El ma¨ªz tambi¨¦n se domestic¨® en la selva amaz¨®nica
El proceso de domesticaci¨®n se inici¨® en tierras mexicanas pero se culmin¨® en otras regiones americanas
La historia de la domesticaci¨®n del ma¨ªz no era como la hab¨ªan contado. Hasta ahora se pensaba que la conversi¨®n de una mala hierba en el principal cereal del planeta se produjo en tierras mexicanas y desde ah¨ª se expandi¨® por toda Am¨¦rica. Sin embargo, el an¨¢lisis gen¨¦tico de un centenar de variedades y muestras arqueol¨®gicas muestra que, aunque empezara en lo que hoy es el sur de M¨¦xico, el ma¨ªz acab¨® siendo domesticado en regiones tan alejadas como la selva amaz¨®nica.
Con m¨¢s de 1.000 millones de toneladas cosechadas cada a?o seg¨²n la FAO, el ma¨ªz aporta cerca del 6% de las calor¨ªas que alimentan a la humanidad y es el principal pienso para la producci¨®n de carne. Es tambi¨¦n una de las plantas domesticadas que m¨¢s y m¨¢s variados paisajes ha colonizado. Fue tambi¨¦n la base sobre la que se sustentaron las principales civilizaciones precolombinas y es un activo estrat¨¦gico para pa¨ªses como EE UU China o Brasil. Y, sin embargo, la historia de su domesticaci¨®n y propagaci¨®n por Am¨¦rica tiene cap¨ªtulos que no concuerdan.
Los registros m¨¢s antiguos de manipulaci¨®n consciente del teocintle o teosinte, la planta silvestre antecesora del ma¨ªz, son de hace 9.000 a?os y se han encontrado en el valle del r¨ªo Balsas, en el actual estado de Guerrero (M¨¦xico). Poco m¨¢s de dos milenios despu¨¦s, restos arqueobot¨¢nicos indican que ya se cultivaba ma¨ªz en claros del suroeste de la selva amaz¨®nica. Sin embargo, recientes estudios gen¨¦ticos de las mazorcas m¨¢s primitivas encontradas hasta ahora en M¨¦xico muestran que entonces, hace m¨¢s de 5.000 a?os, el ma¨ªz a¨²n ten¨ªa mucho de teosinte. ?C¨®mo pudo llegar el ma¨ªz hasta el actual Brasil cuando a¨²n no hab¨ªa sido domesticado completamente en el origen?
Ya se cultivaba ma¨ªz en el sur de Am¨¦rica cuando a¨²n no se hab¨ªa completado su domesticaci¨®n en el origen mexicano
La respuesta la da una investigaci¨®n publicada en Science en la que han comparado el genoma de decenas de variedades locales cultivadas por comunidades ind¨ªgenas brasile?as con el de otras regiones americanas, el ADN antiguo de muestras de todo el continente, algunas con varios milenios, y con el del actual teosinte. As¨ª levantaron un ¨¢rbol geneal¨®gico con m¨¢s de un centenar de ramas. Al analizarlo, el principal autor del estudio, el responsable de arqueobot¨¢nica del Museo Nacional de Historia Natural de los Estados Unidos, Logan Kistler, puede afirmar: "Encontramos pruebas gen¨¦ticas de que el ma¨ªz sudamericano sali¨® de M¨¦xico cuando el proceso de domesticaci¨®n a¨²n estaba en curso".
Ahora s¨ª, la arqueolog¨ªa y la gen¨¦tica coinciden: el proceso de domesticaci¨®n empez¨® en el sur de M¨¦xico y aquel proto-ma¨ªz se dispers¨® por el continente y acab¨® siendo el actual ma¨ªz en procesos evolutivos paralelos. De hecho, el estudio muestra que las variedades tradicionales cultivadas en Brasil son las m¨¢s alejadas gen¨¦ticamente del teosinte, nativo del mexicano valle del r¨ªo Balsas, y aparecen muy relacionadas con las muestras procedentes de la regi¨®n andina y la costa del Pac¨ªfico.?
"El proceso de domesticaci¨®n no fue lineal ni ocurri¨® de una vez", recuerda la investigadora del centro de geogen¨¦tica del Museo de Historia Natural de Dinamarca y coautora de la investigaci¨®n, Jazm¨ªn Ramos Madrigal. Esta investigadora mexicana logr¨® analizar el ADN ancestral de una mazorca de hace 5.300 a?os localizada en M¨¦xico y que, a¨²n sin ser ma¨ªz como el actual, ya contaba con cambios en genes claves en el proceso que convirti¨® las vainas incomestibles del teosinte?con apenas doce granos en elotes repletos de granos de ma¨ªz.
El suroeste de la selva amaz¨®nica se ha revelado como uno de los principales centros de domesticaci¨®n junto a Oriente Medio o el sureste de China
Estos cambios terminaron por completarse en tierras mexicanas, pero tambi¨¦n amaz¨®nicas. Esta regi¨®n a los pies de la ladera este de Los Andes, entre los actuales estados brasile?os de Rond?nia y Acre y Bolivia, se est¨¢ mostrando como un gran centro de domesticaci¨®n en los inicios de la agricultura, como lo fueron las tierras bajas mexicanas, el Creciente F¨¦rtil o la regi¨®n suroriental de la actual China.
"En los ¨²ltimos a?os, varios estudios han mostrado que esta zona era muy rica culturalmente", cuenta en un correo el investigador del banco de genes de la empresa estatal brasile?a Embrapa y coautor del estudio, Fabio Freitas. "Aqu¨ª se domesticaron plantas como la mandioca. Algunas de las cer¨¢micas m¨¢s antiguas de Sudam¨¦rica se encontraron aqu¨ª. Relevantes grupos ling¨¹¨ªsticos surgieron aqu¨ª. Ahora, con nuestro estudio, es el ¨¢rea donde se complet¨® la domesticaci¨®n de uno de los linajes del ma¨ªz", a?ade.
A pesar de la enorme distancia geogr¨¢fica, a pesar de seguir procesos de domesticaci¨®n independientes y a pesar de la diversidad tanto el amaz¨®nico como el de las tierras bajas mexicanas es ma¨ªz. Esta aparente paradoja entre divergencia y convergencia tiene una simple explicaci¨®n para el investigador en gen¨®mica vegetal del Centro de Investigaci¨®n y de Estudios Avanzados del Instituto Polit¨¦cnico Nacional de M¨¦xico, Jean-Philippe Vielle Calzada: "los cambios fundamentales se dieron en el mismo evento original de subespeciaci¨®n". Lo que vino despu¨¦s, con sus adaptaciones locales, siempre ser¨ªa ma¨ªz.
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