la pasada primavera. Al final, un periodo caracterizado para muchos ciudadanos por la sensaci¨®n de amenaza al Estado ha culminado con Pedro S¨¢nchez llegando a La Moncloa en una moci¨®n de censura apoyada por los independentistas catalanes. Estos partidos ser¨ªan hoy imprescindibles para aprobar los Presupuestos y asegurar la gobernabilidad. Por tanto, a la sensaci¨®n de agravio que algunos ciudadanos tienen con los acontecimientos de oto?o de 2017 se suma que los partidos establecidos no han sido capaces de disminuir la influencia del independentismo en la pol¨ªtica espa?ola.
Las elecciones han llegado tambi¨¦n en un momento de volatilidad en el electorado de derechas. Mientras que el ciclo electoral anterior vino marcado por la volatilidad en la izquierda (y la gran discusi¨®n era el posible sorpasso de Unidos Podemos al PSOE), desde hace un a?o el campo de batalla de la pol¨ªtica espa?ola est¨¢ en la derecha. Un PP menguante (no olvidemos que el domingo obtuvo su peor resultado en 30 a?os en Andaluc¨ªa) y un Ciudadanos ya claramente insertado en la competici¨®n pol¨ªtica de la derecha han revolucionado este espacio ideol¨®gico. Estas arenas movedizas eran un escenario ideal para la aparici¨®n de Vox. Los datos que tenemos hasta ahora apuntan a que Vox crece sobre todo en los feudos de la derecha.
Estamos ante un panorama electoral fragmentado que aumentar¨¢ las dificultades de entendimiento en la derecha
Andaluc¨ªa tambi¨¦n era un terreno perfecto para un discurso anti¨¦lites. No olvidemos que la regi¨®n llegaba a estos comicios tras una retah¨ªla de casos de corrupci¨®n, con el juicio de los ERE como su m¨¢ximo exponente. La percepci¨®n de corrupci¨®n institucionalizada se ve favorecida por tratarse de una comunidad con 36 a?os de Gobiernos del PSOE y donde no se hab¨ªa producido alternancia. El discurso anti¨¦lites del populismo, en este caso de derechas, encontraba en Andaluc¨ªa condiciones muy propicias sin que hubiera una alternativa rupturista clara. El PP hab¨ªa fracasado elecci¨®n tras elecci¨®n en generar un cambio de gobierno en Andaluc¨ªa. Ciudadanos se presentaba el domingo como garant¨ªa del mismo, pero ha sostenido el Gobierno de Susana D¨ªaz durante la pasada legislatura. Para los votantes antiestablishment de derechas, Vox podr¨ªa ser visto como la ¨²nica alternativa posible.
?Qu¨¦ consecuencias tendr¨¢ la llegada de Vox al Parlamento andaluz? La primera de todas es que, probablemente, Vox llega a la arena parlamentaria para quedarse. A medida que se percibe que un partido estigmatizado tiene m¨¢s apoyo, no solo aumenta la percepci¨®n del votante de que votar a ese partido no es malgastar el voto, sino que dicho voto se ve como m¨¢s leg¨ªtimo y socialmente aceptado. Esto puede explicar el aceler¨®n final del voto a Vox que ya se anunciaba en las ¨²ltimas encuestas publicadas antes de las elecciones. Vox a partir de ahora ser¨¢ algo m¨¢s que una fuerza marginal y su normalizaci¨®n podr¨ªa movilizar a nuevos votantes en el resto de Espa?a. Adem¨¢s, Vox ha conseguido lo m¨¢s dif¨ªcil para un partido pol¨ªtico nuevo: entrar en un Parlamento. Un reciente estudio de Dinas, Riera y Roussias muestra que las ventajas materiales, de recursos y de visibilidad, que supone para un partido la entrada en un Parlamento le permite mejorar significativamente sus resultados electorales en las siguientes elecciones. Las elecciones del domingo pueden tener este efecto sobre el apoyo a Vox en futuros comicios.
La segunda consecuencia tiene relaci¨®n con cu¨¢l ser¨¢ el efecto sobre el sistema de partidos. No solo tendremos un panorama electoral m¨¢s fragmentado que aumentar¨¢ las dificultades de entendimiento en la derecha. Estudios, como el de Abou-Chadi y Krause, han mostrado c¨®mo la irrupci¨®n de fuerzas de extrema derecha en los Parlamentos mueven posteriormente las posiciones tanto de los partidos mainstream de derechas, como de los de izquierdas, hacia un ¨¦nfasis mayor en posiciones antiinmigraci¨®n y de protecci¨®n cultural. En otras palabras, las dimensiones cultural e identitaria se politizan y pueden adquirir m¨¢s protagonismo en la discusi¨®n y agenda pol¨ªtica.
Vox ya est¨¢ aqu¨ª. Andaluc¨ªa ha sido la primera estaci¨®n. Veremos c¨®mo cambia la pol¨ªtica espa?ola.
Ignacio Jurado es profesor de Ciencia Pol¨ªtica en la Universidad de York.
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