Eslovenia
Cuando uno entra en una deriva maniaco persecutoria, todo el mundo es sospechoso, da igual quien sea y qu¨¦ es lo que dice
Hace muchos a?os, cuando a¨²n exist¨ªa la Rep¨²blica de Yugoslavia y el com¨²n de los europeos apenas sab¨ªamos nada de serbios, croatas, bosnios o eslovenos, fui invitado a participar en un congreso de literatura en aquel pa¨ªs. Acud¨ª, como en alguna otra ocasi¨®n, por conocer Yugoslavia m¨¢s que por mi inter¨¦s en el congreso en s¨ª, tanto que hasta que no comenz¨® no supe que su tema central eran las literaturas de lenguas sin un Estado propio, raz¨®n por la que se celebraba en Eslovenia, cuyo minoritario idioma participaba de esa condici¨®n. Tampoco a m¨ª me habr¨ªa importado mucho saberlo de no haber sido porque la primera jornada del congreso, que se celebraba en Bled, una ciudad de cuento con un castillo al borde de un lago rodeada por los Alpes eslovenos, mi predecesor en el turno de intervenciones, un escritor catal¨¢n al que acababa de conocer la noche anterior y que me observaba con cierto recelo, se present¨® como portavoz de una lengua oprimida, con lo que a m¨ª me dej¨® en la infeliz situaci¨®n de representar a la lengua opresora, pese a que yo solo hab¨ªa acudido all¨ª por conocer Eslovenia. As¨ª lo confes¨¦ en mi intervenci¨®n a la vez que dejaba claro que yo solo me representaba a m¨ª mismo y que ni siquiera estaba seguro de ello. Mi declaraci¨®n hizo re¨ªr a los congresistas y el escritor catal¨¢n, a partir de ese momento, dej¨® de mirarme con desconfianza para pasar a frecuentar mi compa?¨ªa los d¨ªas que dur¨® el congreso.
La apelaci¨®n del presidente catal¨¢n Torra a Eslovenia como ejemplo a seguir por los catalanes para independizarse del Estado espa?ol a m¨ª me ha hecho recordar por ello, m¨¢s que las guerras de independencia de Yugoslavia, de la que la eslovena fue la primera y la menos cruenta, aunque no tan incruenta como algunos creen (hubo 63 muertos y cerca de medio millar de heridos), aquel congreso de literatura en Bled en el que, sin pretenderlo, me convert¨ª en representante de una lengua que reprim¨ªa a la catalana como ahora quiz¨¢ por decirlo me est¨¦ convirtiendo, a ojos de algunos independentistas, en representante del Estado opresor que les impide independizarse de ¨¦l. Cuando uno entra en una deriva maniaco persecutoria, todo el mundo es sospechoso, da igual quien sea y qu¨¦ es lo que dice. Por ejemplo: cuando el presidente Torra habla de Eslovenia como el ejemplo a seguir por los catalanes lo hace pensando que todos los espa?oles somos yugoslavos y todos los catalanes, eslovenos, cuando no es as¨ª. En primer lugar, porque ni Espa?a es una dictadura como era Yugoslavia cuando Eslovenia se independiz¨® por la v¨ªa unilateral y, en segundo, porque no todos los catalanes desean la independencia de Catalu?a como s¨ª suced¨ªa con los eslovenos, que votaron en un 95% a favor de la suya. En Catalu?a no llegan a la mitad los favorables a la separaci¨®n, por lo que dif¨ªcilmente se puede acudir a la v¨ªa unilateral, salvo imponiendo la voluntad de la minor¨ªa a la mayor¨ªa. Que para Torra eso no sea un inconveniente indica hasta qu¨¦ punto est¨¢ m¨¢s cerca de Milosevic, el serbio que defendi¨® hasta el final la Rep¨²blica yugoslava, que de los independentistas eslovenos en los que ¨¦l se quiere mirar. Hoy por hoy, mientras la relaci¨®n de fuerzas en Catalu?a no cambie, la ¨²nica v¨ªa eslovena posible es la realista, que fue la que a Alex Broch y a m¨ª nos llev¨® a compartir unos maravillosos d¨ªas en Eslovenia disfrutando de la comida y de los maravillosos paisajes alpinos y de nuestra compa?¨ªa mutua.
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