El placer de se?alar
Las redes sociales atacan de forma malsana el feminismo de Leticia Dolera por sustituir a la embarazada Aina Clotet
Se repite tanto que parece casi un lugar com¨²n: no es la crisis lo que te mata, sino la gesti¨®n de la crisis. Es lo que ha ocurrido con el cruce de declaraciones y comunicados entre Leticia Dolera y Aina Clotet. La primera hab¨ªa seleccionado a la segunda para uno de los papeles protagonistas de la serie que ha escrito y acaba de rodar para Movistar?+. A los pocos d¨ªas, la actriz supo que estaba embarazada y lo comunic¨®. Dolera baraj¨® posibilidades y decidi¨® que el embarazo de la actriz le imped¨ªa interpretar al personaje. Clotet explicaba en su comunicado que hab¨ªa ofrecido incluso parte de su salario para sufragar los costes de producci¨®n y seguros derivados de su embarazo (p¨®lizas de riesgo, dobles de cuerpo, posproducci¨®n).
Otros art¨ªculos de la autora
Es posible que fuera incompatible que una actriz embarazada pudiera encarnar ese personaje, por las razones que sean, y que Leticia Dolera ha explicado en un comunicado que llega varios d¨ªas despu¨¦s de que saltara la informaci¨®n. Aunque hay casos en los que las tramas se han adaptado a embarazos no contemplados no es una obligaci¨®n cambiar el guion o adaptar el plan de rodaje.
El problema aqu¨ª ha sido de otra naturaleza: se ha pillado en falta a quien llevaba un tiempo se?alando faltas de ese mismo tipo a los dem¨¢s en redes sociales. Leticia Dolera public¨® un libro sobre feminismo el a?o pasado, Morder la manzana, y afe¨®, de manera pactada, la escasa presencia de mujeres en la gala de los Goya (luego se corrigi¨® por haber usado la expresi¨®n ¡°campo de nabos¡±, que pod¨ªa ser ofensiva para las personas transg¨¦nero), pidi¨® en Twitter que le enviaran ejemplos de poemas machistas (las muestras que le llegaron inclu¨ªan a Lorca, pero seguramente toda la literatura universal es machista y heteropatriarcal juzgada desde la perspectiva de hoy). El se?alamiento en redes de malos comportamientos, donde no se dejaba hueco para el matiz, la explicaci¨®n o el an¨¢lisis del caso particular, que Dolera ha alentado durante meses, se le ha vuelto en contra: se le ha aplicado su propia medicina.
Cuando presumes mucho de algo pones el foco en esa virtud y nadie es siempre impecable; todos hacemos cosas que preferir¨ªamos no hacer
Hay pocas cosas que produzcan un placer tan malsano como descubrir a alguien preso de sus palabras y llev¨¢ndose la contraria con sus acciones: es una de las m¨¢ximas de las redes sociales, y de la discusi¨®n p¨²blica incluso antes de Internet. El refr¨¢n ¡°dime de qu¨¦ presumes y te dir¨¦ de qu¨¦ careces¡± no encierra una verdad absoluta: en realidad, lo que sucede es que cuando presumes mucho de algo pones el foco en esa virtud inquebrantable, y nadie es siempre impecable, todos fallamos, nos traicionamos y hacemos cosas que preferir¨ªamos no hacer. Dolera seguramente no quer¨ªa verse en la situaci¨®n de tener que decirle a la actriz que no pod¨ªa contar con ella estando embarazada y que estar¨¢ pasando un momento bastante desagradable. Hemos asistido en directo una vez m¨¢s al descubrimiento del cinismo propio, como explica Ram¨®n Gonz¨¢lez F¨¦rriz.
Otro asunto que se puede debatir es qu¨¦ pasa con los derechos laborales de las embarazadas cuando son aut¨®nomas o, en concreto, con los de las actrices, bailarinas o deportistas, cuya herramienta de trabajo es su cuerpo. ?Tienen que asumir que es su elecci¨®n personal, que no podemos tenerlo todo, como titul¨® Anne-Marie Slaughter su art¨ªculo en The Atlantic, que dio origen a su libro?
La cr¨ªtica a Dolera es tentadora y hay razones para hacerlo: pod¨ªa haber saltado del feminismo de gesto simb¨®lico a una acci¨®n en la que habr¨ªa tenido que enfrentarse a la productora. Pero no es su obligaci¨®n. Y tampoco eso invalida el feminismo, ni siquiera el suyo. Muchos de los textos en defensa de Dolera no han brillado por su lucidez argumentativa y el comunicado de Dolera no ha sido una excepci¨®n. Se ha hablado de un presupuesto ajustado y se ha pedido comprensi¨®n, como si en otros casos el coste econ¨®mico de las bajas de maternidad no existiera, o se dec¨ªa que el personaje que iba a interpretar tomaba la p¨ªldora y recuperaba su vida sexual.
Tambi¨¦n, en un r¨¢pido movimiento de porter¨ªas, se dec¨ªa que se le atacaba por ser mujer: seguro que Clotet no es la primera embarazada que pierde un papel, pero tal vez nunca ha estado el foco p¨²blico tan pendiente de esos asuntos. En realidad, todo era mucho m¨¢s sencillo de explicar, aunque fuera impopular: Dolera no quer¨ªa a una embarazada haciendo ese papel. Algo que ser¨ªa perfectamente defendible si no nos hubi¨¦ramos impuesto una moralizaci¨®n total, tambi¨¦n de las decisiones que afectan a la libertad creadora.
Con esta pol¨¦mica hemos visto de nuevo la polarizaci¨®n del debate p¨²blico: todo es una cuesti¨®n de posicionamiento, de defender al tuyo y atacar al adversario. Y dif¨ªcilmente nada de lo que se diga desde un lado u otro ser¨¢ escuchado ni servir¨¢ para avanzar en la discusi¨®n y, tal vez, darnos cuenta de nuestros propios errores. Dicen que no se escarmienta en cabeza ajena; tampoco est¨¢ claro que sirva de mucho en la propia.
Aloma Rodr¨ªguez es escritora y miembro de la Redacci¨®n de Letras Libres.
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