La misteriosa hija de Putin hace su debut en una entrevista en televisi¨®n
La aparicion de Katerina Tijonova, una cient¨ªfica a quien se identifica como la hija del presidente ruso, abre un resquicio en su celosa intimidad
Vladimir Putin siempre ha mantenido a su familia en privado. De la vida de puertas para adentro del presidente de Rusia se sabe apenas que se divorci¨® tras treinta a?os de matrimonio; tambi¨¦n que tiene dos hijas adultas, Maria y Ekaterina. Hace poco anunci¨® que hab¨ªa sido abuelo. Y hasta ah¨ª. El antiguo esp¨ªa del KGB no suele dar detalles de su intimidad y no se ha dejado ver con sus hijas. Todo lo que se conoce de ellas han sido unos cuantos fogonazos de informaci¨®n a trav¨¦s de los medios. Como cuando relataron que Ekaterina, la mayor, practicaba baile acrob¨¢tico. O que Mar¨ªa se gradu¨® con honores.
Esto puede estar a punto de cambiar. La semana pasada, el principal bolet¨ªn de noticias vespertino de Rossiya 1 emiti¨® una entrevista con Ekaterina Tijonova, a quien distintas fuentes identifican como la hija mayor del presidente ruso. En la entrevista, que se volvi¨® a emitir un d¨ªa despu¨¦s en la televisi¨®n p¨²blica, se presentaba a Tijonova como directora adjunta de investigaci¨®n matem¨¢tica de sistemas complejos de la Universidad Estatal de Mosc¨² y como directora de investigaci¨®n de Innopraktika, un centro de ciencias que lleva largo tiempo aspirando a ser el Silicon Valley ruso.
En ning¨²n momento de la conversaci¨®n, que estuvo centrada en a ciencia y su relaci¨®n con la tecnolog¨ªa, se mencion¨® su parentesco con Putin. Por el contrario, se present¨® la investigaci¨®n sobre dispositivos para leer ondas cerebrales de la que hablaba Tijonova como una gran innovaci¨®n; un importante paso adelante para la tecnolog¨ªa rusa.
Los comentarios en los medios y en las redes no tardaron en llegar. Tijonova, de 31 a?os, hab¨ªa dado antes alguna entrevista, pero siempre con un perfil bajo, sin rostro. Como la que concedi¨® a la agencia rusa Interfax en 2015 para hablar de Innopraktika, un centro que, seg¨²n el medio de investigaci¨®n ruso The Bell, ha recibido importante financiaci¨®n de la petrolera estatal Rosneft. La aparici¨®n de Tijonova en televisi¨®n ahora es para muchos una manera de introducirla en los hogares rusos como una autoridad cient¨ªfica; tambi¨¦n de suavizar la imagen de Putin y, poco a poco, presentarlo como un hombre familiar. Y no siempre como un pol¨ªtico. Como un l¨ªder que cabalga solo por las monta?as de Siberia.
Pero la entrevista con Tijonova, a quien tambi¨¦n el departamento de Estado de Estados Unidos ¡ª en uno de sus ¨²ltimos informes sobre sanciones a oligarcas rusos¡ª tambi¨¦n identific¨® como la hija del presidente Putin, abre la puerta a que la cient¨ªfica empiece a tener un papel p¨²blico. Algo que romper¨ªa una tradici¨®n de a?os. En Rusia, salvo ciertas excepciones en la ¨¦poca de Dmitri Medvedev, que se dejaba ver muy frecuentemente con su esposa, Svetlana Medvedeva, el presidente no suele mostrarse con su familia y esta tiene un papel eminentemente privado en la vida pol¨ªtica y social rusa.
En junio, otro programa de la televisi¨®n p¨²blica rusa entrevist¨® a la endocrina Maria Vorontsova, a quien distintos medios --entre otros una extensa investigaci¨®n de la revista rusa Nuevos Tiempos de hace dos a?os¡ª identifican como la hija menor del presidente ruso. Otro elemento que abre un resquicio de la hasta ahora celos¨ªsima intimidad de Putin.
Sin embargo, el Kremlin jam¨¢s ha confirmado oficialmente que ninguna de las dos cient¨ªficas sean hijas del presidente. En 2017, despu¨¦s de que saliese a la luz la investigaci¨®n de Reuters que identificaba a Tijonova como su hija mayor, se le pregunt¨® al presidente ruso por ello. Ni lo confirm¨® ni lo desminti¨®. Putin siempre ha dicho que no quer¨ªa que sus hijas ni sus nietos crecieran bajo los focos sino como ¡°personas normales¡±. ¡°No quiero que crezcan como pr¨ªncipes reales¡±, ha dicho en m¨¢s de una ocasi¨®n.
En cualquier caso, los detalles que se conocen sobre Katerina ¡ªque utilizar¨ªa ahora el apellido de su abuela materna¡ª y sobre Maria a¨²n son muy escasos. Ambas estudiaron con nombres ficticios para no revelar su parentesco con Putin. De Katerina se conoce que qued¨® quinta en el mundial de baile de Suiza hace cinco a?os; tambi¨¦n que ha sido vicepresidenta de la Confederaci¨®n de Rock and Roll Acrob¨¢tico. Mientras, Mar¨ªa, adem¨¢s de su formaci¨®n cient¨ªfica como endocrina se ha especializado en estudios orientales. Y los rumores sobre la vida privada de las dos mujeres son muchos. E incansables. Alimentados por la opacidad. Aun sin confirmarse su relaci¨®n con Putin, los medios las han emparejado muchas veces: con el hijo de un ministro, con un alto cargo surcoreano, con un oligarca.
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