A partir de ahora, AR no significa Ana Rosa sino Antes de Rosal¨ªa

¡°A partir de ahora, AR no significa Ana Rosa sino Antes de Rosal¨ªa¡±, dijo en pleno cierre mi compa?ero Carlos Primo, que tiene la capacidad de soltar perlas de sabidur¨ªa as¨ª, a las bravas, como sabr¨¢ cualquiera que lea ICON.

Entonces me di cuenta de que soy el ¨²nico periodista espa?ol de m¨¢s de 40 que no hab¨ªa escrito sobre Rosal¨ªa y me sent¨ª como si no hubiera hecho los deberes. Pero record¨¦ que ten¨ªa esto por hacer, ped¨ª permiso a Carlos para citarle y aqu¨ª estoy. Ah¨ª va: no he escuchado el disco de Rosal¨ªa. No lo he hecho porque no tengo ninguna prisa. Es la ventaja de no dedicarme al periodismo musical, que si no me da la gana ya no tengo que abalanzarme a las novedades para opinar de algo que apenas me ha dado tiempo a o¨ªr.

No echo nada de menos esos a?os, se lo juro. Si El mal querer es tan bueno como dicen tengo todo el tiempo del mundo. Si no lo es, de esa que me libro. De momento es m¨¢s divertido leer sobre Rosal¨ªa. Me recuerda a cuando Fernando Alonso empez¨® a ganar carreras y los lunes por la ma?ana los bares de Espa?a se llenaron de especialistas en F¨®rmula 1. De repente todo el mundo sab¨ªa m¨¢s de coches que los ingenieros de Ferrari. ¡°?A qui¨¦n se le ocurre colocar neum¨¢ticos de seco cuando hab¨ªa llovido tres horas antes?¡±, dec¨ªan las mismas gentes que, cuando Manuel Estiarte se hizo famoso, conoc¨ªan todas las estrategias de la selecci¨®n b¨²lgara de waterpolo.

Est¨¢ claro que la mejor manera de pasar por experto en algo es una combinaci¨®n al 50 % de no tener ni puta idea y tener muy poquita verg¨¹enza. De Rosal¨ªa sientan c¨¢tedra ahora personitas a las que el flamenco les sonaba hasta antes de ayer a folclore de Pap¨²a Nueva Guinea. No me digan que no es adorable. Tra tra.