Las pinturas rupestres de manos incompletas podr¨ªan deberse a mutilaciones rituales
Los investigadores intentan explicar con esta hip¨®tesis unas enigm¨¢ticas marcas paleol¨ªticas halladas en cuevas de Francia y Espa?a
Las pinturas que decoran el interior de unas 40 cuevas, y que fueron realizadas en el Paleol¨ªtico Superior, han llamado la atenci¨®n de los expertos desde hace d¨¦cadas por un enigm¨¢tico motivo: algunos de estos dibujos muestran manos incompletas. David Maxwell, Brea McCauley y Mark Collard, investigadores de la Universidad Simon Fraser (ubicada en la Columbia Brit¨¢nica), han publicado un estudio que propone una respuesta novedosa: los dedos faltantes fueron cercenados con fines rituales. ¡°Debido a que esta ha sido una pr¨¢ctica relativamente com¨²n en el pasado m¨¢s reciente y en distintas zonas del mundo, pensamos que existe la posibilidad de que tambi¨¦n se haya efectuado en el Paleol¨ªtico Superior¡±, afirma a EL PA?S Brea McCauley. El art¨ªculo apareci¨® hace unos d¨ªas en The Journal of Paleolithic Archaeology.
En su trabajo, los canadienses se enfocaron en cuevas de Francia y Espa?a, pa¨ªses donde se ha encontrado el mayor n¨²mero de pinturas que muestran manos incompletas. Las im¨¢genes tienen una antig¨¹edad de entre 22.000 y 27.000 a?os. Las manos en estos sitios quedaron registradas al lanzar pigmento sobre ellas o al cubrirlas con pintura antes de apoyarlas sobre las rocas, es decir, como el positivo o el negativo de una fotograf¨ªa. Las cuevas francesas seleccionadas fueron las de Gargas, Cosquer, Tibiran, Margot y Arcy-sur-Cure, mientras que las espa?olas fueron las de Fuente del Trucho (Huesca) y Maltravieso (C¨¢ceres). En Fuente del Trucho se han identificado 50 dibujos de manos (cinco muestran mutilaciones), mientras que en Maltravieso el n¨²mero es de 71 (61 tienen una o varias falanges faltantes).
Algunos expertos ya hab¨ªan adelantado otras hip¨®tesis. Por ejemplo, el arque¨®logo australiano Ian Gilligan sostiene que las personas perdieron dedos a causa del fr¨ªo. Por su parte, investigadores brit¨¢nicos de la Universidad de Durham piensan que estos dibujos corresponden a un sistema de comunicaci¨®n basado en se?as; las personas doblaban los dedos, no los cortaban. Los canadienses estaban insatisfechos con estas explicaciones, ya que dibujos en zonas m¨¢s g¨¦lidas no presentan mutilaciones; tambi¨¦n ha sido imposible demostrar patrones que confirmen un sistema de comunicaci¨®n a trav¨¦s de esas manos.
Los expertos del pa¨ªs norteamericano revisaron primero la bibliograf¨ªa etnogr¨¢fica que ha abordado las mutilaciones sistem¨¢ticas en falanges. Despu¨¦s decidieron trabajar con una base de datos, perteneciente a la Human Relations Area Files, para identificar comunidades en todo el orbe ¨Centre el siglo XVII y el XXI ¨C que hayan realizado dicha pr¨¢ctica. As¨ª, ubicaron 121 grupos motivados por 10 razones espec¨ªficas. La m¨¢s com¨²n fue el sacrificio voluntario dedicado a una deidad o fuerza sobrenatural, aunque tambi¨¦n destacan las expresiones de luto y la forma de demostrar la pertenencia a una comunidad. Tambi¨¦n se hallaron amputaciones como trofeos de guerra, as¨ª como por el resultado de m¨¦todos de castigo por una falta grave.
Los investigadores de la Universidad Simon Fraser creen por ende que estas mutilaciones se realizaban ya miles de a?os atr¨¢s. ¡°Las im¨¢genes de las manos incompletas pueden estar dici¨¦ndonos algo importante sobre las din¨¢micas de la vida social en Europa durante el Paleol¨ªtico Superior¡±, aparece en las conclusiones del art¨ªculo. ¡°Cortarse un dedo, en estas circunstancias, puede demostrar tu compromiso con las deidades o con los compa?eros del grupo¡±, comenta Brea McCauley.
No obstante, los expertos subrayan que es necesario llevar a cabo trabajos m¨¢s detallados para que esto quede probado. ¡°El pr¨®ximo paso que queremos dar es observar los contextos de estos sitos y de sus ¨¢reas circundantes de forma m¨¢s profunda, con la intenci¨®n de buscar pruebas sobre estas pr¨¢cticas rituales de amputaci¨®n m¨¢s all¨¢ de lo dibujado en las cuevas¡±, a?ade McCauley.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.