El ni?o que aprendi¨® a tocar el piano en una tienda de El Corte Ingl¨¦s
Cristian Adriano Ocharan, de 13 a?os, ensaya varios d¨ªas a la semana en la tienda de instrumentos musicales del centro comercial
Cuando uno entra en un centro comercial espera encontrar clientes deambulando por los pasillos y vendedores ofreci¨¦ndole muestras de perfume, con un hilo musical de fondo. Pero algunas tardes, el sonido cambia y se escucha un tema de Beethoven, interpretado en el piano por Cristian Ochar¨¢n, un ni?o de trece a?os. Este ni?o italiano de origen peruano, estaba paseando por el centro de Madrid con su padre una tarde de verano y le pidi¨® entrar en El Corte Ingl¨¦s para poder tocar el piano. Estaban reci¨¦n llegados a Espa?a, y su teclado de tres octavas se hab¨ªa quedado en su casa en Italia. Al entrar a la secci¨®n de instrumentos musicales se encontr¨® con que el vendedor, Juan Antonio Santos, adem¨¢s era m¨²sico. Entonces Cristian comenz¨® a ir cada tarde a ensayar a la tienda. Y empez¨® a compaginar sus ensayos con el entrenamiento en el equipo de primera divisi¨®n auton¨®mica infantil del Getafe, que fue la raz¨®n que lo trajo a Espa?a.
El inter¨¦s por el f¨²tbol lo desarroll¨® desde muy peque?o. "Emigramos a Italia, desde Per¨², para salir adelante", cuenta su padre, Jorge Ochar¨¢n, que lo acompa?¨® este verano a Madrid para hacer las pruebas en el equipo de f¨²tbol. Desde los seis a?os, Cristian estuvo seleccionado en varios equipos en Italia: el Livorno Calcio, el Empoli Calcio, el Citta de Pontedera y el Lucchese Livertas. "Le gusta tanto jugar que mi esposa y yo estamos haciendo un sacrificio para apoyarlo", explica el padre. La madre y la hermana se quedaron en Pisa, donde la familia ten¨ªa hecha su vida. Y el padre y el ni?o residen en Madrid durante los periodos de entrenamiento.
Cuando Cristian cumpli¨® los 11, escuch¨® a Beethoven por primera vez. Fue en una clase de m¨²sica en el colegio. Enseguida empez¨® a intentar tocar sus piezas en un peque?o teclado de juguete que le pidi¨® prestado a un primo. La profesora se dio cuenta de la sensibilidad del ni?o y le coment¨® a sus padres, una auxiliar de enfermer¨ªa y un jardinero, que su hijo ten¨ªa una relaci¨®n especial con la m¨²sica. As¨ª que su madre le regal¨® un teclado de tres octavas. "Partituras no, yo toco de o¨ªdo nom¨¢s", dice Cristian. Aprendi¨® varias canciones a base de acierto y error. Cuando ve¨ªa que las canciones se le resist¨ªan, buscaba alg¨²n tutorial en YouTube.
Por eso, cuando viaj¨® a Madrid en julio del a?o pasado junto a su padre para realizar las pruebas de ingreso en el Getafe, lo primero que ech¨® en falta fue aquel teclado de tres octavas que dej¨® en Italia. Una tarde le pidi¨® a su padre que lo acompa?ara a la secci¨®n de instrumentos musicales del Corte Ingl¨¦s de Callao, en el centro de Madrid. Ah¨ª se encontr¨® con el vendedor, que tambi¨¦n era m¨²sico, Juan Antonio Santos. El hombre se sinti¨® identificado con este ni?o, que lo ¨²nico que quer¨ªa era tocar un poco el piano. "A partir de ese d¨ªa, empez¨® a venir todas las tardes", cuenta el vendedor. Entre un cliente y otro, Juan le ense?¨® a Cristian algunos acordes y melod¨ªas.
"Un d¨ªa Juan me dijo que ten¨ªa una sorpresa para mi", relata Cristian. Quedaron en una parada de metro y el vendedor le regal¨® el teclado que su novia ya no usaba. "Es el teclado m¨¢s profesional que he tenido nunca, me encari?¨¦ mucho". Desde que recibi¨® el regalo, ensaya tambi¨¦n en su casa. Unas tres horas al d¨ªa, siempre compagin¨¢ndolo con su entrenamiento.
"Cristian es un jugador aparentemente t¨ªmido pero en el campo es atrevido e imaginativo" explica su entrenador Manuel Ricardo P¨¦rez. ?l entiende perfectamente el balance de tiempo y energ¨ªas que requiere combinar dos pasiones. Es polic¨ªa nacional y muchas veces, hace guardias nocturnas y va directamente al campo a entrenar a sus jugadores. Sentado en el asiento de un piano blanco de oferta, Cristian reflexiona sobre su futuro: "No me gustar¨ªa tener que elegir entre el piano y el f¨²tbol, mis pasiones son las dos".
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