Macron sin maquillaje
El presidente franc¨¦s ha sufrido un duro aterrizaje en la realidad. Francia no es como se la dibujan sus asesores de imagen
Resulta curioso que a Macron, el presidente sin partido, le haya derrotado un movimiento sin l¨ªderes. Una met¨¢fora de los tiempos. Pese a que Francia tiene uno de los niveles de vida m¨¢s altos, un salario m¨ªnimo bruto de 1.498 euros frente a 858 en Espa?a, menos pobreza que Reino Unido y m¨¢s protecci¨®n social, es un pa¨ªs enfadado. La cultura del malestar ha terminado por incendiar una protesta pac¨ªfica de automovilistas, de ah¨ª los chalecos amarillos, que se quejaban del alza del carburante.
Los manifestantes han atacado bancos y peque?os comercios. En el Arco del Triunfo causaron da?os por valor de un mill¨®n de euros. Han mostrado rechazo a los intelectuales. Es como si el pa¨ªs viviera preso en el mito de la revoluci¨®n cuando es uno de los m¨¢s burgueses.
J¨²piter, como llaman al dios Macron, ha sufrido un duro aterrizaje en la realidad. Francia no es como se la dibujan sus asesores de imagen. Tanto gasto en maquillaje no sirvi¨® de ocultamiento. ?A qui¨¦n se le ocurre encarecer los impuestos indirectos tras bajar el de patrimonio a los ricos? Ha tenido que ceder, la primera vez en su mandato. Una pintada en el muro del Palacio de la ?pera reza: ¡°Macron = Louis 16¡±. Otras demandan su dimisi¨®n. Hay desconcierto porque nadie sabe qui¨¦n son los chalecos amarillos. ?Izquierda o Frente Nacional? La polic¨ªa no conoce a la mayor¨ªa de los detenidos. Algunos sostienen que pertenecen a una clase media baja empobrecida que antes llegaba a final de mes y hoy se siente abandonada. La crisis econ¨®mica los baj¨® del sue?o de pertenencia a cierta riqueza. Hay miedo a la globalizaci¨®n.
Los mercados y la Comisi¨®n Europea exigen reformas en el Estado de bienestar. Sostienen que Francia es un Estado subvencionado incapaz de competir en el mundo actual. Reforma y modernizaci¨®n suelen ser eufemismos de recorte de plantillas, salarios y derechos. Los chalecos amarillos sienten que una ¨¦lite financiera no elegida en las urnas decide su futuro. En este cultivo, la ¨²nica fuerza rupturista es el Frente Nacional. Un fracaso de Macron dejar¨ªa las puertas abiertas a Marine Le Pen.
Hay ense?anzas para Espa?a. La derecha democr¨¢tica francesa liderada por Sarkozy se acerc¨® a la extrema derecha para robarle votos. El experimento, unido a las luchas internas, acab¨® en desastre electoral. Tambi¨¦n se hundi¨® el Partido Socialista como se ha hundido la socialdemocracia en gran parte de Europa. Se quedaron secos, sin discurso. M¨¢s all¨¢ sigue la Francia Insumisa, hoy dividida en taifas. Ten¨ªa el espacio y un plan de acci¨®n desde una plataforma ecologista y feminista. Solo necesita un o una l¨ªder. A M¨¦lenchon le pierde el car¨¢cter. Como a Macron, le falta empat¨ªa.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.