Patrias y patrias que tuve y perd¨ª

LA GLOBALIZACI?N, abracadabra del siglo XXI, parece haber sido muy exitosa para el tr¨¢fico de dinero, drogas y armas. En cuanto a los seres humanos, ha situado en la agenda pol¨ªtica y de forma con frecuencia dram¨¢tica y perversa la diferencia entre pertenencia a un lugar y la migraci¨®n. La extrema derecha contagia de inhumanidad al resto conservador e impone un relato que comienza con la contraposici¨®n entre nosotros, los de la pertenencia, los de casa, y los otros, los impertinentes, los ¡°n¨®madas¡±.

Ese relato, y especialmente en Espa?a, es parte de una aver¨ªa ¨®ptica estrepitosa: somos, en el pasado y en el presente, un pa¨ªs de emigrantes. Un pa¨ªs con millones de ausentes y que, en muchos casos, sufren problemas de rechazo e incomprensi¨®n por los socios o colegas de ¡°nuestros¡± cancerberos de fronteras. Por supuesto, la xenofobia que comparten es aporofobia. La raza que no les gusta es la de los pobres.

As¨ª que a estas alturas de siglo podr¨ªamos dar un giro positivo a ese dilema peligroso de pertenencia-migraci¨®n. Podemos encontrarnos en el pa¨ªs de las ausencias. Preguntarnos qui¨¦nes faltan y no qui¨¦nes sobran.

Hay un poema de Gabriela Mistral que es puro desa?sosiego a compartir: Pa¨ªs de la ausencia. Un pa¨ªs de ¡°patrias y patrias que tuve y perd¨ª¡±.

Hay otro poema inolvidable y muy pr¨®ximo. El que escribi¨® Luis Cernuda en el exilio, Bien est¨¢ que fuera tu tierra, en homenaje a Gald¨®s, y que en una estrofa dice m¨¢s que mil discursos de mano fantasma:

Hoy, cuando a tu tierra ya no necesitas, / a¨²n en estos libros te es querida y necesaria, / m¨¢s real y entreso?ada que la otra: / no ¨¦sa, mas aqu¨¦lla es hoy tu tierra, / lo que Gald¨®s a conocer te diese, / como ¨¦l tolerante de lealtad contraria, / seg¨²n la tradici¨®n generosa de Cervantes, / heroica viviendo, heroica luchando / por el futuro que era el suyo, / no el siniestro pasado donde a la otra han vuelto.

Ese es todo un programa. Ser tolerante de lealtad contraria. La tradici¨®n generosa de Cervantes.

Leo hoy las declaraciones de un hombre que presume de culto, y siento de golpe la ausencia de la tradici¨®n generosa de Cervantes. Como un personaje de aprop¨®sito de Carnaval, Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar se erige en aduanero del constitucionalismo, y en su paroxismo deprimente expulsa de Espa?a a la mitad de Espa?a. Para ¨¦l, que reconoci¨® no haber votado la Constituci¨®n, el Partido Socialista se ha situado fuera de la Constituci¨®n. He ah¨ª alguien que se considera ajeno a la ley de la gravedad. Sus ideas cotizan hoy al alza, escoran a la derecha hacia su extremo de la balanza hist¨®rica, como un d¨¦j¨¤ vu de todas las pifias de Espa?a. ?Quer¨ªais unidad? Pues ah¨ª ten¨¦is la gran secesi¨®n. Los separadores atizando el separatismo. Catalu?a como disculpa para reproducir la pol¨ªtica del enemigo, la mitad de Espa?a se?alada con el estigma de anti-Espa?a.

El padrino Aznar y sus disc¨ªpulos reclaman e instan al Gobierno central a una nueva aplicaci¨®n, m¨¢s dura, sin contemplaciones, del art¨ªculo 155, que supondr¨ªa, en la pr¨¢ctica, la sustracci¨®n de la autonom¨ªa catalana, en el marco de la recentralizaci¨®n que desde a?os defiende la FAES aznarista, ese think tank liberal muy subvencionado por el Estado. En la forma en que se plantea, la presunta soluci¨®n es un Estado de excepci¨®n permanente. Solo el antiguo adoctrinamiento de la intolerancia y el autoenga?o puede hacer creer que esa pol¨ªtica deconstructivista dar¨ªa lugar a una normalizaci¨®n incruenta. Es de temer que el siguiente paso, con padrino o sin ¨¦l, ser¨ªa dejar el pa¨ªs a merced de los aprendices de brujo.

La ¡°tradici¨®n generosa de Cervantes¡± es el di¨¢logo. La escucha. Casi todos los d¨ªas hay propuestas para crear nuevas materias en la ense?anza. A m¨ª me parece urgente la implantaci¨®n de la asignatura de saber escuchar. Sobre todo, escuchar la palabra contraria que se rebela ante la injusticia. Hay un libro en forma de op¨²sculo de Erri de Luca que lleva ese t¨ªtulo: La palabra contraria. Una autodefensa escrita cuando fue procesado por su activa oposici¨®n a las obras de un tren de alta velocidad que supon¨ªa la perforaci¨®n de monta?as de los Alpes repletas de amianto, y que la compa?¨ªa constructora denunci¨® como incitaci¨®n al ¡°sabotaje¡±. Erri de Luca, autor de maravillas como Los peces no cierran los ojos, descerraj¨® con palabras el montaje para acallarlo. ¡°Voy a ser procesado por ejercer mi derecho a la palabra contraria¡±, dijo. Y a?adi¨®: ¡°Si mi opini¨®n es un delito, no voy a dejar de cometerlo¡±. La causa, que al principio pintaba mal por la dureza de la fiscal¨ªa, fue finalmente sobrese¨ªda.

La palabra contraria, la que nombra las injusticias, ese es el lenguaje com¨²n del pa¨ªs de la ausencia.?